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Las fichas 'confidenciales' de las cuentas de Bárcenas: del Mont Blanc... a Monte Yelmo
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Las fichas 'confidenciales' de las cuentas de Bárcenas: del Mont Blanc... a Monte Yelmo

El Yelmo es el monte más alto que Luis Bárcenas -alpinista y montañero- puede divisar a diario desde los barrotes de su celda

Foto: Imagen facilitada por La Sexta de un vídeo grabado en la prisión de Soto del Real. (EFE)
Imagen facilitada por La Sexta de un vídeo grabado en la prisión de Soto del Real. (EFE)

El Yelmo es el monte más alto que Luis Bárcenas (alpinista y montañero) puede divisar a diario desde los barrotes de su celda o por encima de los muros con alambradas del patio del módulo 4 de la prisión madrileña de Soto del Real. El extesorero del PP no puede quejarse, pues es una de las zonas más tranquilas y seguras del centro penitenciario. Atrás quedan sus ostentosas excursiones al Mont Blanc que, con sus 4.800 metros de altura, es el pico más elevado de la Unión Europea. Ahora tiene que conformarse con las vistas al macizo más llamativo de La Pedriza, de 1.717 metros. Pasa lo mismo con su afición al esquí. Aquellos costosos viajes a los Alpes suizos para deslizarse por sus pistas entre los millonarios de la jet europea, mientras alimentaba sus cuentas en bancos de Ginebra con dinero en metálico, también han sido sustituidos por el horizonte castellano de las nevadas crestas de la sierra de Guadarrama.

Ese es el skyline que contempla Bárcenas, ya con 57 años a sus espaldas, cada vez que se aferra a sus barrotes. El extesorero no puede quejarse ya que, a diferencia de otros reclusos de cárceles españolas, él sí disfruta de una celda con vistas. El preso más importante de la prisión Madrid 5, en Soto del Real, sigue gozando de una buena panorámica, pero no sucede lo mismo con el lujo que envolvía su vida.

Quienes lo conocen definen a Bárcenas como un hijo de la clase media, vástago de un director de sucursal del Banco Central de Badajoz, convertido en un nuevo rico con toques de sibarita. Sin embargo, tras ingresar en prisión, las visas platino, sin límite de disposición, del banco privado Lombard Odier o del Dresdner Bank han mutado en una simple tarjeta de plástico con el sello de prisiones que sólo permite una recarga de hasta cien euros semanales, conocida en el argot presidiario como peculio o pecunio.

Lo mismo le ha sucedido con la buena mesa de los restaurantes tres estrellas Michelin, como su favorito, el Paul Bocuse de Lyon. Ahora le toca conformarse con el rancho de Instituciones Penitenciarias, aderezado para 1.700 personas. Los menús de más de 200 euros con los platos tradicionales del chef galo (sopa a las trufas negras, ensalada de bogavante del Maine y cangrejo de río a la Pouilly-Fuissé) se limitan ahora a un arroz blanco de primer plato, un pollo insípido de segundo y una manzana de postre.

Las lujosas vajillas Villeroy & Boch y los cubiertos de plata han sido sustituidos también por una bandeja de acero inoxidable y cuchillos y tenedores de plástico. Es el signo externo más llamativo de la nueva situación de quien fuera durante años el máximo responsable de las finanzas del PP. Bárcenas se ha visto obligado a renunciar a todos esos lujos, incluso a la gomina de su cabello, de la que también ha prescindido en prisión. De hombre rico a hombre pobre. De la opulencia a la escasez. De las cuentas millonarias 33357 Novis o 204337 Fundación Sinequanon a un número NIS de preso de diez cifras que figura en su carnet. Ese número le perseguirá mientras esté privado de libertad. Siempre será el mismo en su historial penitenciario aunque cambie de prisión.

Esa es la nueva realidad de quien solía viajar cinco o seis veces al año a Ginebra para contar las decenas de millones de euros que guardaba en cuentas cifradas. En esa nueva vida, su esposa, Rosalía Iglesias, mendiga ante el juez Ruz 900 euros al mes para poder cubrir los gastos de luz, agua, comunidad de propietarios, teléfono y seguridad social, después de que el magistrado le negara una primera solicitud de 5.000. Son los nuevos tiempos. Aunque la policía mantiene que los Bárcenas no están en quiebra porque ellos siguen buscando parte de su dinero por todo el mundo, tras detectar 48 millones en cuentas suizas y bloquear algunas de ellas. "El resto del botín sigue sin aflorar porque la familia del extesorero ya se cuida de no hacer movimientos extraños para así no facilitarnos pistas", señala un experto policial en blanqueo de dinero.

Fichas reservadas de sus visitas a Ginebra

El extesorero del PP, licenciado en Empresariales por Icade, que llegó a atesorar 48 millones de euros en Suiza, entre 1999 y el verano de 2013, año en el que le fueron bloqueadas sus cuentas por orden del juez Ruz, llevaba un tren de vida que no se ajustaba a su salario. Por ello, resulta sorprendente que nadie en su partido se extrañara de sus ingresos millonarios y su excesivo patrimonio. Pero no sucedió lo mismo entre los gestores de la banca privada de Ginebra, Lombard Odier. Desde el primer día, se percataron de sus inclinaciones por los lujos caros y de su ilimitada ambición. Los administradores de la entidad ginebrina anotaron, año tras año, visita tras visita, en un fichero confidencial los gustos caros de Bárcenas y sus aportaciones millonarias en metálico. Años después, la investigación sobre la trama Gürtel ha propiciado que todas esas fichas, que aparecen con la leyenda "reservadas", hayan acabado en el sumario de la Audiencia Nacional.

El Confidencial ha tenido acceso a toda esa documentación remitida por la justicia suiza al titular del Juzgado Central de Instrucción número 5, en respuesta a una comisión rogatoria solicitada por el magistrado Pablo Ruz. Su contenido refleja el potencial económico de Bárcenas y demuestra que todo el dinero que ingresó en secreto en cuentas suizas era única y exclusivamente suyo.

En las fichas, redactadas en su mayoría por el fiduciario de Lombard Odier, Frederick Mentha, a quien el extesorero llamaba "Federico", se recoge cada uno de los viajes de Bárcenas a Ginebra y la evolución de la cuenta del extesorero del PP en el banco privado helvético. El intermediario anotaba en el apartado "esfera privada" sus observaciones personales acerca de Bárcenas, su familia, sus amigos y sus testaferros. Esas apostillas sirven ahora para entender mucho mejor la personalidad del extesorero y la evolución de sus beneficios.

El bróker Mentha era para Bárcenas lo mismo que Fasana para Francisco Correa en su cuenta Soleado, una suerte de intermediario que gestionaba con gran eficacia y rentabilidad sus fondos procedentes de operaciones clandestinas, corruptas para los jueces. Pero el exjefe de la caja fuerte de los populares no era el único cliente del intermediario suizo. Al igual que sucede con Fasana, Frederick Mentha aparece también mencionado en el sumario de la Operación Emperador contra la red china de blanqueo en España. "El dinero negro es tan transversal que el fiduciario suizo daba salida a los cientos de millones de la trama de Gao Ping y de la cartera de Bárcenas", señala uno de los abogados del proceso.

Las relaciones de Luis Bárcenas Gutiérrez (en las fichas reservadas aparece con las iniciales "LUBAG") con Mentha y el Lombard Odier se remontan a junio de 1999 cuando el entonces gerente del PP y número dos del tesorero Álvaro Lapuerta abre en la entidad bancaria de Ginebra la cuenta cifrada 33357 Novis. En aquellas fechas, disponía un saldo de 5,5 millones de francos suizos, lo que al cambio de la época equivalía a unos 600 millones de pesetas (3,7 millones de euros). Mentha comenta en una de las fichas que los españoles "son amigos de Botín" y "sus relaciones personales, nacionales e internacionales son preciosas".

En julio de 2000, Bárcenas ya disponía de 4,3 millones de euros y comentaba a su fiduciario que estaba dispuesto a "ingresar todos los meses 20 millones de pesetas" en metálico. "Este dato presupone que el dinero lo transportaba desde España en billetes y que podía proceder de las comisiones irregulares o de las donaciones anónimas del PP", manifiesta un agente policial.

El 2 mayo de 2003 la cifra de la cuenta Novis de Bárcenas ascendía a 6,1 millones y Mentha aseguraba de él que era un tipo muy estricto: "Viene siempre a la carga con nuevas exigencias para revisar nuestras tarifas". Se refería a las comisiones y a los dividendos.

Dos semanas después, la cuenta experimentaba un aumento de 400.000 euros. El bróker se desplazaba a Madrid y se veía con Bárcenas en el hotel Intercontinental. A su vuelta a Ginebra anotaba en la ficha: "Es un cliente muy difícil". Pero Mentha edulcoraba su opinión con el comentario: "Dispone de 15 millones de francos suizos en el Dresdner Bank".

A finales de noviembre, Bárcenas pasa un fin de semana esquiando en Tignes, una estación de montaña francesa en la que uno puede dedicarse al deporte de la nieve todo el año, ubicada muy cerca de la suiza Val d'Isere. Aprovecha el viaje de placer para acercarse al banco e ingresar "un cheque de un millón de euros por la venta de dos cuadros de pintores españoles reputados". Eso es, al menos, lo que el entonces gerente del PP le cuenta a su interlocutor del banco privado, Frederick Mentha.

En mayo de 2004, ya con el PP en la oposición y con Rajoy como máxima autoridad en Génova 13, Bárcenas, alcanza la cifra en su cuenta corriente de 8,7 millones. Cena con Mentha en el restaurante Combarro de Madrid y se muestra exultante: "Mis promociones inmobiliarias van a buen tren y van a generar beneficios complementarios", le asegura al bróker suizo. Bárcenas le consulta también "si él puede depositar dinero en efectivo directamente en la sucursal de Lombard Odier en Gibraltar". Mentha además anota en la ficha: "Posee una gran propiedad en la zona residencial de Guadalmina", en Marbella.

A finales de 2004 la cuenta ya va por los 10,5 millones de euros y Bárcenas informa a Mentha de su intención de "trasladar a su entidad el dinero que tiene en otra cuenta de Ginebra, de la que no revela su entidad".

La cuenta Novis pasa a ser Sinequanon

En agosto de 2005, Bárcenas decide convertir su cuenta 33357 Novis en la 204337 Fundación Sinequanon, otra tapadera mercantil que ha sido constituida con anterioridad en Panamá. Mentha lo invita a comer y luego traslada sus impresiones a la ficha del cliente: "Es un apasionado de la alta montaña y del alpinismo. Pasa unos días de vacaciones en Zermatt". Ubicada en el cantón de Valais, es una de las estaciones más exclusivas de los Alpes suizos, a 1.608 metros, donde todos los vehículos son eléctricos y están prohibidos los de combustión. En su paisaje destaca el monte Cervino.

Bárcenas y Mentha quedan en hacer todo lo posible por reencontrarse en fin de año en una jornada de esquí. El 12 de octubre visita nuevamente el despacho de los financieros suizos en la rue Saussure de Ginebra. Va acompañado de su esposa, Rosalía Iglesias, e ingresa en su cuenta 97.000 euros. Mentha anota: "Siempre muy amable y apresurado. Viene a Chamonix para practicar su deporte favorito, el alpinismo".

El marzo de 2006 la cuenta de Bárcenas supera los 16,8 millones de euros. El 24 de ese mes se presenta en el despacho del bróker a las 7:30 de la mañana. En el banco hacen una excepción porque va camino de Avoriaz y ha pedido por favor que lo reciban a esa hora.

A finales de año, su estado bancario alcanza los 20,3 millones. El 6 de diciembre aprovecha otro viaje a Val d'Isere para pasarse por el banco. Mentha anota en su ficha que la familia de Bárcenas lo espera en un coche aparcado en la calle. A su segundo hijo nacido del matrimonio con Rosalía Iglesias, a la que conoció cuando era telefonista en la sede del PP, lo acompaña un amigo. Bárcenas le dice a Mentha que quiere aumentar los saldos de las cuentas de su esposa con nuevas aportaciones, pero es realmente ella la que nutre su propia cuenta Fundación Sinequanon con 400.000 euros, con tan sólo en ocho días de diferencia.

En marzo de 2007, la cuenta sigue subiendo y en junio se sitúa con un saldo de 23 millones. Luis Bárcenas realiza una visita rápida a Mentha el 8 de junio para consultar los estados de sus inversiones: "Parten enseguida para Lyon para cenar en el restaurante Chez Bachus". El bróker se equivoca porque el lugar favorito de Bárcenas en la ciudad francesa es Paul Bocuse, un tres estrellas Michelin donde el cubierto, sin vino, suele costar más de 200 euros. Y al extesorero, además, le gusta saborear los buenos caldos franceses.

Tras otras visitas, Bárcenas y Mentha se entrevistan en Marbella el 17 de agosto, donde el tesorero posee un apartamento de lujo en Guadalmina. A su vuelta a Ginebra el bróker helvético apunta un comentario demoledor del extesorero. Denota una falta de solidaridad con los millones de españoles, entre quienes se hallan cientos de miles de votantes del PP, que comienzan a sentir los efectos de la crisis económica: "Para nada está aterrorizado por la crisis, de la que conoce su marcha en este momento porque ayuda a generar buenas oportunidades".

Rosalía Iglesias, a su salida de Soto del Real.Meses después, Bárcenas vuelve a sus pistas de esquí. En esa nueva ocasión visita una de sus favoritas, la estación de Chamonix, a los pies del mítico Mont Blanc, un monte que venera como si se tratara de un tótem. Bárcenas, que ya ha sido nombrado tesorero del PP por Mariano Rajoy, se queja a Mentha del mal momento que atraviesa, según la anotación del bróker helvético "por las disensiones en el seno del PP". El comentario se produce tras la gran redada de la operación Gürtel, que lo coloca en una situación delicada, aunque ello no impide que siga viajando con sus amigos a Canadá, Francia y Suiza, tirando de la chequera de los beneficios de más de diez años de actividades secretas. En esos momentos, sólo en la cuenta de Lombard Odier, dispone de 14,5 millones de euros después de realizar varias transferencias.

Ahora, desde su celda de Soto del Real, sólo tiene tiempo para la meditación y la reflexión. Bárcenas, que es una persona muy religiosa, se mueve en la cárcel entre el círculo de los evangelistas dominicanos y argentinos, asistiendo a las misas que ellos celebran. El extesorero no se fía de la misa católica de los domingos por ser un personaje muy conocido y porque allí se trapichea de todo.

El exsenador popular, acostumbrado a hoteles de lujo de cinco estrellas, ya ha superado uno de los momentos más incómodos que atenaza a los presos novatos: el primer vis a vis con su pareja. Esos encuentros, que suelen durar dos horas, se repiten una sola vez al mes en el módulo de comunicaciones, una galería muy próxima al acceso de la prisión que dispone de varias habitaciones para las relaciones íntimas. Se trata de un cuarto muy modesto con una cama y un baño con ducha. El resto de los enseres se limitan a una mesita de noche con dos preservativos en el cajón y una silla con dos toallas.

Bárcenas sufre la doble condición de todo recluso: está preso y es preso de la rutina carcelaria. Sólo lo consuela la estampa del monte El Yelmo. Al menos, puede cerrar los ojos e imaginarse la silueta nevada de su codiciado Mont Blanc.

El Yelmo es el monte más alto que Luis Bárcenas (alpinista y montañero) puede divisar a diario desde los barrotes de su celda o por encima de los muros con alambradas del patio del módulo 4 de la prisión madrileña de Soto del Real. El extesorero del PP no puede quejarse, pues es una de las zonas más tranquilas y seguras del centro penitenciario. Atrás quedan sus ostentosas excursiones al Mont Blanc que, con sus 4.800 metros de altura, es el pico más elevado de la Unión Europea. Ahora tiene que conformarse con las vistas al macizo más llamativo de La Pedriza, de 1.717 metros. Pasa lo mismo con su afición al esquí. Aquellos costosos viajes a los Alpes suizos para deslizarse por sus pistas entre los millonarios de la jet europea, mientras alimentaba sus cuentas en bancos de Ginebra con dinero en metálico, también han sido sustituidos por el horizonte castellano de las nevadas crestas de la sierra de Guadarrama.

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