Asturias, a punto de “echar el cierre” por los ERE y las huidas de multinacionales

"Si la situación continúa así, Asturias se verá obligada aechar el candado por falta de empleo". Estas palabras de un conocido sindicalista asturiano son un fiel reflejo del pesimismo con el que vive esta comunidad autónoma el actual desarrollo de los distintos expedientes de regulación de empleo y cierres de plantas que se vienen sucediendo en las últimas semanas, que han llegado casi a límites catastróficos.

Son las grandes empresas multinacionales las que lideran este ranking de firmas que abandonan la región, muchas de ellas después de haber recibido suculentas ayudas para instalarse en terrenos facilitados por las instituciones o haber adquirido a precios de ganga empresas en condiciones de competitividad poco antes de la crisis.

A pesar de las protestas en la calle de los trabajadores y de las amenazas de ayuntamientos y del Gobierno autonómico, incluso de la propia Unión Europea, las transnacionales hacen oídos sordos y no se alejan ni un ápice de su hoja de ruta.

En noviembre de 2012, El Confidencial publicaba una información sobre el estado comatoso de la industria regional, hasta el punto de que se auguraba su conversión en un auténtico páramo, revelando que en los últimos cuatro años habían desaparecido más de 350 empresas y se habían ido a la calle unos 2.700 trabajadores.

Lejos de aminorarse oestabilizarse, la pérdida de empleo ha ido en severo aumento y raro es el día en que los servicios de la Dirección Regional de Trabajo no registran suspensiones de empleo oexpedientes de extinción de contratos. Lo que más preocupa en estos momentos es que estas crisis tienen lugar en industrias con un altonúmero de empleados.

Tenneco es la punta de lanza de las protestas políticas y callejeras contra su deslocalización de Gijón. Estas Navidades sus empleados han vigilado el interior de las instalaciones para impedir la salida de maquinaria y el control de la misma seha puesto ya en manos del juez,puesto que el Comité de Empresa interpuso una denuncia en este sentido.

Tampoco han sido tranquilas estas fiestas para los obreros de Felguera Melt, la multinacional que quiere cerrar la factoría de Langreo y mandar a la calle a sus 102 trabajadores. Desde el domingo 22 de diciembre hasta el 7 de enero, una representación de ellos permaneció recluida en el ayuntamiento para exigir a la empresala vuelta atrásen sus objetivos.

Felguera Melt se dedica a la fabricación de maquinaria para metalurgia y en los últimos años ha obtenido importantes beneficios económicos. El cierre de su fábrica en Langreo obedece a razones estratégicas que no tienen nada que ver con una posible crisis del sector y lo único que han respondido a las demandas de sus trabajadores es que está dispuesta asubir el precio de las indemnizaciones por despido a las legales establecidas en la reforma laboral. Más de 3.000 personas caminaron el miércoles desde la factoría langreana hasta Oviedo para mostrar su rechazo a la actuación de la dirección de la empresa.

Caso singular es el de la antigua factoría gijonesa de Esmena, convertida ahora en la multinacional Mecalux, que el mismo día en que caducaba el plazo para exigir la devolución de las ayudas si no cumplía con las obligaciones contraídas con el Principado ha decidido iniciar una serie de despidos, a pesar de que el último trimestre del año el saldo arrojaba un beneficio neto favorable a la empresa.

Según denuncia su comité, se trata de una deslocalización encubierta, toda vez que los puestos de trabajo que se perderían en la planta de Gijón irían a la fábrica de Barcelona.

La empresa Sistemas Especiales de Mecanización(SEM) negocia con sus sindicatos una propuesta de despido que afectaría a 42 trabajadores (inicialmente había formulado que la extinción llegara a los 48) de los 120 actualmente en plantilla. La empresa, creada hace 58 años en Gijón y con una facturación de 18 millones anuales, fue pionera en el ámbito del recubrimiento de las superficies metálicas, pero la crisis económica le hizo abortar una operación para pasar de 200 a 300 trabajadores en 2007 y desarrollar una plan de expansión y diversificación, principalmente en el sector eólico.

Sintomático del trauma ocasionado por las crisis de las empresas es el hecho de que la carpintería Benito Sistemas, ubicada en el occidente asturiano y que mantenía una excelente relación laboral con sus 81 trabajadores, ha quedado hecha trizas por la negativa de su dueño a abonar los salarios de los empleados cuandoestos decidieron reivindicar en la calle sus problemas. A losobreros se les deben varias nóminas y los nombres de sus propietarios aparecen en diversas pintadas realizadas en los pueblos y villas de la zona con la etiqueta de morosos.

El año no ha hecho más que empezar y ya se perfilan nuevos brotes de empresas que amenazan crisis. Es el caso de Hunosa y las subcontratas de la empresa minera pública, que se están enzarzando en declaraciones cruzadas sobreel plan de futuro de la carbonífera paralos próximos años que garantice su viabilidad, reclamando diversificación por el anunciado cierre de pozos.

La alarma es tal que los partidos de la oposición han exigido al Gobierno regional que adopte medidas y que ponga en marcha una serie de instrumentos que hagan inviable el cierre de empresas. El Gobierno de Javier Fernández se ha mostrado partidario de una puesta en común de todos los criterios para aunar fuerzas.

Todas estas crisis tienen lugar cuando la patronal asturiana se encuentra en pleno proceso de relevo en su dirección, que le impideencarar todos los frentes laborales y económicos en los que Asturias está inmersa. Hasta el día 30 de enero, fecha prevista para la asamblea que elija al sucesor de Severino García Vigón, el parón en la representación de los empresarios lastra la respuesta de su organización.