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Aguirre no se va y seguirá al frente del PP de Madrid para defender a González
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“LA BICEFALIA TIENE AHORA MUCHOS ADEPTOS”

Aguirre no se va y seguirá al frente del PP de Madrid para defender a González

No era partidaria de las bicefalias, pero las circunstancias le han obligado a cambiar de opinión. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no

Foto: Aguirre no se va y seguirá al frente del PP de Madrid para defender a González
Aguirre no se va y seguirá al frente del PP de Madrid para defender a González

No era partidaria de las bicefalias, pero las circunstancias le han obligado a cambiar de opinión. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no lo dijo ayer con esas palabras, pero sí que quiso dejar claro, en su primera rueda de prensa desde que dejó la primera línea de la política, que sigue activa y peleona y que, de momento, no tiene ninguna prisa en dejar la presidencia del PP de Madrid, donde ahora, más que nunca, su delfín y sucesor, Ignacio González, necesita su respaldo y defensa política. La negativa pública y frontal de Mariano Rajoy al euro por receta en Madrid ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la todavía lideresa del PP, que ha vuelto a desenterrar el hacha de guerra de las cuitas internas con el presidente del Gobierno.

Fuentes regionales reconocen que en el trasfondo se visualiza otra nueva “guerra política” con el Gobierno de la nación, que le ha negado a Madrid, por un lado, los 1.000 millones de financiación que reclaman, desde hace meses, González y Aguirre y que, por otro, trata de cerrar la puerta a una “tasa disuasoria” como el euro por receta que nunca ha generado rechazo alguno por parte de Rajoy hasta que Madrid ha decido imponerlo. De hecho, Cataluña lo anunció hace meses y el Ejecutivo miró para otro lado y no lo recurrió al Tribunal Constitucional, que podría haber suspendido cautelarmente su aplicación.

Aguirre convocó ayer una rueda de prensa antes de la Junta Directiva del PP regional para volver a hacer valoraciones políticas sobre asuntos de actualidad como la deriva secesionista de Artur Mas, pero, sobre todo, para dejar claro que no deja la presidencia del partido y que estará al frente del mismo el tiempo que haga falta para defender a González, quien, durante la rueda de prensa, permaneció callado y en un segundo plano tras la lideresa. De hecho, Aguirre ejercía claramente de máxima dirigente de la Comunidad. “Nosotros estamos por el diálogo y si nos reconocen que es un error lo de los 1.000 millones que nos tienen que dar y no nos dan, no le digo yo que no (retiraría el euro por receta)”, llegó a señalar en el turno de preguntas.

“Es verdad que yo dije que a mí no me gustaba la bicefalia y creo que añadí, con estas manías mías de añadir algo más de lo que la gente me pide, que esa se la dejaba para Arzalluz. Pero bueno, salieron algunas voces diciendo que a ellos sí les gustaba la bicefalia y yo soy negociadora y transigente y aquí estoy bicéfalamente”, explicó Aguirre a la prensa. Un reparto de tareas entre ella y González en el que tampoco quiso aclarar si tiene algún tipo de calendario para su marcha completa y definitiva. Preguntada al respecto, respondió lacónicamente que la bicefalia “tiene muchos adeptos y, si tiene adeptos, ¿cómo me voy a poner yo en contra?”. En otro momento de su intervención, Aguirre recordó que fue elegida en junio por el 97,2% de los compromisarios de su partido, por lo que se siente con total legitimidad para seguir al timón.

Aguirre y González han interpretado el no de Rajoy al euro por receta como una declaración de guerra y un intento de aislar políticamente al presidente de la Comunidad de Madrid. Y esto ha sido, en definitiva, la gota que ha colmado la paciencia de Aguirre, que desde que dejó la primera línea de la política, ha visto movimientos por parte de Génova y por parte de la propia alcaldesa de Madrid, Ana Botella, para intentar moverle la silla en el partido y desestabilizar políticamente a su sucesor.

Botella no se quedó a la reunión

Con Botella, que fue la primera en pedir un congreso para elegir al nuevo presidente del PP nada más dimitir Aguirre, la relación sigue siendo de hielo. Asistentes ayer a la reunión de Génova reconocían a El Confidencial que Botella se pasó por la junta directiva, “se dejó fotografíar y habló con la gente, entró a la reunión, pero se marchó sin ni siquiera sentarse”. De ahí que Aguirre tampoco ahorrase críticas a la hora de comentar la gestión del Consistorio en el caso Madrid Arena, en el que dijo que se debe “llegar al conocimiento de la verdad, caiga quien caiga”. A Aguirre le preguntaron incluso si esto podría suponer llevarse por delante la cabeza del vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, a lo que ella repitió, de nuevo, que: “Caiga quien caiga”.

Con el Gobierno de Rajoy, Aguirre quiso marcar sus diferencias y el carácter más liberal de su proyecto político recordando que el PP de Madrid no ha subido ni un solo impuesto, al contrario que Rajoy, y que el euro por receta es solo “una tasa disuasoria” para recortar el gasto farmacéutico. En este sentido, celebró que el Gobierno quiera hablar y negociar, pero puso sobre el tapete la exigencia de los 1.000 millones de euros que exige la Comunidad al Estado en la parte que les corresponde por recaudación de IVA y de impuestos especiales. “Habrá que ver cuáles son los argumentos del Gobierno. Este euro por receta está implantado en Cataluña y hasta el momento el Gobierno no lo ha recurrido”.

Aguirre recordó también que Rajoy ha tenido que subir impuestos aunque no le gusta y que el euro por receta no contradice ningún principio del Partido Popular. “También escuché a Mariano Rajoy decir que no le gusta subir impuestos y, sin embargo, tuvo que subir el impuesto de la renta y, posteriormente, tuvo que subir el IVA”.

En el fondo, la cuestión no es tanto económica, como política y ha reabierto viejas heridas dentro del Partido Popular. Así las cosas, Aguirre ha decido no dejar del todo la primera línea y no cierra las puertas a nada. “No descarto absolutamente nada. Cuando me llame la secretaria general ahí estaré en perfecto estado de saludo”, concluyó lacónicamente.

No era partidaria de las bicefalias, pero las circunstancias le han obligado a cambiar de opinión. La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, no lo dijo ayer con esas palabras, pero sí que quiso dejar claro, en su primera rueda de prensa desde que dejó la primera línea de la política, que sigue activa y peleona y que, de momento, no tiene ninguna prisa en dejar la presidencia del PP de Madrid, donde ahora, más que nunca, su delfín y sucesor, Ignacio González, necesita su respaldo y defensa política. La negativa pública y frontal de Mariano Rajoy al euro por receta en Madrid ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de la todavía lideresa del PP, que ha vuelto a desenterrar el hacha de guerra de las cuitas internas con el presidente del Gobierno.

Ignacio González Ayuntamiento de Madrid