Aznar se desmarca otra vez del Gobierno y pide una investigación del caso Payá

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, se ha vuelto a desmarcar una vez más de las tesis del Gobierno Mariano Rajoy para, en línea con lo expresado hace meses por Esperanza Aguirre, pedir una investigación internacional sobre el fallecimiento de Oswaldo Payá y Harold Cepero. Opositores cubanos que fallecieron en un extraño accidente de tráfico ocurrido el 22 de julio de 2012 por el que resultó condenado a cuatro años de cárcel el dirigente de Nuevas Generaciones del PP, Ángel Carromero.

Aznar formuló ayer su petición a través de la Fundación FAES que él mismo preside mediante una carta dirigida al presidente y al Comité Ejecutivo de la Internacional Demócrata de Centro (IDC), que se reunió este viernes en Budapest y que, entre otros puntos, aprobó una resolución al respecto. En su carta, Aznar solicita que se auspicie una investigación “por la vía más adecuada y sin los condicionamientos del procedimiento oficial seguido en Cuba” para esclarecer “de manera satisfactoria” las circunstancias de la muerte de Payá y Cepero.

Para Aznar, la investigación no es sólo "una legítima exigencia de las familias, sino también un imperativo moral y político" para todos los que quieren promover la causa de la libertad en Cuba con la solidaridad hacia sus demócratas. “Lo habíamos hablado con él hace tiempo y conocíamos su voluntad y su interés en este tema”, reconoce, en conversación telefónica, Carlos Payá, hermano del disidente fallecido. “Ya intentamos que la IDC aprobase una resolución así el año pasado, en Roma, pero entonces Carromero estaba en Cuba y no quisieron”, añade.

La postura de Aznar, sin embargo, difiere de la mantenida por el Gobierno de Mariano Rajoy que, hasta la fecha, ha mantenido un perfil muy discreto en esta cuestión y se ha negado, en repetidas ocasiones, a cuestionar la versión judicial que, en su día, dictaminó la justicia cubana y siquiera ha accedido a otorgar el indulto al joven de Nuevas Generaciones. De hecho, hasta la fecha, y antes que Aznar, solo Esperanza Aguirre se había desmarcado políticamente del discurso oficial de su partido y se había atrevido a solicitar esa misma investigación. “El Gobierno tendrá que contestar a eso. Nosotros sabemos lo que pasó y el Gobierno tendrá que explicar su postura. En cualquier caso estamos agradecidos a Aznar por su gesto”, explica Payá

El propio Carromero ha dicho sentirse “respaldado” por los militantes del PP y por algunos dirigentes como Aguirre y Cospedal que han escuchado su versión de los hechos, si bien, no entiende tampoco la postura del Ejecutivo. “No entiendo o me gustaría no entender la postura del Gobierno. Que soy inocente se sabe en el partido y en el Gobierno”, explicaba en una entrevista a Es Radio el pasado jueves. “¿De qué se tiene que arrepentir un inocente? Si las propias familias de los fallecidos no me culpan a mí como voy a arrepentirme de algo de lo que la propia familia me ha exonerado”, añadía.

El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ya se desmarcó públicamente de la versión del accidente relatada por Carromero a The Washington Post el pasado mes de marzo. Margallo aseguró que el Gobierno español “no tiene constancia” de que otro coche embistiese por detrás al de Carromero antes del accidente. “La única constancia” que tiene, agregó, son “los telegramas constantes” remitidos entonces a Madrid por la Embajada española en La Habana y el acuerdo firmado por el cónsul español con las autoridades cubanas que permitió la repatriación del joven político, el pasado 28 de diciembre, para cumplir la pena de cuatro años de cárcel a la que fue condenado por el tribunal provincial de Granma como autor de un delito de homicidio imprudente.

En el memorándum que entonces se firmó “con el consentimiento del señor Carromero”, según recordó Margallo, se decía textualmente que “la parte española reconoce el debido proceso judicial y, por consiguiente, la legitimidad de la sentencia dictada” por el tribunal cubano.

En su escrito, Aznar añade que Payá “no fue un miembro más de la IDC”, sino “un referente moral” para quienes creen que todas las personas y todos los países tienen el mismo derecho a disfrutar de los grandes valores que hacen a las sociedades avanzar: “la democracia, el Estado de derecho, el respeto a los derechos humanos y la libertad”.El Consejo de Ministros,por su parte, a propuesta del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, concedido ayerla nacionalidad española por carta de naturaleza a la viuda de Oswaldo Payá, Ofelia Acevedo Maura, y a dos de sus hijos, Rosa María y Oswaldo José Payá Acevedo.