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"El modelo de Gobierno andaluz PSOE-IU es exportable, pero con Rubalcaba es difícil"
  1. España
ENTREVISTA a ANTONIO MAÍLLO

"El modelo de Gobierno andaluz PSOE-IU es exportable, pero con Rubalcaba es difícil"

El líder de IU de Andalucía asegura que, si saliesen las cuentas, la coalición sería partidaria de llevar la fórmula de la Junta al Congreso de los Diputados

Foto: Antonio Maílo, líder de IU en Andalucía. (FOTO: Javier Caraballo)
Antonio Maílo, líder de IU en Andalucía. (FOTO: Javier Caraballo)

El líder de Izquierda Unida de Andalucía, Antonio Maíllo, no rehúye los términos ni las calificaciones cuando se trata de definir el proyecto político que pretenden implantar como alternativa a los modelos actuales. Maíllo habla de radicalidad orteguiana, de un modelo de Estado distinto, de la vigencia del marxismo y todo ello lo sintetiza en la expresión más en boca de todos los dirigentes de IU de la actualidad: el Socialismo del siglo XXI. Con la misma claridad afirma, en una entrevista con El Confidencial, que el respaldo “al completo” de la Federación Andaluza es para el actual coordinador federal de IU, Cayo Lara. Ni los enfrentamientos entre sectores de la Federación de IU en Madrid, con dos bandos claramente enfrentados, ni la existencia de dirigentes más radicalizados ponen en riesgo, a juicio de Maíllo, ni el “liderazgo cohesionador” de Cayo Larani el discurso uniforme de la federación “aprobado por unanimidad en la última asamblea”.

Para una cosa y otra, la potente Federación Andaluza de IU ofrece todo su respaldo al proyecto actual. “No nos vemos como contrapeso de nada porque, tras la última asamblea, no existen diferencias de discurso en IU y, desde mi punto de vista, tampoco ningún riesgo de radicalidad ni de ruptura de la Federación por los problemas internos de la organización en Madrid. Ante esa situación, nosotros somos respetuosos, pero podemos descartar que se puedan traducir en fracturas internas o que pongan en riesgo el liderazgo de Cayo Lara, que es el principal elemento cohesionador de IU en la actualidad”.

La fuerza interna de la Federación Andaluza, que siempre ha sido determinante en la estructura federal de Izquierda Unida, es en estos momentos, quizá, más importante que nunca porque la entrada de la Federación en el Gobierno andaluz ha amplificado aún más la influencia de sus dirigentes. De hecho, tras la etapa histórica del ‘califato rojo’ de Julio Anguita en la Alcaldía de Córdoba, es probable que la presencia de IU en la Junta de Andalucía le suponga el mayor poder que ha conquistado en democracia. En junio pasado, como un paso más en el afianzamiento de ese poder, la asamblea de Izquierda Unida en Andalucía decidió ‘jubilar’ a la dirección anterior y poner al frente de la misma a este hombre, Antonio Maíllo, un desconocido en la política andaluza, profesor de Latín y Griego, con dominio del italiano y del inglés, que nació en Lucena (Córdoba) en 1966 y que, con toda probabilidad, será quien encabece la candidatura de Izquierda Unida en las próximas elecciones andaluzas.

¿Usted cree que la experiencia andaluza es exportable al conjunto de España?

Tiene que cambiar mucho el PSOE para que fuera posible. Con Rubalcaba lo tenemos muy complicado, sinceramente. No por él, sino por las políticas que desarrollan. El modelo andaluz es exportable en la medida que lo puedan ser las políticas de izquierda que ponemos encima de la mesa.

Verá, se lo decía porque en el Congreso de los Diputados siempre ha existido una especie de pacto tácito para permitir gobernar al partido más votado. ¿Se podría romper en unas elecciones en las que PSOE e IU puedan aglutinar una mayoría absoluta, aunque el PP haya ganado?

En las elecciones generales no se elije al presidente del Gobierno, vivimos en un sistema parlamentario. En IU tenemos muy claro que si hay convergencia suficiente y acuerdos programáticos de varias fuerzas políticas que sumen mayoría absoluta, vamos apostar por ello sin reparar en el hecho consuetudinario al que usted alude y que ha permitido el gobierno de la fuerza más votada.

¿Qué tal se lleva con la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz?

Tengo la relación normal de dos fuerzas políticas que han suscrito un acuerdo para gobernar en Andalucía. Pero no más. La trayectoria política de Susana Díaz y la mía son diametralmente opuestas. Yo vengo de fichar en un trabajo todos los días y ella procede de un mundo en el que sólo se ha ejercitado en la política profesional. Dentro de esas diferencias, el acuerdo nos obliga a entendernos y las relaciones con correctas sin más, como le digo.

¿A su juicio es importante que un dirigente político tenga experiencia profesional previa a la política?

Importante no, para mí es esencial. Por eso le digo que Susana y yo somos de trayectorias opuestas y, desde luego, mi modelo de dirigente político no es el que representa Susana Díaz, ni mucho menos. Para reconciliar la política con la ciudadanía, es fundamental que se nutra de personas que vengan del mundo profesional, que vengan de fajarse en la vida real, y no de los aparatos de los partidos, profesionales de la política que saltan de los partidos a las instituciones. Los políticos, antes de serlo, tienen que conocer la calle desde su propia experiencia profesional. Es más, yo creo que tener experiencia profesional previa debería ser una obligación en política.

En cualquier caso, las diferencias entre Susana Díaz y Antonio Maíllo, por evidentes que sean, no han supuesto hasta el momento ningún escollo en el gobierno de coalición entre el PSOE e IU en el Gobierno andaluz. Incluso en una periodo de crisis como el actual, que disminuye ostensiblemente los ingresos (hasta 1.200 millones de euros) y obliga a decretar duros ajustes, el coordinador de IU en Andalucía defiende la acción de la Junta de Andalucía que, a su juicio, se diferencia de las de otros gobiernos del Partido Popular.En esas condiciones, unos han dicho, privaticemos y generemos liquidez para compensar los recortes; otros han dicho, cerremos servicios públicos, y han cerrado centros de salud y escuelas rurales. En Andalucía ni hemos privatizado ni hemos cerrado ningún servicio público; aquí la gran sacrificada ha sido la inversión. Y creemos que hemos acertado porque cuando llegue la recuperación, la inversión se puede recuperar, pero los servicios que se han desmantelado, no”.

No todo el mundo lo ve así, hay quien piensa que Izquierda Unida, en el fondo, lo que hace en el Gobierno andaluz es ser cómplice de la política de recortes que critica en los mítines. Lo ha dicho así, por ejemplo, Julio Anguita…

Respeto mucho, muchísimo, a Julio Anguita pero no comparto esa visión que tiene del acuerdo de IU con el PSOE en Andalucía. Se olvidan dos cosas, que el pacto fue votado por la militancia de IU y que hemos accedido al Gobierno en el peor momento posible. Que a nadie le quepa la menor duda de que sin IU en el Gobierno andaluz los recortes hubieran sido mayores y que otras políticas, como la Ley antidesahucios, no se hubieran aprobado. Y las ayudas a las personas que peor lo están pasando, también lleva el sello de Izquierda Unida. A mí el modelo de Extremadura no me gusta, allí se han cerrado centros de salud.

Las medidas que lleva a gala, como referente de izquierdas, el Gobierno andaluz de PSOE e IU tienen siempre un denominador común: nada más presentarse, originan un gran debate político, no exento de polémica. Ocurrió con la Ley Antidesahucios, el compromiso del Gobierno andaluz de expropiar viviendas de las que iban a ser desahuciados sus propietarios, que cuya polémica llegó hasta la Unión Europea, ocurrió cuando la Junta de Andalucía inició una campaña para facilitar “al menos dos comidas” a escolares con familias en situación de riesgo y ha vuelto a ocurrir ahora cuando se ha anunciado que la administración andaluza se hará cargo de los recibos de luz y de agua de las familias que no puedan hacer frente a esos gastos. Medidas todas populistas, que en nada han transformado la realidad económica y social de Andalucía, que se mantiene a la cabeza del paro en Europa (37%de desempleo), pero que, al final, han acabado imitando otros gobiernos y otros partidos.

¿Hay una especie de competencia entre el PSOE e IU en el Gobierno andaluz a ver quién rentabiliza las medidas sociales?

Al principio, es verdad que existía en IU el temor de ser fagocitados por el socio mayor, pero año y medio después de gobierno en coalición, la sociedad andaluza adjudica a Izquierda Unida los elementos novedosos de este gobierno. Es normal, por otra parte, porque si el PSOE ha gobernado aquí 30 años y el Gobierno no ha aprobado nunca las medidas actuales, lo lógico es que la gente se lo atribuya a Izquierda Unida. El gobierno andaluz, además, ha aportado madurez a Izquierda Unida y el hecho de que subamos en las encuestas se debe, precisamente, a que se ha roto un prejuicio con respecto a esta formación.

Más complejo ha sido el equilibro de Izquierda Unida en el Gobierno andaluz por los casos de corrupción que ha heredado la coalición del PSOE y de Izquierda Unida y que provocó, en julio de este año, la salida de la presidencia de la Junta del entonces presidente José Antonio Griñán. Sin el ímpetu de denuncia de la legislatura pasada, cuando IU estaba en la oposición en el Parlamento andaluz, la federación ha intentado mantener la imagen de distancia e independencia con la podredumbre que surge a borbotones en escándalos como el de los ERE, Invercaria o las facturas falsas de UGT.

En los casos de corrupción que afectan a la Junta de Andalucía, en alguna ocasión le he oído decir que “ése no es nuestro perro”…

Efectivamente. Es que no es nuestro perro, de la misma forma que no lo es el caso Gürtel o cualquier otro caso de corrupción de España. Prometimos investigación, y se ha realizado. Y ahora que la Justicia actúe hasta el final. La prueba de lo que digo está en que en la pasada legislatura Izquierda Unida intentó crear una comisión de investigación en el Parlamento andaluz y no pudo, y en esta legislatura, que estamos gobernando, se ha constituido. Y se aprobaron unas conclusiones.

Unas conclusiones muy endebles, por cierto.

Bueno, eso lo dice usted. Yo creo que son acordes con lo que se pudo investigar allí y que, además, no se puede decir que la investigación de la juez Alaya haya desmentido esas conclusiones porque se plantea la responsabilidad en la Consejería que gestionaba las ayudas. Lo que sí fue llamativo es que el PP y el PSOE coincidieran a la hora de oponerse a esas conclusiones de Izquierda Unida. En la Comunidad de Madrid no hay una comisión de investigación sobre Bankia. Y en el Congreso, tampoco se ha investigado el caso Gürtel o Bárcenas o la presunta financiación ilegal del Partido Popular. El Partido Popular habla mucho aquí, pero en Madrid guarda silencio.

El líder de Izquierda Unida de Andalucía, Antonio Maíllo, no rehúye los términos ni las calificaciones cuando se trata de definir el proyecto político que pretenden implantar como alternativa a los modelos actuales. Maíllo habla de radicalidad orteguiana, de un modelo de Estado distinto, de la vigencia del marxismo y todo ello lo sintetiza en la expresión más en boca de todos los dirigentes de IU de la actualidad: el Socialismo del siglo XXI. Con la misma claridad afirma, en una entrevista con El Confidencial, que el respaldo “al completo” de la Federación Andaluza es para el actual coordinador federal de IU, Cayo Lara. Ni los enfrentamientos entre sectores de la Federación de IU en Madrid, con dos bandos claramente enfrentados, ni la existencia de dirigentes más radicalizados ponen en riesgo, a juicio de Maíllo, ni el “liderazgo cohesionador” de Cayo Larani el discurso uniforme de la federación “aprobado por unanimidad en la última asamblea”.

Izquierda Unida Cayo Lara
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