Del "vendedor de chochonas" a las gafas de Rajoy: el 'show' de 'El Bigotes' en el Congreso

La llegada de Álvaro Pérez -conocido por todos como 'El Bigotes' en la trama Gürtel- al Congreso de los Diputados se produjo pasadas las nueve de la mañana en mitad de un importante despliegue policial. Pérez acudía a declarar en la comisión parlamentaria que investiga la presunta financiación irregular del PP. El “hombre en Valencia” de Francisco Correa (el cabecilla de la trama) abandonó la cárcel de Valdemoro a primera hora -se despertó a las 5 de la mañana, según manifestó él mismo- y llegó a la Carrera de San Jerónimo con pocas novedades bajo el brazo.

“Hacía mucho tiempo que no venía por aquí, además se está calentito”, comentó antes de iniciar una comparecencia en la que trató de situar en el foco de la investigación al empresario Ignacio López del Hierro, marido de María Dolores de Cospedal. “Él venía a soltar el mondongo”, afirmó. A él y a Ángel Piñeiro, compañero de pupitre de Rajoy al que habría asesorado en su época de ministro. “Ellos aparecen sin parar en los papeles de Bárcenas, cosa que yo no. Y no los he visto en un banquillo”, lanzó. “Figuran como atizantes pero no los veo en ningún juicio y hay medios de comunicación que no dicen ni pío”.

Reconoció mayor relación con Aznar que con Rajoy, "por razones obvias", ya que era "muy amigo" de Agag: "Me tiré mucho tiempo organizando su boda"

El considerado como ‘número tres’ de la trama, que afirma que supuestamente recibió durante años contratos amañados para actos públicos y electorales del PP, aprovechó su comparecencia en la Cámara Baja para señalar a otros dirigentes destacados de las filas populares como Juan Carlos Vera, del que afirmó que Correa regaló un coche “barato” y “con lo que le sobró” hizo un arreglo en casa. Álvaro Pérez insistió en esa idea y aseguró que Jesús Sepúlveda no fue el único al que regalaron un automóvil. “No descubro nada. Ha salido en medios de comunicación”.

Trasladó importantes críticas hacia el ministro de Justicia, Rafael Catalá, el mismo que “pide justicia ejemplar” para los implicados en casos de corrupción. “Parece un vendedor de 'chochonas'. La Justicia tiene que ser justa, no ejemplar. Así lo dice el Tribunal Supremo”, zanjó. En la misma linea, compartió su conclusión de que en España “la Justicia no es igual para todos”, recordando que ”el cuñado del rey", Iñaki Urdangarin, está tan condenado como él pero mientras él cumple condena en la cárcel de Valdemoro, el marido de la infanta Cristina está en Ginebra esperando la decisión del Supremo.

Más allá de los reproches al titular de Justicia, también se pronunció sobre la relación que mantenía con el presidente del Gobierno, asegurando que “no era estrecha”. Afirmó que nunca estuvo reunido con Rajoy para hablar de pagos, “sería mentira si lo dijera”, aunque sí comentó que en la última visita que hizo al Congreso aconsejó al entonces líder de la oposición cambiar de gafas porque eran de pasta y estaban muy desgastadas, “se veían amarillentas”, explicó, cuando le hacían fotografías. Por eso, afirmó que acompañó al ahora presidente del Gobierno a una óptica cercana donde compró unas nuevas gafas. El empresario insistió en que “tirar de la manta es una expresión de los medios”, porque él lo que hace es “hablar de lo que se acuerda”.

Reconoció una mayor relación con el expresidente Aznar que con Rajoy, “por razones obvias”, ya que era “muy muy amigo” de Alejandro Agag (el marido de la hija de Aznar y Botella). “Me tiré mucho tiempo organizando su boda”, aunque negó los regalos que en tantos medios aparecieron. “Esos se los hizo Correa y no creo que fuera para tanto”, aseguró. Una amistad que, sin embargo, se rompió cuando el caso estalló por los cuatro costados: “Me enteré de que seguía vivo al verlo en un medio. Pensé que había palmado porque no sabía nada de él”, ironizó.

‘El Bigotes’ se despachó también a gusto con los periodistas. Sobre todo a los que acusó de no publicar informaciones que conocen, “no dicen ni pío”, “les cuesta poner la pluma encima del papel” (sin especificar nombres) y llegando a expresiones muy subidas de tono cuando hacía premoniciones sobre el efecto que su declaración podrá tener a partir de esta misma tarde en algunas cabeceras: “Los profesionales de las felaciones me van a poner a parir”, llegó a decir, los mismos que participan en “tontulias” (en vez de tertulias). También culpó a algún “indeseable” de un medio de comunicación haberle atribuido el mote de “El Bigotes”, manifestando su disgusto por ello e interpelando al diputado de EH-Bildu que así le llamó, al responderle que él no le llamaría “el pendientes” (en referencia a uno que lleva en la oreja izquierda).

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Incluso en la comparecencia del ‘cabecilla’ de la Gürtel valenciana se coló el asunto catalán. Fue en su cara a cara con el diputado de ERC, Joan Tardà, al que le mostró su sorpresa “con la que tiene liada en casa” (en referencia a la situación en Cataluña) y al que también quiso expresar su solidaridad con Oriol Junqueras: “Ni él ni yo deberíamos estar en la cárcel, que no se la deseo ni a mi peor enemigo”, zanjó. Tardà no dudó en responderle los distintos motivos por los que uno y otro están en prisión y agradeció a 'El Bigotes' su “claridad” en la afirmación de que a otros empresarios que estuvieran haciendo pagos a un partido político hoy por hoy les diría “que me vea a mi, que se está cubriendo de mierda”.

Hubo tiempo para la reivindicación y Álvaro Pérez no dudó en reprochar duramente el estado de muchos presos en cárceles españolas -“Hay gente muy abandonada que no tiene medios para sobrevivir”- y los medios de transporte que para ellos usan. “Nos llevan como cerdos al matadero. Invito al ministro del Interior, al presidente del Gobierno o al director de la Guardia Civil a que aguanten diez minutos en un autocar de esos”.