El disparo que mató a la perra Sota fue una medida "defensiva y proporcional"
El Ayuntamiento de Barcelona avala la actuación de la Guardia Urbana, pese a las protestas que se han sucedido en la Ciudad Condal en las últimas semanas
Una medida “defensiva y proporcional”. Así ha calificado Amadeu Recasens, comisionado de seguridad en el Ayuntamiento de Barcelona, lo sucedido el pasado 18 diciembre cuando un agente de la Guardia Urbana mató de un disparo en la cabeza a Sota, una perra que vivía en la calle junto a su dueño, después de que ésta le hubiera mordido.
Esa declaración llega después de que la investigación que ha llevado a cabo la unidad de asuntos internos de la Guardia Urbana, la UDAI, respaldara la versión del agente que hizo el disparo y de su compañero.
La Guardia Urbana ya había sacado sus propias conclusiones con un hilo en Twitter en el que declaraba que “dado que el agente ya había sido mordido por el perro, y ante un nuevo ataque, la conclusión es que el agente actuó en defensa de su integridad física y que no le quedó otra opción”.
Una niña compartiendo momentos dulces con "Sota" la perra asesinada injustamente por un policía y considerada de raza potencialmente peligrosa siendo mestiza.#JusticiaParaSota pic.twitter.com/LbUwLoBh1g
— cayeruby✊✊ (@cayeruby) 22 de diciembre de 2018
Recasens ha asegurado que en la investigación se han estudiado todas las cámaras de seguridad que podrían haber grabado el incidente, pero ninguna lo hizo: las de un hotel que está muy cerca no estaban operativas; la de un parking no se activó al no entrar nadie en ese momento; y la de un comercio próximo grababa hacia el interior de la tienda. No había imágenes.
El comisionado de seguridad ha explicado que también se ha analizado todos los testimonios que aparecieron en las redes sociales, entrevistando a diversos testigos, pero nadie puede añadir pruebas que contradigan la versión de los agentes. Pese a la investigación de la UDAI, el caso sigue estando bajo investigación judicial.
Una medida “defensiva y proporcional”. Así ha calificado Amadeu Recasens, comisionado de seguridad en el Ayuntamiento de Barcelona, lo sucedido el pasado 18 diciembre cuando un agente de la Guardia Urbana mató de un disparo en la cabeza a Sota, una perra que vivía en la calle junto a su dueño, después de que ésta le hubiera mordido.