Gobierno y Generalitat pelean por el control de los dosieres de Método 3

Fuentes del departamento catalán consultadas por este diario aseguran que “hay malestar” con la negativa del Ministerio del Interior a facilitar la entrada de los Mossos y advierten de la posibilidad de que la policía autonómica “abra su propia línea de investigación”, algo que sólo contribuiría a generar más confusión en torno a este gigantesco escándalo. Las mismas fuentes denuncian que, hasta ayer por la noche, el máximo responsable del Departamento de Interior de la Generalitat, Ramon Espadaler, todavía no había recibido ningún dato sobre la evolución de las pesquisas que está realizando la Policía Nacional.

A pesar del desafío lanzado desde Cataluña, en Interior aseguran que la investigación continuará en manos de las fuerzas de seguridad del Estado. En el marco de esta estrategia de control absoluto, la Policía Nacional detuvo ayer en Barcelona al director de Método 3, Francisco Marco, y a tres de sus empleados, Elisenda Villena, Julián Peribáñez y Alex Borreguero. Según fuentes policiales, estos dos últimos empleados reconocieron ser los autores de la grabación del encuentro que mantuvieron Sánchez-Camacho y Álvarez, aunque aseguraron que efectuaron el seguimiento por orden del director de la agencia. Su detención permitirá a los efectivos de la Policía averiguar qué ha ocurrido con el resto de expedientes y, de paso, dificultará el acceso de los Mossos a los detenidos, principales sospechosos, en caso de que el Departamento de Interior catalán opte finalmente por abrir una investigación paralela.

“Preocupación” en el Gobierno

Fuentes del Ministerio del Interior han asegurado que no se escatimarán medios ni efectivos para averiguar quién ha tenido acceso a los dosieres de Método 3. Algunos de los seguimientos de esta agencia, como el de Sánchez-Camacho, ya han salido a la luz, pero el Gobierno teme la aparición descontrolada de nuevos datos, que podrían afectar incluso al propio Fernández Díaz. La cúpula al completo del Ministerio comió en abril de 2012 en el restaurante La Camarga, lugar del espionaje a Sánchez-Camacho y, según ha trascendido, objetivo habitual de Método 3. La información acumulada por la agencia en todas sus operaciones podría marcar la agenda política durante meses.

El propio secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, admitió ayer que la trama de espionaje se ha convertido en la máxima prioridad de Interior y que sus consecuencias inquietan a todo el Gobierno. “Sería una frivolidad negar que existe preocupación”, confesó Martínez, antes de asegurar que la Policía “llegará hasta el fondo de este asunto” porque en su opinión “hay delitos” en los hechos que han trascendido hasta el momento.

Con todo, el objetivo fundamental es desactivar la dispersión descontrolada de los dosieres. Para tratar de lograrlo, Fernández Díaz reunió ayer en Madrid a la cúpula de la Policía Nacional. El ministro no participó directamente en el encuentro, que se extendió durante más de cuatro horas, pero estuvo representado por el director general del Policía, Ignacio Cosidó.

En estos momentos, los efectivos de la Policía Judicial de la Jefatura Superior de Barcelona continúan analizando la abundante documentación que ya les fue entregada la semana pasada por un exempleado de Método 3. La Brigada central de Investigación Tecnológica (BIT) de la Policía prestará apoyo desde Madrid a los agentes de la Ciudad Condal pero no se descarta enviar refuerzos a Barcelona para acelerar la investigación. Los cuatro miembros de Método 3 detenidos ayer pasarán a disposición judicial en las próximas horas.