Corral y Sanjuanbenito, los nuevos ‘guardaespaldas’ de Botella en Cibeles

No ha sido nada fácil reestructurar un equipo de Gobierno, el cuarto cambio en menos de un año, el quinto en lo que va de legislatura, cuando de la lista electoral que el PP presentó en las elecciones municipales de 2011 el núcleo duro ya no está en el Palacio de Cibeles. Esta vez, el cambio en el ayuntamiento de Madrid ha venido forzado por el Tribunal Constitucional, que ha anulado los nombramientos de miembros de los gobiernos municipales no electos. Ana Botella ha sustituido a Fernando Villalonga y Juan Antonio Gómez Angulo por Pedro Corral y Diego Sanjuanbenito, dos concejales con los que tiene especial sintonía y que fueron colocados por Alberto Ruiz Gallardón hace dos años como sus números 35 y 36 respectivamente.

Pedro Corral (San Sebastián, 1963), el hasta ahora concejal de Centro y presidente de la comisión de investigación del Madrid Arena, es periodista y autor, entre otras obras, de La Ciudad de Arena, Desertores y El médico de esquilache. Prácticamente toda su carrera periodística la desarrolló en ABC, en el área de Cultura, aunque fue también entre 1995 y 1998 su corresponsal en Roma. En el centenario rotativo conoció a su mujer, Rosa Valdelomar, que actualmente trabaja en la subdirección general de Comunicación con el Ciudadano en el Ministerio de la Presidencia. Hasta enero, su esposa formaba parte de la plantilla de Acción Cultural Española (AC/E), la empresa pública que se dedica a la promoción cultural de la marca España dentro y fuera del país que preside María Teresa Lizaranzu, la esposa del asesor económico de Rajoy que despidió al 40% de la compañía a finales de 2012.

Tras su paso por la prensa escrita, Corral se convirtió en asesor de comunicación del por entonces presidente del Gobierno, José María Aznar. Cuando el PP perdió las elecciones en 2004, pasó a asesorar a Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid. Fue en febrero de 2012 cuando por primera vez se dedicó a la política activa, al tomar posesión como concejal del ayuntamiento de Madrid ya con Ana Botella como alcaldesa. Ha sido presidente del Distrito de Chamberí hasta noviembre de 2012. Entonces pasó al Distrito Centro, un cargo que ahora cede a David Erguido.

Sanjuanbenito, a la escuela con su hijo

Pese a su juventud (Madrid, 1978), Diego Sanjuanbenito es un hombre del PP de toda la vida y mucho más conocido por Ana Botella que Pedro Corral, ya que fue compañero de clase de su hijo mayor, José María Aznar junior. Comenzó a militar en Nuevas Generaciones (NNGG) del PP con 19 años, cuando emprendía los estudios de Ciencias Políticas y de la Administración, en la Universidad Complutense. Tiene el título de master de Estudios Avanzados en América Latina Contemporánea del Instituto Universitario Ortega y Gasset de Madrid. En Nuevas Generaciones no tuvo un cargo orgánico, pero trabajó en el área Internacional, en el ámbito de la Juventud Popular Europea y en la Alianza de Juventudes de ámbito iberoamericana.

Botella lo convirtió en su jefe de gabinete cuando aún era la Delegada del Área de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Madrid en marzo de 2010. Desde entonces, su peso fue creciendo poco a poco y se convirtió en uno de sus fontaneros que más apoyo le daba. Cuando Gallardón cedió el testigo a Botella, fue ampliando su espacio en el gabinete de la alcaldesa. Con la salida del vicealcalde Miguel Ángel Villanueva, se encargó del trabajo político del Ayuntamiento y era el encargado de coordinar al Gobierno municipal con los distritos. Antes de su llegada al Palacio de Cibeles, trabajó como asesor del gabinete del Vicepresidente de la Comunidad de Madrid y Jefe del Gabinete del Consejero de Cultura, Deportes y Turismo de dicha Comunidad. También es miembro del Comité Ejecutivo Regional de Partido Popular de Madrid.

De sus ocho años en Moncloa, Ana Botella aprendió a ser prudente cuando hay que serlo y, desde que el PP ganó las elecciones, ha moderado mucho su discurso ante la previsible jugada que finalmente se ha consumado: que el presidente del Gobierno nombrara ministro al alcalde de Madrid y ella pasase, automáticamente, a gobernar la capital de España. Ahora que el acierto o fracaso de su gestión depende, en gran medida, de sus colaboradores más cercanos, sobre todo tras su criticada gestión por la crisis del Madrid Arena, ha confiado todo el poder a dos de los pocos que se han quedado en el Palacio de Cibeles en el postgallardonismo.