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6.000€ en luz y la casa destrozada: el riesgo de alquilar... a un cultivador de marihuana
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la policía no actúa porque no está el material

6.000€ en luz y la casa destrozada: el riesgo de alquilar... a un cultivador de marihuana

Muslim alquiló su casa y se fue confiado con su familia a trabajar a Alemania, pero los vecinos no paraban de llamarle desde Alcorcón: en su piso estaba pasando "algo raro"

Foto: Así quedó la cocina del piso. (EC)
Así quedó la cocina del piso. (EC)

Muslim A. M. se fue de Alcorcón a Heidelberg por motivos de trabajo el pasado octubre con su mujer y su hijo. La localidad -de 170.000 habitantes- que alberga la universidad más antigua de Alemania tenía un puesto de chef para él. Era una buena oportunidad laboral y no podía desperdiciarla a pesar de que ya tenía su vida hecha en la localidad madrileña, donde también había trabajado como cocinero en diferentes restaurantes. Amigos, el colegio del niño y hasta una vivienda en propiedad quedaban atrás. Muchos sentimientos por los que Muslim no quiso vender esta última, porque pensó que el traslado era temporal y que en cuanto pudiera regresaría a su casa. Así que decidió ponerla en alquiler.

placeholder Así quedó el inmueble.
Así quedó el inmueble.

La experiencia, al principio, fue sobre ruedas. La inquilina no daba problemas, era buena vecina y pagaba puntualmente. Sin embargo, tuvo que dejar la morada el pasado abril, circunstancia que obligaba al propietario a buscar un sustituto que pagara 800 euros al mes. Por eso puso un reclamo en Milanuncios.com la primera semana de mayo. Contestó Jonatan P. C., un chico que aseguraba dedicarse a la venta de coches. El potencial arrendatario entregó últimos movimientos de su cuenta corriente, certificados de la empresa que tenía en propiedad, dos meses de fianza, su documento nacional de identidad y toda la documentación que le requirió el dueño del inmueble.

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El 10 de mayo el interesado visitó el piso. Pidió a Muslim que pusiera parqué y paredes de pladur, que pintara y que hiciera algunas obras. Le indicó que si lo hacía, se quedaba con el piso. El propietario accedió. Cuando terminó todo, Jonatan le dijo que podía ingresarle el dinero y entrar ya, que la firma del contrato podían hacerla ya con tranquilidad cuando el chef regresara de Alemania, explica Muslim, que asegura que se negó a hacer las cosas de esa manera y le respondió que iría a Alcorcón expresamente para suscribir el acuerdo. Y así fue. El 21 de mayo, explica el propio dueño del piso, éste volvió a Madrid, rubricaron el contrato y Jonatan accedió a su nuevo hogar a los tres días.

Una vecina les telefoneó y les dijo que "algo raro" estaba pasando en su piso, que por las noches aparcaban tres coches en la puerta y bajaban cajas


Muslim, mientras, regresó a Heidelberg para continuar cocinando para los turistas que visitaban la ciudad. Dos semanas después, sin embargo, una llamada comenzó a mosquearle. Una vecina telefoneó a su mujer y le dijo que "algo raro" estaba pasando en su piso, que por las noches aparcaban dos o tres coches en la puerta y subían y bajaban cajas. Al principio, el chef no le dio demasiada importancia, pero días después otro vecino que había coincidido con los que movían las cajas y les había preguntado qué hacían, volvió a llamar la atención de Muslim. Los visitantes le respondieron al vecino que tenían un negocio y que tenían que transportar cosas de un sitio a otro.

Destrozos ocasionados en la vivienda

La cosa explotó el 15 de julio, cuando el presidente de la comunidad, que vivía en la puerta de enfrente, llamó a Alemania para contarle al cocinero lo que acababa de pasar. En concreto, le relató que Jonatan le había llamado para decirle que había un fusible roto en los contadores y pedirle que los abriera. El presidente le acompañó y vio que había un enganche del piso directo a la luz de los contadores. Fue entonces cuando el responsable de la comunidad llamó a Iberdrola para informarle de lo sucedido. La compañía envió a un inspector, que hizo fotos, cortó la electricidad y puso los hechos en conocimiento de la Policía Municipal.

Muslim, recuerda él mismo, telefoneó a su inquilino para pedirle explicaciones y reclamarle el dinero del alquiler. Este último, sin embargo, le respondió que se iba del piso. "Me dijo que no iba a pagarme y que me quedara con la fianza y con cuatro equipos de aire acondicionado que había instalado, que me dejaría la llave en el buzón", asegura el propietario del inmueble. "Yo le respondí que no me dejara la llave en el buzón porque no podía abrirlo, porque la única llave del buzón la tenía él, pero ya no respondió mis llamadas ni mis mensajes", continúa Muslim, que viajó de vuelta a Alcorcón el pasado 4 de agosto.

placeholder Bolsas de basura repletas de abono para plantación. (EC)
Bolsas de basura repletas de abono para plantación. (EC)

Nada más llegar, sacó la llave del buzón metiendo los dedos como pudo y extrajo también del mismo modo una carta de Iberdrola. La misiva le reclamaba 6.400 euros, los correspondientes a la electricidad que el inquilino había sacado de la compañía a través del enganche ilegal. "Yo tenía contrato con Endesa, pero él lo rescindió antes de hacer el enganche por los contadores con Iberdrola", explica el hombre, que tuvo una sorpresa aún más gorda cuando subió al cuarto piso.

"La Policía me dijo que no podía hacer nada porque no había visto la marihuana y que con la tierra no es suficiente", añade el cocinero

La vivienda se encontraba destrozada, las paredes agujereadas, el suelo inundado de tierra negra y el mobiliario destrozado. "Los vecinos me dijeron que tenía siempre las ventanas cerradas y que había plantado marihuana", recuerda Muslim con la tristeza del hombre que no encuentra soluciones. "La Policía me dijo que no podía hacer nada porque no había visto la marihuana y que con la tierra no es suficiente", añade el cocinero, que acudió a la Oficina del Consumo de Alcorcón e incluso al juzgado para denunciar por la vía penal. "Hay huellas suyas por todos lados, solo tienen que venir a tomarlas", afirma con impotencia.

Muslim A. M. se fue de Alcorcón a Heidelberg por motivos de trabajo el pasado octubre con su mujer y su hijo. La localidad -de 170.000 habitantes- que alberga la universidad más antigua de Alemania tenía un puesto de chef para él. Era una buena oportunidad laboral y no podía desperdiciarla a pesar de que ya tenía su vida hecha en la localidad madrileña, donde también había trabajado como cocinero en diferentes restaurantes. Amigos, el colegio del niño y hasta una vivienda en propiedad quedaban atrás. Muchos sentimientos por los que Muslim no quiso vender esta última, porque pensó que el traslado era temporal y que en cuanto pudiera regresaría a su casa. Así que decidió ponerla en alquiler.

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