España amenaza ahora a Gibraltar con un peaje para 'descongestionar' el tráfico
Para sortear los reparos de la UE, Exteriores se sacó ayer de la chistera una tasa para "descongestionar" el tráfico que se dirige a la Roca desde La Línea
Si el apego de los gibraltareños a la Corona británica ya era inquebrantable antes de la última escalada de tensión, los gestos hostiles de España hacia los llanitosno van a contribuir, precisamente, a darle la vuelta a la tortilla. Primero fue la amenaza de José Manuel García-Margallo de cobrar 50 euros a todos los vehículos que entren o salgan de Gibraltar. Y ahora, tras la advertencia de Bruselas de que imponer una tasa fronteriza sería ilegal, el Gobierno parece haber reculado, aunque sin renunciar a su objetivo, jamás confesado, de continuar hostigando a las autoridades -y los 30.000 habitantes- del Peñón. Para sortear los reparos de la UE, Asuntos Exteriores se sacó ayer de la chistera una tasa para "descongestionar" el tráfico que se dirige a la Roca desde la localidad gaditana de La Línea de la Concepción.
El protagonismo del conflicto diplomático debía pasar ayer por la conversación telefónica que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, mantuvieron a mediodía, y que concluyó con el acuerdo del envío "lo antes posible" de una misión comunitaria a Gibraltar para "examinar in situ las cuestiones relacionadas con el control y el movimiento de personas y bienes en la frontera", según Bruselas.
El anunciosólo ha servido para ganar tiempo, puesto que la Comisión ya se había comprometidoa que la misión se desplazara, inicialmente, en septiembre. Y también para que Rajoy avivara un poco más la llama de la tensión al denunciar, tirando de manual, que Gibraltar favorece el "blanqueo de dinero" y el "contrabando". Nada nuevo en realidad.
Pero la conversación entre Rajoy y Durao Barroso quedó parcialmente eclipsada por el mensaje que el portavoz del Ejecutivo comunitario, Olivier Bailly, lanzó horas antes de la breve charla, que apenas duró 12 minutos: "Cualquier impuesto o peaje cobrado en la frontera, basado en el cruce, sería ilegal", advirtió Bailly.
¿50 euros por trayecto?
Bruselas, de esta forma, dejaba en una situación más que comprometida a García-Margallo, que el pasado día 10 anunció, en un reportaje emitido en el programa Informe Semanal de TVE, que el Gobierno estaba estudiando imponer una tasa, que podría ser de 50 euros por trayecto, para entrar y salir del Peñón. El titular de la diplomacia española, eso sí, puntualizó que el dinero recaudado con ese peaje serviría para compensar a los pescadores andaluces afectados por el conflicto, y que dicha tasa en ningún caso se aplicaría a los trabajadores que entren o salgan de Gibraltar.
Ayer, sin embargo, el propio García-Margallo tuvo que matizar sus palabras, aunque no lo hizo personalmente. Tras la clara advertencia de Bruselas de que la imposición de una tasa fronteriza sería ilegal, unportavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores se apresuró a aclarar que el peaje no se aplicaría a los vehículos que entren o salgan de Gibraltar, sino a aquellos que circulen por La Línea de la Concepción en dirección a la colonia británica.
En otras palabras: la tasa al tráfico rodado se cobraría igualmente, pero no en el paso fronterizo, sino en las proximidades del mismo. ¿Cómo? El Gobierno no lo ha explicado. Y, de hecho, la Moncloa aseguró ayer que Rajoy y Durao Barroso no abordaron ese asunto durante su charla telefónica.
Para tratar de justificar esa forzada pirueta, Asuntos Exteriores aclaró -o al menos lo intentó- que ese peaje obedece "al gran aumento de tráfico" que se registra en La Línea de la Concepción y a "los efectos que tiene sobre el medio ambiente y las condiciones de vida de sus habitantes". El mismo portavoz insistió en que esa "tasa de congestión" se basa en el sistema de imposición de peajes a "los usuarios de una red particular de transportes en los periodos o áreas de demanda máxima" con el fin de "reducir la congestión del tráfico". Y puso como ejemplo la tasa que Londres impuso en 2003 para reducir los atascos en el centro de la capital británica, y que luego han copiado otras grandes ciudades europeas.
Si el apego de los gibraltareños a la Corona británica ya era inquebrantable antes de la última escalada de tensión, los gestos hostiles de España hacia los llanitosno van a contribuir, precisamente, a darle la vuelta a la tortilla. Primero fue la amenaza de José Manuel García-Margallo de cobrar 50 euros a todos los vehículos que entren o salgan de Gibraltar. Y ahora, tras la advertencia de Bruselas de que imponer una tasa fronteriza sería ilegal, el Gobierno parece haber reculado, aunque sin renunciar a su objetivo, jamás confesado, de continuar hostigando a las autoridades -y los 30.000 habitantes- del Peñón. Para sortear los reparos de la UE, Asuntos Exteriores se sacó ayer de la chistera una tasa para "descongestionar" el tráfico que se dirige a la Roca desde la localidad gaditana de La Línea de la Concepción.