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Ni española ni 'senyera': el Gobierno israelí se lavó las manos en la 'guerra de banderas'
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ASUNTOS EXTERIORES TAMBIÉN PRESIONÓ A TEL AVIV

Ni española ni 'senyera': el Gobierno israelí se lavó las manos en la 'guerra de banderas'

Ni la española ni la 'senyera': Israel se lavó las manos en la 'guerra de banderas' entre Mas y el Gobierno y no colocó ninguna en un acto con Peres

Foto: El presidente de la Generalitat, Artur Mas (i), y el presidente de Israel, Shimon Peres. (EFE)
El presidente de la Generalitat, Artur Mas (i), y el presidente de Israel, Shimon Peres. (EFE)

Shimon Perestomó una decisión salomónica: ni la bandera española ni lasenyeraestarían presentes enla reunión que mantuvo el pasado martesconArtur Masen el palacio presidencial de Tel Aviv. El jefe del Estado hebreo se sacudió así las presiones del embajador español,Fernando Carderera, y del equipo de asesores del presidente de la Generalitat, quetrataron de imponer sus respectivas enseñasdurante el acto institucional, en el que finalmente sólo lucieron dos banderas israelíes.

Laguerra de banderasentre Mas y el Gobierno se desató desde el mismo instante en que el presidente catalán desembarcó en Israel, el pasado sábado, para una visita oficial de cuatro días.El viaje había provocado profundos recelosen el ministro de Exteriores,José Manuel García-Margallo, muy preocupado por impedirque el desafío soberanista deMas alcance mayor proyección internacional. El jefe de la diplomacia española respiró aliviado al saber que el primer ministro,Benjamin Netanyahu,no recibiría a Mas, pero quedaba por ver si Israel se prestaría a servir de altavoz a las proclamas independentistas de su invitado.

Carderera, según fuentes diplomáticas consultadas porEl Confidencial, movió todos los hilos a su alcance para asegurarse de que la bandera española presidiera, junto a la israelí, la recepción que Peres iba a ofrecer a Mas, su consejero de Economía,AndreuMas-Colell, y el alcalde de Barcelona,Xavier Trias.El embajador español, siguiendo instrucciones de Madrid, quería evitar a toda costael sobresalto de una foto de ambos dirigentescon lasenyeracomo telón de fondo. Pero el Ejecutivo israelí le dio largas y no se comprometió a nada.

La delegación catalana, de la que también formaba parteel responsable de Afers Exteriors(Asuntos Exteriores) de la Generalitat,Roger Albinyana, siguió idéntica pauta, y presionó a Israel para que lasenyeraestuviera presente en el encuentro entre Mas y Peres. Ante las exigencias de unos y otros,las autoridades israelíesoptaron por lavarse las manosy decidieron no implicarse en esaguerra de banderaspara evitar un conflicto diplomático de mayor calado.

Nuevo encontronazo

Pero las escaramuzas no acabaron ahí. El mismo martes, tras su encuentro con Peres, Mas participó en una ofrenda floral a las víctimas del nazismo en elMuseo del Holocausto. El embajador español, esta vez sí, impuso su criterio. Y la corona que el presidente de la Generalitat depositó en el memorial lució una banda con larojigualday otra con los colores de lasenyera. Mas, según las fuentes consultadas, no opuso resistencia a las exigencias de Cardererapara esquivar un nuevo encontronazocon este que podría habercolmado la paciencia de sus anfitriones.

En la memoria de Mas y su numeroso séquito pesaba, sin duda,el recuerdo del último y accidentado viajeque un presidente de la Generalitat hizo a Israel.Pasqual Maragally su entoncesnúmero dos,Josep Lluís Carod-Rovira, visitaron en 2005 el país, en una gira que los llevó también a Palestina y Jordania. Durante su estancia en la capital israelí, Carod-Rovira se negó a participar en un acto de homenaje al asesinado primer ministroIsaac Rabinporque no ondeaba lasenyera, y sí las banderas española e israelí.

La delegación catalana se sintió especialmente molesta por el estrecho marcaje al que fue sometida por la embajada en Tel Aviv durante los cuatro días del viaje oficial, que tuvo un carácter marcadamente comercial y tecnológico, y que sirvió a Mas para firmar varios convenios de colaboración con universidades y centros de investigación israelíes. Carderera o algún otro representante de la legación diplomática española estuvieron presentes en todos los actos en los que participó el presidente de la Generalitat.

Shimon Perestomó una decisión salomónica: ni la bandera española ni lasenyeraestarían presentes enla reunión que mantuvo el pasado martesconArtur Masen el palacio presidencial de Tel Aviv. El jefe del Estado hebreo se sacudió así las presiones del embajador español,Fernando Carderera, y del equipo de asesores del presidente de la Generalitat, quetrataron de imponer sus respectivas enseñasdurante el acto institucional, en el que finalmente sólo lucieron dos banderas israelíes.

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