Claves de la moción de censura a Mariano Rajoy: qué se vota, cómo y por qué

El pleno del Congreso debate desde las 9:00 horas la moción de censura presentada por Unidos Podemos contra Mariano Rajoy en la que defenderá su programa de gobierno el líder de Podemos, Pablo Iglesias, con la certeza de que la iniciativa no saldrá adelante.

Estas son las claves de una jornada que puede extenderse hasta mañana miércoles.

- A las 9:00 horas se unicia la presentación sin límite de tiempo de la moción. La encargada de hacerlo será la portavoz de Unidos Podemos en el Congreso Irene Montero. Fuentes de la formación morada apuntan que su intervención puede durar hora y media.

- Una vez expuestos los motivos de dicha moción, será el turno de Pablo Iglesias, que presentará su programa de Gobierno. No hay tiempo prefijado. Se prevé que haga uso de la palabra dura dos horas.

- Mientras este habla, el Gobierno puede intervenir cuando lo considere oportuno e Iglesias podrá replicar. Es posible que el líder de Podemos y Mariano Rajoy tengan un 'cara a cara' por tiempo indefinido ya que se puede pedir turno de palabra varias veces. Será la presidenta del Congreso, Ana Pastor, la que ponga fin a las réplicas si estas se alargan.

- Interrupción del pleno durante un tiempo determinado por Ana Pastor.

- De regreso al hemiciclo, turno de los representantes de los grupos parlamentarios. El orden: de menor a mayor. El tiempo de intervención son 30 minutos más una segunda de 10.

- Votación. Prevista para incluso para mañana en función del tiempo que empleen los diputados y si interviene el Gobierno.

¿Qué se necesita para que salga adelante?

Debe recibir el apoyo de al menos la mitad más uno del Congreso, es decir, 176 votos para ser aprobada. Sin embargo, Podemos solo cuenta con 82 apoyos

• El de los 67 del grupo confederal Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea
• Los 9 de ERC
• Los 4 de Compromís
• Los 2 de Bildu

¿Por qué la presentan?

Estos son los motivos que esgrime Unidos Podemos y que aparecen en este documento.

• El Gobierno de España, en manos del Partido Popular, ha abandonado a la ciudadanía al secuestrar las instituciones y ponerlas al servicio de la defensa de su partido y de los saqueadores de las arcas públicas. No cabe duda de que, desde el Gobierno, el PP no respeta la división de poderes y hace uso de las instituciones en función de su propio interés.
• Durante las últimas semanas, España ha conocido casos de corrupción que no solo afectan directamente a un amplio número de dirigentes del PP, sino que han revelado una práctica continua de parasitación de las instituciones y de saqueo de lo público que afecta al Gobierno actual y, en particular, a ministros con carteras estratégicas como la de Interior, la de Justicia o la de Hacienda y Función Pública, además de a la propia Presidencia del Gobierno.
• El Gobierno ha optado por la mentira y la banalización de los problemas simulando ignorar la grave crisis institucional que vive España.
• Quedan pocas dudas de que el Partido Popular lleva más de 20 años financiándose ilegalmente, con dinero procedente de contratistas del Estado que costean elecciones a cambio de contrapartidas, quebrando la legislación electoral y ejerciendo un abuso que pone en cuestión la legitimidad del Gobierno. Quedan pocas dudas de que el Partido Popular ha ganado las elecciones al competir con ventaja gracias a la financiación ilegal de sus campañas.
• Desprecio hacia el mundo del trabajo, con el resultado de recortes salariales, desempleo, trabajo precario, morosidad en el pago a las pequeñas y medianas empresas, pérdida de progresividad fiscal, desahucios y emigración obligada para los jóvenes (a quienes, además, se les dificulta votar desde el extranjero).
• La deriva del Gobierno del PP se ha cebado también en las personas mayores, que ven cada día cómo empeoran sus condiciones de vida, al tiempo que padecen con tristeza la suerte de sus hijos y de sus nietas, sumidos en la precariedad que rompe el ascenso social que había sido una de las claves de nuestra democracia tras el final de la dictadura.
• El deterioro de la capacidad adquisitiva de las pensiones y el vaciamiento de la «hucha» que las garantizaba hacen que la preocupación se convierta en desasosiego. La conclusión de esas políticas, más orientadas al robo y a la colusión, se ha traducido en un aumento de las desigualdades que sitúa a más de 8 millones de trabajadores y trabajadoras por debajo del umbral de la pobreza.
• Millones de ciudadanos de nuestro Estado reclaman el derecho a su propia lengua, a su propia cultura, a sus propias instituciones y a su propia capacidad de decidir democrática y legítimamente su relación jurídica con el Estado. No asumir el reto democrático de la plurinacionalidad y encastillarse en un búnker autoritario significa, sencillamente, no entender España.