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La secretaria de Elisa Pinto respalda a su jefa: no quería quedarse a solas con López Madrid
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La secretaria de Elisa Pinto respalda a su jefa: no quería quedarse a solas con López Madrid

El Juzgado número 26 toma declaración a la subordinada de la doctora, que ratifica todo lo que había dicho ya ante el Juzgado 39, que archivó la querella de Pinto contra el empresario

Foto: Elisa Pinto y Javier López Madrid, en un fotomontaje realizado por El Confidencial.
Elisa Pinto y Javier López Madrid, en un fotomontaje realizado por El Confidencial.

La secretaria de la doctora Elisa Pinto en el hospital donde trabaja la dermatóloga aseguró ayer ante el Juzgado número 26 de Madrid que su jefa no quería quedarse a solas con el empresario Javier López Madrid. En línea con lo que había dicho la declarante en el Juzgado número 39, que archivó la denuncia de Pinto contra el directivo de OHL, la secretaria explicó que su jefa le había pedido que si el empresario se presentaba por sorpresa en el centro sanitario, entrara con él.

La secretaria, que prestó ayer testimonio en el marco de la investigación que sigue el Juzgado número 26 contra Pinto -tras la denuncia interpuesta por López Madrid-, aseguró que ella tenía una relación meramente profesional con la doctora, pero que en un momento dado esta la sentó y le enseñó mensajes amenazantes que, según la dermatóloga, le estaba escribiendo el ejecutivo y que mostraban un supuesto acoso de él hacia ella.

Pinto mostró los mensajes a su secretaria para explicarle el motivo por el que no quería quedarse a solas con él y con el fin de pedirle que, si en un momento dado el empresario se presentaba por sorpresa, la empleada estuviera en todo momento con ambos dentro de la consulta. La declarante aseguró ante el Juzgado 26 que ella no tenía capacidad para prohibirle el paso a nadie, pero sí para entrar con la visita al despacho de la doctora y permanecer ahí con ella.

En la causa que investiga el Juzgado 26, sin embargo, no se indaga ese supuesto acoso de él contra ella que esta última denunció -que fue archivado por el Juzgado 39, aunque pendiente del recurso de la defensa de Pinto-, sino las presuntas amenazas vía mensajes de texto de la dermatóloga contra el empresario que este puso en conocimiento de la Justicia. De ahí que la secretaria también explicara durante su testimonio en sede judicial que ella nunca vio a Pinto con un teléfono que no fuera el suyo -en referencia al terminal desde el que se escribieron los mensajes-, que la doctora tenía un paciente cada cinco minutos, que no tenía tiempo para nada y que no recuerda que la dermatóloga saliera a ningún locutorio a comprar una tarjeta prepago, como alegaba la acusación.

La declaración de la secretaria tuvo lugar ayer después de que prestara testimonio el instructor del atestado policial que está dando pie a acusar a la dermatóloga. El funcionario de la Policía Nacional, miembro de la Unidad de Delitos Especializados y Violentos, explicó extensamente los diferentes informes realizados por su departamento que constan en la causa y que sirven para incriminar a la doctora.

La defensa de Pinto, sin embargo, le recordó al instructor que no había reparado en que esos informes estaban desfasados. Entre otras cosas, el funcionario señaló que el dueño del locutorio en el que alguien compró una tarjeta telefónica prepago a nombre de López Madrid, M. N. A., había identificado a Pinto, cuando en realidad en sede judicial M. N. A. dijo que no había vendido ninguna tarjeta a la dermatóloga, extremo que el instructor achacó ayer -tras ser preguntado al respecto- a que el propietario del establecimiento estaba enfadado cuando declaró.

Asimismo, antes de este policía, declaró el comisario José Villarejo, agente encubierto que acudió con escolta a los juzgados de plaza de Castilla, donde estuvo casi una hora tratando de evitar que alguien le fotografiara. Este funcionario, vinculado también con otros procedimientos de tanta proyección mediática como el caso del pequeño Nicolás o el del ático de Ignacio González en Marbella, negó ayer ante el Juzgado número 26 conocer a López Madrid, a pesar de que este último sí admitió haberle tratado.

En concreto, Villarejo -al que la doctora señaló como el hombre que la apuñaló- afirmó que un conocido suyo, que tiene despacho profesional en el edificio donde trabaja el comisario -Donato González-Sánchez, director de Société Générale en España-, le dijo que López Madrid estaba recibiendo llamadas amenazantes. Fue entonces cuando, según el agente encubierto, envió a un colaborador, el abogado Rafael Redondo, a ver a la doctora a su consulta, testimonio que el propio aludido ya había ratificado ante el juzgado y que exculparía a Villarejo del delito que le imputaba la dermatóloga, quien señaló que fue el hombre que acudió a verla quien posteriormente la apuñaló.

Villarejo asegura que envió a su abogado a entrevistarse con la doctora Pinto y López Madrid, que él mismo nunca fue en persona

Pinto ya había reconocido a Villarejo como el autor del acuchillamiento en una rueda fotográfica que le mostraron en la comisaría de Chamartín. No ha podido identificarle aún, sin embargo, en sede judicial, dado que el juzgado ha retrasado la prueba en varias ocasiones, siempre tras la petición del comisario, que alegaba estar realizando servicios policiales en las fechas en las que se señalaba la rueda de reconocimiento.

Los informes de los investigadores, por su parte, aseguraron que había sido la propia doctora la que se autolesionó para fingir estar siendo acosada, teoría duramente criticada por la defensa de Pinto en los numeroso escritos presentados en el juzgado. Los agentes de la UDEV también aseguraban en sus conclusiones que la dermatóloga se inventó otras pruebas que señalaban al empresario como autor del supuesto acoso. Entre estas últimas, dos cartas manuscritas que el directivo habría remitido a la doctora para amenazarla con acudir a sus poderosos contactos si revelaba la presunta relación sentimental que ambos habían mantenido.

Las misivas, según los investigadores, habían sido escritas, sin embargo, por el hijo de la doctora bajo orden de esta última, extremo que la defensa de Pinto también trata de contrarrestar con pruebas. En concreto, pretende demostrar que las cartas han sido falsificadas para dar la apariencia que señala la Policía, conclusión que quiere evidenciar con la elaboración de un peritaje caligráfico sobre las mismas, práctica que no puede realizar debido a que el Juzgado aún no ha permitido entregar el supuesto original de las misivas, que López Madrid encontró en su casa más de un año después de que estallara el caso.

Durante la instrucción que en paralelo han seguido estos últimos meses los juzgados 26 y 39 de Madrid -que tramitaban las denuncias de López Madrid contra Pinto y de esta última contra el empresario, respectivamente-, la defensa de la dermatóloga ha acusado a la Policía de realizar una investigación "absolutamente dirigida" plagada de continuos "errores" e incluso ha llegado a reclamar que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil se haga cargo de las pesquisas, cosa que por el momento ha sido rechazada por los juzgados.

La secretaria de la doctora Elisa Pinto en el hospital donde trabaja la dermatóloga aseguró ayer ante el Juzgado número 26 de Madrid que su jefa no quería quedarse a solas con el empresario Javier López Madrid. En línea con lo que había dicho la declarante en el Juzgado número 39, que archivó la denuncia de Pinto contra el directivo de OHL, la secretaria explicó que su jefa le había pedido que si el empresario se presentaba por sorpresa en el centro sanitario, entrara con él.

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