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Mulas, Amy Martin y Zoe: un 'matrimonio a tres' bañado en oro
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LA NOVELA DE ZOE SE HACE REALIDAD PARA LLEVARSE POR DELANTE AL 'CEREBRITO' DE LA IZQUIERDA

Mulas, Amy Martin y Zoe: un 'matrimonio a tres' bañado en oro

Todavía no ha terminado de escribir los últimos capítulos de su última novela, pero, de repente, Los últimos días de Warla Alkman se han convertido en

Foto: Mulas, Amy Martin y Zoe: un 'matrimonio a tres' bañado en oro
Mulas, Amy Martin y Zoe: un 'matrimonio a tres' bañado en oro

Todavía no ha terminado de escribir los últimos capítulos de su última novela, pero, de repente, Los últimos días de Warla Alkman se han convertido en un relato que ha superado con creces a la ficción para saltar del papel del último libro de Irene Zoe a los papeles de los periódicos. Pocas veces un seudónimo ha dado para tanto, con retribuciones inauditas, y pocas veces también, una historia tan enrevesada ha terminado por fulminar a quien se las prometía como uno de los jóvenes cerebritos de la izquierda, Carlos Mulas, que subió muy rápido, quizá demasiado deprisa, por las escaleras del poder del 'Zapaterato' y que ha terminado por caer, igualmente, de una forma abrupta. “Debo expresar mi estupor ante lo que supone una gravísima quiebra de la confianza depositada en hasta quién hoy ha sido director de la Fundación Ideas”, sentenció Jesús Caldera en el comunicado que ha puesto punto final a la carrera política de Mulas. "Un golfo", según Óscar López, secretario de Organización del PSOE.

En las últimas horas, los personajes de este triángulo amoroso que va de Carlos Mulas (Madrid, 1974) a Amy Martin han tratado de desaparecer de todas partes y todas y cada una de sus páginas web se han ido cerrando para bloquear el paso a quienes, durante la última semana, han escrutado todos y cada uno de los pasos de este economista que facturaba sobresueldos a su propia entidad a través de artículos encargados a la fabulosa e ignota escritora y también para evitar que más fotos íntimas de las andanzas de Zoe, ex directora del Cervantes de Estocolmo -por 100.000 euros y obra y gracia de Carmen Caffarel- y “creadora” polifacética subvencionada por el Gobierno del PSOE, de Sinde a Pajín, siguieran pululando descarnadamente por las páginas de los periódicos que han hecho mofa de su lujosos estilos de vida y, también, de sus curiosas excentricidades.

Nada, sin embargo, sigue sin estar claro y tampoco nadie en el PSOE se cree las versiones que, sucesivamente, han ido dando tanto Mulas como Zoe sobre la autoría que estaba detrás de los artículos de Amy. La pareja sentimental de Mulas salió a la palestra este jueves para apartar el foco del exdirector de la Fundación, pero sigue habiendo muchas preguntas en el aíre. ¿Podía escribir ella para la entidad que dirigía su pareja sin que éste fuera consciente? ¿Encajan la primera versión de Mulas, en la que dijo que solo había visto a Amy Martin una vez con la autoconfesión hecha pública, a posteriori, por la estrambótica escritora? ¿Fue Irene Zoe la que contestó desde Senegal a la llamada del PSOE haciendo pasar por Amy cuando en Ferraz ya habían acorralado a Mulas en su escapada a ninguna parte? ¿De verdad que nadie en la Fundación Ideas conocía de estas irregularidades cuando las sospechas se cernían sobre Mulas, al menos, desde que en 2011 este diario denunció sus tres chollos como director?

El giro argumental más delirante de esta trama se escribió el pasado jueves con la confesión de la propia Irene Zoe, que le ha dado una nueva dimensión de doble personalidad a todo el embrollo. “Mi pretensión era mantener a Amy Martin activa a lo largo de toda mi vida, de mantener una doble –trató de explicarse-. Para ella, por ejemplo, estaba escribiendo un libro de investigación política en Senegal. La idea era comparar, al cabo de las décadas, los rastros dejados por una autora real (yo) y una ficticia. Como he dicho, en gran parte sobre esta premisa se erige la novela Warla Alkman”.

En efecto, Zoe, Amy y Warla Alkman, la tercera en discordia, se han cruzado, simultánea e insospechadamente, en el camino de Rubalcaba a la hora de denunciar la corrupción en la acera de enfrente, en la casa del PP, y han contribuido a desacreditar un poco más a la clase política en esta gota malaya llamada corrupción que está terminando por corroer las bases mismas del sistema.

De la novela, por cierto, poco más se sabe y poco más ha podido avanzar la editorial Edhasa, que todavía no ha recibido el manuscrito completo por parte de la autora. Sí se sabe que el libro incorporará “elementos de realidad aumentada y tendrá códigos BIDI o QR que remiten a vídeos, reportajes, canciones, etc. Además de sitio web, booktrailer y todas esas modernidades que forman parte de la trama”, según su editor, Daniel Fernández. “La novela está concebida como e-book”, explican desde la editorial.

Los triples sueldos de Mulas (el de la fundación, de unos 5.000 euros mensuales más los sobresueldos a través de trabajos que facturaba, bien a su empresa, Storyilnes Projects, bien a Amy Martin) han supuesto una negra mancha en su expediente y en su trayectoria, que se las prometía de ser de las más apabullantes de entre los cachorros de la izquierda. Así se podía leer en su blog –ahora desactivado-, en donde presumía de haberse codeado con los prohombres de la política. Desde Bill Clinton a Zapatero, pasando por Nicolas Sarzkozy o Toni Blair. Y es que, la manzana podrida estaba muy cerca. En el mismo centro neurálgico de Ferraz, en un hombre que dirigía el tanque de ideas del partido y que participó en la elaboración del programa electoral de las últimas elecciones. Tan cerca como para dudar de que sus superiores desconocieran sus andanzas.

Mulas se ha ganado su fama como economista y creció profesionalmente en el grupo de economistas que acompañaron a Miguel Sebastián hasta La Moncloa, a un despacho muy cercano al del presidente del Gobierno, de quien fue su cicerone en eventos como el famoso Desayuno de la Oración de Washington. Con un currículo apabullante (con títulos en la Universidad de Cambridge e incluso en la de Columbia, Nueva York), sorprende que el afán por redondear sus ingresos con malas prácticas le haya sepultado y le haya convertido en un proscrito de la causa socialista.

En el fondo, Mulas y Zoe han sido, con permiso de Amy, un matrimonio a tres que ha vivido y triunfado económicamente a las faldas del Zapatero por su cercanía al poder. Ella ha encontrado fácil financiación para sus cortos (Uniformadas y Buen Viaje) en un Gobierno que la subvencionó hasta en su último día de mandato, como hizo Leire Pajín a través del Ministerio de Sanidad o en otras tantas ocasiones la exministra de Cultura, Ángeles Gónzalez-Sinde. También pasó por el Cervantes de Estocolmo (fue nombrada por Carmen Caffarel pero solo duró un año en el puesto), mientras que él abandonó la Oficina Económica de Sebastián en 2006 para recolocarse después a las órdenes de Jesús Caldera en el tanque de pensamiento del PSOE. La novela, sin embargo, está inconclusa a la espera de que Zoe remate sus últimos párrafos y de que el PSOE concluya su investigación interna y recupere los 58.000 euros pagados a la inexistente escritora. La historia de los últimos días de Warla Alkman, de Carlos Mulas, Irene Zoe y Amy Martín continuará. 

Todavía no ha terminado de escribir los últimos capítulos de su última novela, pero, de repente, Los últimos días de Warla Alkman se han convertido en un relato que ha superado con creces a la ficción para saltar del papel del último libro de Irene Zoe a los papeles de los periódicos. Pocas veces un seudónimo ha dado para tanto, con retribuciones inauditas, y pocas veces también, una historia tan enrevesada ha terminado por fulminar a quien se las prometía como uno de los jóvenes cerebritos de la izquierda, Carlos Mulas, que subió muy rápido, quizá demasiado deprisa, por las escaleras del poder del 'Zapaterato' y que ha terminado por caer, igualmente, de una forma abrupta. “Debo expresar mi estupor ante lo que supone una gravísima quiebra de la confianza depositada en hasta quién hoy ha sido director de la Fundación Ideas”, sentenció Jesús Caldera en el comunicado que ha puesto punto final a la carrera política de Mulas. "Un golfo", según Óscar López, secretario de Organización del PSOE.