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La Cámara financió ayuntamientos y patronales con fondos de la formación
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El abrevadero de los cursos en madrid

La Cámara financió ayuntamientos y patronales con fondos de la formación

Las actas de la entidad muestran que un porcentaje de las subvenciones se trasvasaba camuflado a municipios y asociaciones de CEIM. Figuraban como patrocinios de ferias de la tapa

Foto: El presidente de la Cámara de Comercio de Madrid y de CEIM, Arturo Fernández, entrega los títulos que acreditan esta formación superior en 2010. (Cámara de Comercio)
El presidente de la Cámara de Comercio de Madrid y de CEIM, Arturo Fernández, entrega los títulos que acreditan esta formación superior en 2010. (Cámara de Comercio)

“La formación es un chiringuito” [...] “Subvenciones cero [...] Los empresarios tienen que subsistir con sus propios medios. Como costumbre, siempre había pequeñas aportaciones de la Cámara. Esto debe acabarse. Que lo paguen los empresarios de su bolsillo”. Las frases, recogidas en un acta de 2011 de un pleno de la Cámara de Comercio de Madrid, son del empresario Pedro Cuesta Aguilar y muestran las críticas a un sistema que se ha convertido en un abrevadero de millones de euros del que han bebido varios ayuntamientos y organizaciones empresariales de la región.

Las actas de los plenos de la Cámara de Comercio, organismo de derecho público tutelado por la Comunidad de Madrid, indican cómo ese dinero público se ha destinado sin control alguno a la financiación de consistorios y entidades empresariales. Incluso con el visto bueno del Gobierno regional, cuyos consejeros de Economía han autorizado esa financiación opaca en que la Cámara ha jugado un papel importante.

Un sistema aceptado por todos

Pese a las críticas de Cuesta Aguilar, el sistema era aceptado por todos. Las patronales y los ayuntamientos recibían subvenciones de la Comunidad para hacer cursos. Esas entidades firmaban luego un convenio de colaboración con la Cámara de Comercio con el que destinaban el dinero para impartir la formación al Instituto de Formación Empresarial (IFE), órgano de la Cámara. Esta, a cambio, retornaba un porcentaje de más del 20% de esas ayudas a varias actividades empresariales en el municipio donde operase la organización de turno, por ejemplo, la feria de la tapa, la campaña de Navidad o jornadas gastronómicas. El dinero pasaba así de unas manos a otras sin control y sin que se diera cuenta en ningún sitio del destino de cada euro.

Solo las organizaciones que confiaban la formación en la Cámara recibían de esta un porcentaje de los fondos de los cursos

La manera de proceder de la Cámara, los ayuntamientos y las distintas patronales ha sido cuando menos irregular. La orden ministerial de 2012 que regula la formación no permite ese tipo de pagos. Las asociaciones que delegan en academias o en la Cámara la ejecución de los cursos pueden quedarse con un máximo del 10% del coste de la actividad formativa (hasta agosto de 2012 era del 20%) pero siempre en concepto de costes asociados a la actividad, es decir, personal de la asociación para gestionar los cursos, gastos financieros relacionados con los cursos o facturas de luz, agua, calefacción o mensajería, también relacionados con la actividad formativa.

Un modus operandi que también usó Aneri

Pero muchas academias han devuelto bajo cuerda mucho más dinero con facturas con gastos inflados a las organizaciones. Eso es, por ejemplo, lo que hacían las empresas de José Luis Aneri, el principal imputado en el caso de los cursos de formación que investigan varios juzgados de Madrid. Aneri también usaba la fórmula del patrocinio o la publicidad en revistas de las asociaciones para camuflar los retornos.

Los convenios que firmaban los ayuntamientos, las asociaciones y la Cámara eran todos muy similares, aunque los porcentajes del dinero recibido variaban. Solían ser de un 25% pero a veces llegaban hasta el 65%. Por ejemplo, el 30 de enero de 2012, las actas del pleno de la Cámara recogen la aprobación de un convenio con el Ayuntamiento de Aranjuez y el Círculo Empresarial Independiente de la Comarca de Aranjuez. Esta organización es de la órbita de Alfonso Tezanos, exmiembro de la Comisión de Formación de la Cámara y uno de los implicados en el caso Aneri.

En ese convenio no se especifica qué cursos se van a impartir; solo se dice que va “destinado a mejorar la capacitación del capital humano como mejor forma de incrementar la competitividad de las empresas locales”. La Cámara recibía por dar esos cursos 50.000 euros. A cambio, la Cámara retornaría luego 12.500 euros como patrocinio de distintas actividades, en este caso, la feria del comercio e industria de la localidad y las mencionadas campaña navideña, feria de la tapa y jornadas gastronómicas.

Un repaso a las actas de los últimos siete años permite comprobar que los acuerdos parecen estar calcados unos de otros y sirvieron para dar ayudas a distintos ayuntamientos y organizaciones empresariales, entre ellas la Asociación de Comerciantes de Valdemoro (Acoval), la Federación de Empresarios del Sur Suroeste (Fedesso), la Asociación de Empresarios de Arganda (Asearco) o la asociación de empresarios del Henares (AEDHE), por citar algunas. Casi todas recibieron un porcentaje de algo más del 20% en concepto de patrocinio. Más llamativo es el caso de la Asociación de Empresas Auxiliares de Comercio Exterior (AEACE), que recibió un 65% de los 112.000 euros de subvención que dio a la Cámara para hacer los cursos. En todos esos casos, la Cámara recoge la cifra de ingresos en concepto de formación y la cifra de gastos en concepto de patrocinio.

Ex empleados de la Cámara señalan a las distintas patronales de la región y a CEIM como los culpables del saqueo de los fondos camerales

La Cámara de Comercio no ha querido hacer declaraciones a este periódico sobre esos acuerdos. Quienes sí han hablado son algunos exdirectivos de la Cámara. Estos reconocen que la forma en que se recogían esos acuerdos no era la más adecuada, al vincular directamente los ingresos por la formación a los gastos por patrocinio. Pero, en cualquier caso, niegan que existan facturas infladas. “El dinero de la formación se gastó todo en los cursos”, señala Fernando Garzo, exdirector del Instituto de Formación Empresarial de la Cámara. Lo que sí reconoce Garzo es que ese tipo de convenios se daba a las asociaciones cuyos miembros estaban en la Cámara y les daban la formación.

Así lo señaló él mismo en otra acta del pleno de la Cámara. Ocurrió el 31 de marzo. Un miembro del pleno protestó por el hecho de que se encargara a la organización de comerciantes Cecoma un estudio para evaluar las necesidades de formación de la región. Por ese estudio, Cecoma recibía 75.000 euros, según el acta. Ante la pregunta de por qué se encargaba a Cecoma ese estudio, Garzo contestó: “No es una elección al azar. Cecoma, además, ha confiado a la Cámara buena parte de su formación para los próximos años”.

Fuentes de la Cámara señalan que ese dinero se dio a Cecoma porque la organización que presidía Salvador Santos Campano, entonces vicepresidente de la Cámara, pasaba dificultades económicas. Santos Campano fue sustituido por Tezanos. Casi dos años después de su implicación en el caso Aneri, Cecoma se ha declarado en quiebra.

Un rescate para CEIM

La frase de Garzo demuestra que ese era el modus operandi de la Cámara: recibir formación a cambio de retornos de todo tipo en función de distintos conceptos como patrocinio, estudios u otro tipo de encargos. Eso explica por qué la propia patronal madrileña CEIM, con muchas dificultades económicas y que también ha delegado la ejecución de su formación a la Cámara, va a recibir un rescate de un millón de euros en virtud de un oscuro acuerdo con la entidad aprobado hace unas semanas bajo el título genérico de 'Desarrollo de actuaciones conjuntas para el cumplimiento de los objetivos comunes de promoción e impulso de las pymes'. Ni patronal ni Cámara han explicado con detalle cómo se gastará el dinero.

Varios exempleados de la Cámara de Comercio han señalado a este periódico cómo la entidad se ha convertido en un banco al que cada vez le quedan menos fondos, y señalan a las distintas patronales de la región y a CEIM como los culpables del saqueo.

“La formación es un chiringuito” [...] “Subvenciones cero [...] Los empresarios tienen que subsistir con sus propios medios. Como costumbre, siempre había pequeñas aportaciones de la Cámara. Esto debe acabarse. Que lo paguen los empresarios de su bolsillo”. Las frases, recogidas en un acta de 2011 de un pleno de la Cámara de Comercio de Madrid, son del empresario Pedro Cuesta Aguilar y muestran las críticas a un sistema que se ha convertido en un abrevadero de millones de euros del que han bebido varios ayuntamientos y organizaciones empresariales de la región.

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