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Nuñez Feijóo: el mirlo blanco al que la corrupción no ensucia el plumaje
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LOS ESCÁNDALOS NO MERMAN LAS POSIBILIDADES DEL PRESIDENTE GALLEGO DE SUCEDER A RAJOY

Nuñez Feijóo: el mirlo blanco al que la corrupción no ensucia el plumaje

Si Mariano Rajoy nunca fue un líder indiscutido entre la nomenclatura del Partido Popular, ahora su posición parece más débil que nunca. Tras su efímero éxito

Foto: Nuñez Feijóo: el mirlo blanco al que la corrupción no ensucia el plumaje
Nuñez Feijóo: el mirlo blanco al que la corrupción no ensucia el plumaje

Si Mariano Rajoy nunca fue un líder indiscutido entre la nomenclatura del Partido Popular, ahora su posición parece más débil que nunca. Tras su efímero éxito en el Debate sobre el Estado de la Nación sobre un Alfedro Pérez Rubalcaba cansado, cansino y predecible, al día siguiente la Comisión Europea borraba la sonrisa al presidente de un bofetón desde Bruselas: el paro subirá este año hasta el 27% (el más alto de la la historia) y el déficit público sobrepasará la estratosfera del 10%. Como música de fondo, además, suena la partitura escrita en su libreta por Luis Bárcenas, en la que el nombre de Rajoy –si no resultan falsificación los papeles publicados- figura como supuesto perceptor de dinero B.

Las facciones del PP que dan al presidente por ya amortizado levantan la vista hacia el norte. Allí, en Galicia, otra vez en Galicia (de los cuatro presidentes que ha tenido el PP/AP, dos han sido gallegos), se encuentra el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. El mirlo blanco del PP. Abogado, 52 años, galleguista sin estridencias y reformista (se autodefine), ganador desde su primera candidatura presidencial y, sobre todo, por encima de todo, limpio de polvo y paja de corruptelas. Al menos hasta ahora. 

Porque Galicia, también, se ha convertido en un polvorín de denuncias, políticos detenidos, fianzas millonarias, alcaldes defraudadores, juzgados, titulares. ¿Está sucio el mirlo blanco? A su alrededor empieza a aflorar basura. La Operación Campeón, sobre la presunta concesión de subvenciones a cambio de comisiones a cargos públicos, ya hizo caer al diputado popular Pablo Cobián. Pero con la Operación Pokémon y su heredera, la Operación Manga, han puesto en el disparadero incluso al alcalde de Santiago de Compostela, Angel Currás, que está imputado por presunto tráfico de influencias, mientras que varios de sus concejales y cargos de confianza ya han tenido que dimitir y hasta han pasado por la cárcel. Entre medias, la dimisión en 2012 del predecesor de Currás, Gerardo Conde Roa, por defraudar 300.000 euros a Hacienda, y desde esta misma semana también imputado en la Pokémon. Y la imputación del expresidente de la Diputación Provincial de Ourense, José Luis Baltar, por contratar a dedo a 115 personas, por malversación de fondos públicos y por tráfico de influencias.

José Luis Sanchís, consultor político y ex presidente mundial de Consultores Políticos, considera que todas estas situaciones no están manchando al mirlo blanco. No están socavando las posibilidades de Feijóo para hacerse con las riendas del PP nacional y ser el sucesor de Rajoy. “Feijóo ha cuidado extraodinariamente esa faceta. Ha estado siempre vigilante y cuidándose de que jamás nada le salpicara a él. Yo creo que es uno de esos políticos que puede decir, de momento, que está limpio de pecado”, señala Sanchís.

En todo caso, cree que la pregunta sobre la posibilidad de que Rajoy lo deje a corto o medio plazo le parece demasiado aventurada. “Si eso ocurriera, si los papeles de Bárcenas obligaran a dimitir a Rajoy, la situación sería terrible. Yo mismo estoy impresionado con esta situación y las consecuencias que se pudieran derivar. En caso de que hubiera que convocar hoy elecciones, entre el PP y el PSOE no llegarían a los 280 escaños [son 350]. Y en otro escenario aun peor para los dos grandes partidos, que es posible, el resultado sería aun peor y quizás IU y UPyD podrían llegar a los 80. No. Con estas perspectivas, no creo que aun sea el momento de Feijóo”.

"Frío y sereno. No se desmelena"

El escritor y ex político Alfredo Conde, conselleiro de Cultura de la Xunta entre 1987 y 1990, señala que “Feijóo no parece manchado personalmente por ninguna circunstancia. Pero nunca se sabe. ¿Tú entiendes lo que está pasando en este país? ¿Entiendes por qué está pasando lo que pasa y no está pasando lo que no pasa? ¡Qué gallego soy! [se ríe]”.

Feijóo ha estado siempre vigilante y cuidándose de que jamás nada le salpicara a él. Yo creo que es uno de esos políticos que puede decir, de momento, que está limpio de pecado

Conde, que ha tenido varios encuentros personales con el supuesto mirlo blanco del PP, lo define como “un hombre frío, sereno, que no se desmelena emotivamente. Cuando habla de Galicia, de su proyecto, puedes estar de acuerdo o no, pero se ve que tiene un proyecto. Y no me queda más que valorar como positiva su gestión aquí. Gobernar Galicia ahora es complicado. Por ponerte un ejemplo, en la pasada legislatura, la Consellería de Cultura del Gobierno de Feijóo manejaba el mismo presupuesto que yo tuve hace 22 años. En esas circunstancias, no se puede decir que haya gobernado mal”.

El profesor y crítico Xaquín del Valle-Inclán, nieto del autor de La Corte de los Milagros y muñidor del esperpento, ofrece una de las claves por las cuales el plumaje del mirlo blanco pueda permanecer impoluto en el centro del vertedero político gallego: “Él no tiene los antecedentes políticos de Rajoy, que sí está en el foco de la Gürtel o [si se confirma lo publicado] en las libretas de Bárcenas. ¿Se le puede achacar el tema Baltar? No. Baltar es una herencia de la etapa anterior. El único problema real de Feijóo puede ser la situación del Ayuntamiento de Santiago. Pero no es un gran problema de corrupción que le afecte directamente”.

De momento, el propio Feijóo, a pesar de que le crecen los enanos alrededor, continúa vindicando su papel de Lancelot contra corruptos. “Me repugna”, dijo del tema Bárcenas. Y, hace a penas una semana, pronunció en la Cámara gallega una de las frases más brutales sobre la situación actual en la que vive su partido: “Milito en una formación con problemas que está intentando erradicar la deshonestidad”. El mirlo quiere seguir siendo blanco.

Si Mariano Rajoy nunca fue un líder indiscutido entre la nomenclatura del Partido Popular, ahora su posición parece más débil que nunca. Tras su efímero éxito en el Debate sobre el Estado de la Nación sobre un Alfedro Pérez Rubalcaba cansado, cansino y predecible, al día siguiente la Comisión Europea borraba la sonrisa al presidente de un bofetón desde Bruselas: el paro subirá este año hasta el 27% (el más alto de la la historia) y el déficit público sobrepasará la estratosfera del 10%. Como música de fondo, además, suena la partitura escrita en su libreta por Luis Bárcenas, en la que el nombre de Rajoy –si no resultan falsificación los papeles publicados- figura como supuesto perceptor de dinero B.

Alberto Núñez Feijóo