López y Basagoiti acusan de independentista a Urkullu y le convierten en el candidato a batir

Si algo dejó claro el debate televisivo de la noche de ayer en EiTB entre los seis candidatos a la presidencia del Gobierno vasco es que Íñigo Urkullu (PNV) es el hombre a batir. El lehendakari Patxi López y el líder de los populares, Antonio Basagoiti, le convirtieron en el principal objetivo de sus ataques, en unas ocasiones identificándole con la independencia, y en otras por su falta de propuestas concretas para superar la crisis económica. Laura Mintegi, cabeza de lista de EH Bildu, que se perfila como segunda fuerza del país, pasó de puntillas y sus propuestas apenas merecieron la atención de socialistas y populares, que la recriminaron por no condenar a ETA.

Íñigo Urkullu sabe que es el candidato con más posibilidades de convertirse en el próximo lehendakari y que en este debate tenía más que perder que ganar. Tal vez por eso arrancó su intervención inseguro y rígido, consultando las notas que tenía sobre el atril, aunque fue de menos a más a medida que Patxi López y Antonio Basagoiti intentaban arrinconarlo para que explicara su programa de gobierno.

El candidato popular, que estuvo sobreactuado, preguntó insistentemente si su propuesta de país era la independencia. Urkullu le ignoró durante buena parte del debate, hasta que, para sorpresa de su interlocutor, le respondió que su proyecto era “más autogobierno”. “No asuste a la gente –recriminó a Basagoiti- tenemos los pies en el suelo y la prioridad en este momento es la crisis económica. La apuesta del PNV es una Euskadi nación europea”, y reclamó una relación de “bilateralidad”, de igual a igual, con el Estado español.  

Autogobierno contra independencia.

“Aquí dice más autogobierno –intervino López- pero fuera afirma que quiere la independencia. Díganos de verdad cuál es su apuesta”. “La propuesta de soberanía pone en peligro todo –insistió el líder popular-, entre otras cosas la caja única de la Seguridad Social, que nos dejaría sin poder pagar a los pensionistas (…) Está en la misma estrategia que el señor Artur Mas”. El chaparrón no acabó ahí y López dijo que en este “tiempo sin violencia” hay que construir la convivencia entre diferentes, "y por eso yo defiendo el autogobierno y me opongo a la independencia y al centralismo”. José Navas, candidato de Ezker Batua (EB), propuso un federalismo de libre adhesión como punto de encuentro.

Laura Mintegi, sobre el papel la candidata que más tenía que decir en este bloque del debate, tuvo una intervención light en la que se limitó a recordar que ayer se cumplía un año del Pacto de Aiete que precedió al anuncio de “cese definitivo” de la violencia por parte de ETA, defendió que se pregunte a los ciudadanos sobre la relación que quieren tener con el Estado, y reclamó “mayores cotas de soberanía, y a ser posible la independencia”. “Nos llevemos como nos llevemos –dijo al resto de candidatos- nos vamos a tener que arreglar. Estamos obligados a entendernos; se lo debemos a los ciudadanos”.

Mintegi encajó sin perder la compostura las descalificaciones que le dirigió Basagoiti desde su primera intervención, en la que puso en duda su legitimidad para estar en el estudio. “Usted representa a quienes nunca condenaron a ETA. No tiene la mínima decencia”. Le ayudó Gorka Maneiro, candidato de UpyD: “Ustedes han apoyado los crímenes de ETA, no hable de derechos humanos”. El lehendakari López remató las críticas a la candidata abertzale recordándola que “mientras a algunos nos asesinaban, otros aplaudían”.

El futuro lehendakari tendrá que hacer recortes.

Patxi López estuvo sólido en el discurso y se manejó con soltura en el cuerpo a cuerpo. Demostró las tablas que da el ejercicio del poder y aprovechó sus intervenciones para defender la gestión económica de su Gobierno frente a los recortes del Ejecutivo de Rajoy. Urkullu reconoció que si es el nuevo lehendakari tendrá que hacer recortes, aunque no concretó en qué partidas, pero sí que no sería ni en Sanidad, ni en Educación. Todos los candidatos situaron el paro como prioridad, defendieron una nueva fiscalidad para que pague más quien más tiene, y el “adelgazamiento” del entramado institucional, para reducir gastos, aspecto en el que Gorka Maneiro hizo especial hincapié. El resto fue un arrojarse cifras entre Patxi López e Íñigo Urkullu sobre quién gestionaría mejor el país en la próxima legislatura.

El formato de debate restó espontaneidad y encorsetó a los participantes, que apenas tuvieron ocasión de explicar en detalle sus propuestas y de interpelar a sus contrincantes en la carrera electoral. El encuentro estaba inicialmente previsto entre los candidatos de los cuatro partidos mayoritarios (PSE, PNV, PP y EH Bildu), pero  la Junta Electoral Central decidió que participasen todas las fuerzas con representación parlamentaria y obligó a incluir a UPyD y Ezker Batua (EB). Previamente, la Junta Electoral del País Vasco había dado por bueno el encuentro a cuatro, al haberse celebrado ya otro a seis con la intervención de “segundos espadas” de cada formación. El de ayer fue el primer y único debate entre todos los cabezas de lista.