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La cofradía de pescadores que quiere desahuciar a 30 viudas y socios jubilados
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EXIGE A LOS INQUILINOS ACTUALIZAR SUS ALQUILERES

La cofradía de pescadores que quiere desahuciar a 30 viudas y socios jubilados

Virgen de las Mareas fue la corporación de pescadores más importante de Asturias durante décadas. Hoy no tiene actividad y su único patrimonio son las casas que renta a sus socios

Foto: Vecinos afectados por el primer desahucio masivo del poblado de pescadores de Avilés. (Ricardo Solís)
Vecinos afectados por el primer desahucio masivo del poblado de pescadores de Avilés. (Ricardo Solís)

Treinta familias humildes de Avilés tiemblan ante el posible desahucio de sus viviendas, las que han habitado casi medio siglo sin haber dejado de pagar nunca el alquiler. Se trata de marineros en activo a punto de jubilarse, otros ya retirados y también viudas de pescadores, todos ellos miembros de la Cofradía Virgen de las Mareas. Es precisamente esa entidad la que trata de expulsarlos, ya que es propietaria de todos los inmuebles. De hecho, lleva varios años exigiendo a las familias que actualicen sus rentas de alquiler a precio de mercado y está vendiendo las propiedades vacías. Los inquilinos denuncian que la cofradía quiere lucrarse a su costa e insisten en que los estatutos impiden su expulsión. Este jueves se inició la vista oral del primero de los 30 juicios que se prevén en próximas fechas.

"Los vecinos están muy preocupados. Se quiere cometer una ilegalidad para expulsar a miembros de la cofradía con contrato de arrendamiento en vigor con el único objetivo de hacer negocio. Es un caso único en España", denuncia Manuel Barba, abogado de los vecinos afectados. "Nadie discute que la cofradía es propietaria, pero los estatutos son claros: mientras una persona sea socia y pague su cuota no se puede rescindir el contrato de alquiler, y eso incluye también a los pescadores ya jubilados y a las viudas. La cofradía se está saltando sus estatutos para dejar a todas estas familias en la calle", prosigue.

Se quiere cometer una ilegalidad con el único objetivo de hacer negocio. Es un caso único en España

Los inmuebles afectados se encuentran en el entramado de calles que conforman el Poblado de Pescadores de Avilés, localmente conocido como el Nodo. En 1955, esta cofradía, igual que otras tantas a lo largo del litoral español, fue agraciada con cuantiosas ayudas públicas para construir un barrio de 270 viviendas sociales para sus marineros. Hogares muy humildes de materiales baratos que sus inquilinos, con la convicción de que esos pisos iban a ser sus hogares de por vida, fueron reformando y mejorando con el paso de los años.

placeholder El desarrollo urbano ha ido integrando el Poblado de Pescadores (centro) en Avilés. (Google Maps)
El desarrollo urbano ha ido integrando el Poblado de Pescadores (centro) en Avilés. (Google Maps)

La ofensiva de la cofradía se inició en 2014 con un litigio para desahuciar 40 de esas familias. En ese caso, la cofradía tenía la razón judicial, ya que se trataba de 40 pisos ocupados por hijos u otros familiares de pescadores fallecidos o que habían abandonado el poblado. Los afectadados acamparon en la calle en el verano de ese año como protesta y hubo un enorme revuelo social. Pero la cofradía se salío con la suya, ya que los estatutos de la entidad solo contemplan a la esposa como tenedora legítima junto al pescador, no a los hijos. Así se pudo ejecutar el desahucio colectivo. Ahora, sin embargo, los afectados son pescadores y esposas que siguen pagando sus cuotas.

"Estamos en mitad de un procedimiento judicial, no puedo ofrecer ninguna valoración", se excusa Alejandro Álvarez Suárez, secretario de la cofradía. Tanto el secretario como el patrón mayor, Tomás Badiola, acudieron el jueves junto a su abogado a la vista oral de la primera demanda contra Javier Gándara, pescador en activo de 54 años que vive en el Nodo junto a su esposa. El juicio fue suspendido después de que la defensa, liderada por Barba, interpusiera dos excepciones procesales debido a que la cofradía no presentó en el juicio el acta firmada por el órgano de gobierno en la que se aprueba dicho desahucio. Ahora, el juez tiene cinco días para decidir si desestima a acepta a trámite la demanda. Este lunes está prevista la segunda vista oral para la siguiente demanda, que previsiblemente volverá a ser suspendida por idéntico motivo.

El primer juicio de desahucio fue suspendido el jueves debido a que la cofradía no aportó el acta oficial de aprobación del desalojo

"Quieren acabar con el barrio, echar a los marineros y hacer negocio con las viviendas que nos corresponden por ley", denunció Gándara días atrás en el diario El Comercio. En el mismo sentido se expresó Carmen Méndez, viuda de pescador de 88 años. "Quieren subirme la renta y yo no puedo pagar eso con mi pensión. ¿Con qué pago las medicinas, la comida, los gastos?", exclamó. "Se me pone una angustia en el pecho que no me deja dormir. Aquí está todo por lo que trabajó mi marido, por lo que luchamos toda la vida. Y aquí me voy a quedar, a mis 88 años, luchando, porque es mi derecho".

placeholder Pancartas en contra de los desahucios del años 2014. (Ricardo Solís)
Pancartas en contra de los desahucios del años 2014. (Ricardo Solís)

Una cofradía quebrada

La defensa se apoya en dos puntos: en la citada cláusula que impide explícitamente expulsar a socios en activo y en la propia Ley de Arrendamientos Urbanos, que indica que para actualizar una renta antigua anterior al año 1985 los propietarios debían haberlo hecho entre ese mismo año y 1995. "Podían haber actualizado rentas de manera lineal, pero nunca se llegó a un acuerdo", afirma Barba. Hoy, los inquilinos pagan 17,63 euros de alquiler, un ingreso ínfimo para una cofradía acosada por las deudas. La entidad, o cuanto menos las personas que hoy hablan en su nombre, propone rentas mensuales de hasta 300 euros, cifra que los inquilinos consideran inasumible.

"Entendemos que quieren expulsar a los vecinos por una cuestión económica, pero la cofradía es una entidad sin ánimo de lucro y las viviendas tienen un fin social. Durante muchos años la cofradía tuvo la concesión del gasóleo para los barcos, el de la rula de Avilés (nombre local para denominar la lonja) y también el del bar de la rula. Pero hoy ya no tienen esas tres concesiones y el agujero en las cuentas es muy grande. Una de las reclamaciones de esos vecinos a los que se quiere desahuciar, que no olvidemos son socios de la cofradía, es saber qué se ha hecho con todo el dinero ingresado durante 50 años. Es muy sospechoso que hoy la cofradía esté quebrada", resume el abogado.

placeholder Sede de la Cofradía Virgen de las Mareas en el puerto de Avilés. (Google Maps)
Sede de la Cofradía Virgen de las Mareas en el puerto de Avilés. (Google Maps)

En realidad, Virgen de las Mareas es hoy un resquicio de lo que fue. Ha pasado de referente en el puerto de Avilés (llegó a ser la cofradía más rica de Asturias) a quedarse sin actividad por su presunta mala gestión y también sin apenas responsables. Ha habido tres patrones mayores en los últimos cinco años y la junta general apenas se reúne. "No se pueden tomar decisiones tan importantes como un desahucio sin la reunión de la junta y no sabemos quién está detrás de estas demandas", indica el abogado de los pescadores.

La cofradía Virgen de las Mareas ha pasado de referente pesquero en Asturias a quedarse sin actividad por su presunta mala gestión

Todas las sospechas recaen en el secretario, Álvarez Suárez, que de nuevo se niega a dar su versión de las acusaciones a este diario. Según la revista Atlántica XXII, la cofradía llegó a facturar 20 millones de euros al año por la lonja de Avilés, lo que no le impidió tener 1.423.000 euros de deuda en 2012, cifra que cinco años antes era incluso el doble. Hoy, según cuenta la revista, la cofrafía "solo" debe 400.000 euros, en parte gracias a la venta de un centenar de viviendas del poblado. Otras cofradías españolas han entregado con el tiempo las viviendas a sus marineros asociados o se las han vendido a precios simbólicos.

Los problemas económicos de la cofradía comenzaron en realidad ya en los años 90, cuando su entonces patrón mayor hipotecó el barrio a cambio de un préstamo de 250 millones de pesetas para refinanciar sus negocios pesqueros. La cofradía no tuvo la pericia de saber mantener los negocios a flote y fue incapaz de afrontar la hipoteca. Algunos socios sospechan que la bancarrota es fruto del desfalco continuado de enormes cantidades de dinero, si bien nadie ha auditado aún las cuentas.

placeholder En los años 50 se levantaron 270 viviendas de baja calidad para los marineros. (Google Maps)
En los años 50 se levantaron 270 viviendas de baja calidad para los marineros. (Google Maps)


Un contrato revisable cada mes

Del mismo modo que los pescadores se escudan en los estatutos, la cofradía también lo hace para intentar desalojar a los pescadores. En su caso, señala una cláusula clave en todo este embrollo que afirma que los arrendamientos se renuevan "mes a mes". Un peculiar punto incluido hace 50 años para asegurarse por escrito de que ningún inquilino se apoderase de las viviendas si dejaba de reunir los requisitos necesarios.

El abogado de los marineros no quiere ni especular sobre un posible desahucio derivado de esta cláusula, que sería catastrófico para la vida de los afectados, en su mayoría jubilados y viudas en el umbral de la pobreza. El Ayuntamiento de Avilés adelanta que existen "recursos habitacionales y sociales a disposición de las personas afectadas en caso de que puedan llegar a necesitarlos" y deja entrever que está del lado de los vecinos en esta tragedia. "Somos conocedores del proceso y consideramos que la asistencia jurídica está bien orientada y es el camino adecuado para hacer valer los derechos de los afectados", indica el consistorio a este diario. Y puntualiza: "No hay ningún plan urbanístico ni aprobado ni previsto para la zona". Es decir, ni la cofradía ni ningún promotor puede especular con el barrio en el futuro, solo vender a precio de mercado las viviendas.

La defensa cree que el devenir de los primeros juicios sentará las bases para más demandas de desahucio en el futuro. Si el juez considera que faltan documentos o hace valer los puntos del estatuto que esgrimen los pescadores para archivar estas dos primeras demandas, es probable que los responsables de Virgen de las Mareas se queden sin argumentos. En caso contrario, si el juez considera válida la cláusula del arrendamiento mensual u otro aspecto, sí podría producirse un goteo de demandas hasta alcanzar al último marinero vivo del poblado.

Treinta familias humildes de Avilés tiemblan ante el posible desahucio de sus viviendas, las que han habitado casi medio siglo sin haber dejado de pagar nunca el alquiler. Se trata de marineros en activo a punto de jubilarse, otros ya retirados y también viudas de pescadores, todos ellos miembros de la Cofradía Virgen de las Mareas. Es precisamente esa entidad la que trata de expulsarlos, ya que es propietaria de todos los inmuebles. De hecho, lleva varios años exigiendo a las familias que actualicen sus rentas de alquiler a precio de mercado y está vendiendo las propiedades vacías. Los inquilinos denuncian que la cofradía quiere lucrarse a su costa e insisten en que los estatutos impiden su expulsión. Este jueves se inició la vista oral del primero de los 30 juicios que se prevén en próximas fechas.

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