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El CNI intentó captar como 'topo' a la secretaria del abogado Gómez de Liaño
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DOS AGENTES LA ABORDARON EN EL VERANO DE 2012

El CNI intentó captar como 'topo' a la secretaria del abogado Gómez de Liaño

El CNI intentó captar como ‘topo’ a la secretaria de Gómez de Liaño para que le mantuviera informado de la agenda del letrado y de los casos que llevaban

Foto: El abogado de Bárcenas, Javier Gómez de Liaño (EFE)
El abogado de Bárcenas, Javier Gómez de Liaño (EFE)

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) intentó captar como 'topo' a la secretaria de Javier Gómez de Liaño para que le mantuviera informado de la agenda del letrado y de los casos que se llevaban en su bufete. Dos de sus agentes secretos, en el verano de 2012, se presentaron sin aviso a Olga, la secretaria del exmagistrado, en un gimnasio de la Plaza de la República Dominicana de Madrid al que solía asistir con asiduidad y le trasladaron la oferta de trabajar para ellos.

Los miembros de los servicios de información le expusieron sin rodeos lo que necesitaban de ella: espiar para la Casa, como se conoce a la sede del CNI, los movimientos del exjuez de la Audiencia Nacional y las relaciones con sus clientes. Asimismo, le pidieron que les facilitara algunos de los documentos que se archivaban en el bufete.

Los espías realizaron previamente un seguimiento a la trabajadora del despacho para conocer sus costumbres y saber dónde abordarla. Y cuando contactaron con ella no sólo le desvelaron su pertenencia a los servicios secretos, sino que además le mostraron sus identificaciones oficiales del CNI, algo que chocaba con las más elementales normas de privacidad de un funcionario de los servicios de información.

Los agentes secretos y sus jefes calcularon mal el grado de captación de la secretaria Olga porque esta reaccionó de manera desairada. Les contestó que el primero en enterarse de la oferta de colaboración sería su jefe. Y no se retrasó en comunicárselo. En unas horas, puso en conocimiento de Gómez de Liaño la propuesta de convertirla en una infiltrada del CNI en las entrañas del bufete.

El letrado, que ya tenía experiencia en ese tipo de acciones por los continuos ataques que tuvo que soportar de los GAL, de las cloacas del Ministerio del Interior y del CESID durante su etapa de magistrado, se presentó en la Audiencia Nacional y formuló una denuncia contra los supuestos agentes del CNI. La investigación recayó en el Juzgado Central de Instrucción número 1, cuyo titular era Santiago Pedraz, que abrió unas diligencias a mediados de julio de 2012.

A Gómez de Liaño no sólo le preocupaba que aquella maniobra sirviera para convertirlo en un objetivo en las investigaciones del CNI, sino que, tras los supuestos agentes secretos, pudieran esconderse un grupo terrorista dispuesto a actuar contra algunos de sus vecinos del edificio donde tiene su despacho en Castellana. En el mismo inmueble tiene su domicilio el hijo de una ex alta personalidad del Estado y el despacho profesional un ex alto cargo del Ministerio del Interior.

Pero la segunda opción era poco probable tras la tregua de ETA. Pronto, tanto el magistrado como él se percataron de que para aquellos misteriosos personajes el único objetivo era el letrado. El juez Pedraz, tras una serie de diligencias judiciales, llegó a la conclusión de que el intento de captación de la secretaria del bufete Gómez de Liaño/Márquez de Prado era real y que procedía de dos agentes secretos del CNI conocidos por los nombres de guerra de Begoña y Pepe.

Pero en ese tipo de investigaciones judiciales, como en otras anteriores en los años de Alonso Manglano, el magistrado de la Audiencia Nacional se encontró con el silencio del CNI. Según los servicios de información, la naturaleza del trabajo de los agentes era "de carácter secreto", según informaron a El Confidencial fuentes de la Audiencia Nacional.

Ante tal respuesta, que colocaba la investigación en un callejón sin salida, el magistrado Pedraz, el 28 de septiembre de 2012, se declaró no competente en la causa y optó por su sobreseimiento provisional, según las mismas fuentes judiciales.

"Yo cumplí con mi obligación y puse el caso en manos de la Audiencia Nacional porque, en un principio, creía que podía existir un asunto de terrorismo, pero se demostró que el afectado era yo. El caso sigue abierto, al margen del archivo provisional de Santiago Pedraz, y estoy dispuesto a llegar hasta el final", declaró Javier Gómez de Liaño cuando El Confidencial le preguntó por el caso de espionaje. El exmagistrado, que se mostró sorprendido por la filtración de la noticia, se excusó ante el periodista de no poder entrar en detalles porque el caso seguía sub iudice.

En el CNI, cada vez que se le pregunta por este tipo de operaciones, siempre responde con la misma respuesta. Como cuando el PP, entonces en la oposición,protestó en el Congreso, en 2007, por la presencia de agentes secretos en las proximidades del domicilio de Manuel Pizarro. La Casa catalogó el operativo de: "Una actividad informativa en el ámbito de la contrainteligencia sobre un objetivo perteneciente a un servicio de inteligencia extranjero".

Fuentes de la Seguridad del Estado señalaron que este tipo de operaciones no cesarán hasta que la seguridad e inteligencia interior no recaiga en la Policía y la Guardia Civil: "Los servicios secretos deben limitarse a defender los intereses de España fuera de nuestras fronteras".

El protocolo actual de seguridad delega en el CNI todo lo referente a la inteligencia tanto en España como en el extranjero. Ese marco de competencia tan laxo permite que los espías se entrometan en casos tan dispares como el de Gao Ping, la Gürtel oel de Urdangarin.

Además, según ha podido saber El Confidencial, el CNI nunca informó de sus pesquisas sobre Gómez de Liaño al juez del Tribunal Supremo que supervisa sus investigaciones en territorio español. La ley de los servicios secretos de mayo de 2002 señala que las operaciones que afecten a derechos fundamentales deberán ser controladas por un magistrado del Tribunal Supremo nombrado expresamente por el Consejo General del Poder Judicial.

En julio de 2012, el letrado Gómez de Liaño todavía no se había hecho cargo de la defensa de Luis Bárcenas, aunque sí estaba personado en la Gürtel por medio de la defensa del político del PP Gerardo Galeote. Por tanto, habría que descartar el interés del CNI por el tesorero del PP, que más tarde facilitó a la Audiencia Nacional documentos internos de Génova sobre una supuesta financiación irregular de los populares durante los años en los que Mariano Rajoy era el secretario general.

El letrado Gómez de Liaño sí mantenía la defensa del empresario georgiano Kalashov, que acababa de ser detenido en Marbella un mes antes del intento de captación de la secretaria Olga. El millonario siempre había sido objetivo de los servicios secretos españoles, con quienes había tenido más de un encuentro.

El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) intentó captar como 'topo' a la secretaria de Javier Gómez de Liaño para que le mantuviera informado de la agenda del letrado y de los casos que se llevaban en su bufete. Dos de sus agentes secretos, en el verano de 2012, se presentaron sin aviso a Olga, la secretaria del exmagistrado, en un gimnasio de la Plaza de la República Dominicana de Madrid al que solía asistir con asiduidad y le trasladaron la oferta de trabajar para ellos.

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