La marcha de Roldán: Mejías diputada, Bal portavoz adjunto y De Quinto a la ejecutiva

Se abre una crisis importante en Ciudadanos. Se marcha del partido un dirigente de confianza de Albert Rivera, el portavoz económico y diputado, Toni Roldán. Según explicó él mismo, el giro a la derecha y la política de pactos que la formación lleva a cabo desde hace semanas es la gota que ha colmado el vaso. Poco tiempo después de conocer su decisión, Inés Arrimadas comparecía en rueda de prensa para explicar la postura del partido, "la política de pactos es la misma que aprobó él", según afirmó, y acto seguido comunicó dos decisiones importantes como consecuencia de su marcha.

La primera es que Marcos de Quinto, uno de los grandes fichajes de Ciudadanos para las generales, (exvicepresidente ejecutivo de Coca Cola y parlamentario más rico del Congreso según su declaración de bienes), entra a formar parte en la ejecutiva nacional del partido. Es decir, la dirección ampliada del partido (máximo órganico entre asambleas generales) seguirá contando con 36 miembros, puesto que la dimisión de Pablo Yáñez a raíz de la polémica de las primarias de Castilla y León, hizo que el número bajara un escalón de los 37 iniciales. Lo que no hará el exdirectivo será formar parte del veradero núcleo duro de Rivera, la ejecutiva permanente, donde se toman las decisiones que afectan al partido día a día.

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Por otro lado, Edmundo Bal, otro fichaje para las elecciones (concurrió como número 4 por Madrid) ocupará la portavocía adjunta en el Congreso que hasta ahora ostentaba Roldán. Tenía todas las papeletas. El abogado del Estado purgado por el Gobierno de Sánchez por mantener su discrepancia en el escrito del juicio del procés, se convirtió en una de las estrellas mediáticas de la campaña y protagonizó los principales mítines junto a Rivera. Además, el partido está satisfecho con su debut ante los medios de comunicación y ya estaba previsto seguir dándole relevancia en medios.

En último lugar, la siguiente protagonista a raíz de la marcha de Roldán es Carina Mejías. La exportavoz en el Ayuntamiento de Barcelona concurrió a las generales como número 5 por la ciudad condal, pero se quedó fuera por el insuficiente resultado que consiguió Ciudadanos en los comicios. Tampoco tuvo hueco en el Ayuntamiento precisamente por el veto de Manuel Valls al fichar por el partido de Rivera, que no quería contar con muchos de los dirigentes naranjas. Para algunos de los miembros de la ejecutiva, la entrada de Mejías en el Congreso es "justicia poética" por haberse dejado la piel y no haber logrado quedarse en ninguna institución. Nadie contaba, eso sí, con que sería por la dimisión y la marcha repentina de Roldán.