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Rajoy frena cualquier expectativa de cambios en la dirección del PP
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La Convención puede aplazarse hasta 2014

Rajoy frena cualquier expectativa de cambios en la dirección del PP

Mariano Rajoy sorprendió poco al comité ejecutivo de su partido al referirse lo mínimo al caso Bárcenas y enfrió cualquier debate. Nadie tomó la palabra

Foto: El líder del PP, Mariano Rajoy (c), junto a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario Javier Arenas. (EFE)
El líder del PP, Mariano Rajoy (c), junto a la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario Javier Arenas. (EFE)

Lo que en fuentes de la propia dirección del partido consideraban una “serpiente de verano” (una posible crisis interna) no ha pasado del 1 de septiembre. Rajoy, con María Dolores de Cospedal sentada a su derecha y Javier Arenas a su izquierda, se limitó ante el comité ejecutivo a repasar los pasados logros económicos de su Gobierno y presentar los planes para los próximos meses.

El jefe del Ejecutivo presentó los últimos datos esperanzadores de la marcha de la economía (turismo, inflación o balanza comercial), defendió la virtud del consenso para reformar el sistema de pensiones, anunció los mejores datos de paro de los últimos años en el pasado mes de agosto y disertó sobre el problema de la comunidad internacional ante Siria.

Rajoy también se comprometió a persistir en la protección de los intereses nacionales en el caso de Gibraltar y destacó que ante el desafío independentista en Cataluña defenderá el ordenamiento constitucional y la unidad de la Nación. De Bárcenas, nada de nada salvo que ya lo dijo todo en el pleno del Congreso del pasado 1 de agosto.

Esperanza Aguirre, la gran ausente

Los reunidos, los miembros de la dirección, 'barones', ministros y presidentes regionales y vocales respondieron con el silencio cuando Rajoy preguntó si alguien quería tomar la palabra. Y lo mismo hicieron después de que María Dolores de Cospedal expusiera su propio informe de gestión para pedir el cierre de filas del partido ante los intentos de “desestabilización” que veía detrás del caso Bárcenas. Nadie quiso tomar la palabra, por lo que fue una de las reuniones más breves del comité ejecutivo. Entre sus miembros más destacados sólo faltaron Esperanza Aguirre y la presidenta del Gobierno autonómico de Aragón, Luisa Fernanda Rudi.

El jefe del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy (4-d), preside la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del partido. (EFE)La dirección del partido captó el mensaje. Rajoy no daba pie al debate después del “ruido” (una de sus palabras favoritas) del mes de agosto, un ruido en buena parte emitido desde destacados dirigentes del partido que sugieren la conveniencia de los relevos (unos de la vieja guardia y otros de la nueva que encabeza Cospedal) para intentar zanjar el caso Bárcenas.

Rajoy ha tomado nota y no hace caso alguno. Tiene poco tiempo para dedicarlo al partido por mucho que apriete el extesorero y cualquier expectativa de cambio en la dirección del mismo, igual que en el Gobierno, tendrá que esperar a que se pueda plasmar una mejoría clara de la situación económica, según apuntan en medios del PP.

Cospedal confirmó después de la reunión del comité ejecutivo que la Convención Nacional del partido, prevista en principio para octubre, se puede aplazar hasta principios del próximo año. El Gobierno tiene un otoño complicado en todos los frentes: los nuevos ajustes en los Presupuestos Generales del Estado, las reformas pendientes como la de las pensiones o la nueva vuelta de tuerca a la laboral. Además, tiene que confirmarse el final de la recesión.

Hasta entonces, principios de 2014, Rajoy no tiene tiempo ni ganas de debates internos como los que suscitaría la Convención Nacional. En fuentes del PP dan por hecho que la asamblea de los populares, convocada para repasar el proyecto político y las discusiones programáticas, se reconducirá para que sirva de apertura de las precampaña para las elecciones europeas de la próxima primavera.

Lo que en fuentes de la propia dirección del partido consideraban una “serpiente de verano” (una posible crisis interna) no ha pasado del 1 de septiembre. Rajoy, con María Dolores de Cospedal sentada a su derecha y Javier Arenas a su izquierda, se limitó ante el comité ejecutivo a repasar los pasados logros económicos de su Gobierno y presentar los planes para los próximos meses.

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