Eguiguren: “Es una injusticia tener a Otegi en la cárcel por haber luchado por la paz”

Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos y protagonista del último proceso de paz con ETA, defiende en su retirada política, que ha anunciado para después de las elecciones del 21-O, a quien durante años fue su principal interlocutor con la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, que cumple una condena de 6 años por pertenencia a banda armada. El líder del PSE le considera uno de los artífices del "cese definitivo" de la violencia anunciado por la banda terrorista hace un año, y reclama su puesta en libertad. “Que Otegi esté en la cárcel por haber luchado por la paz es una de las mayores injusticias. Es algo que no pasa en ningún lugar del mundo, y que está impidiendo que la izquierda abertzale tenga un líder. Me siento solidario con él”, manifestó ayer a este diario. 

El líder abertzale fue condenado por la Audiencia Nacional (AN) en julio de 2011 a 10 años de prisión en el conocido como “caso Bateragune”. El pasado mayo el Tribunal Supremo (TS) rebajó la pena a 6 años de reclusión al considerar probada su pertenencia a ETA, aunque no que fuera un dirigente de la banda, como sostenía el fallo de la AN. Otegi ha recurrido la condena al Tribunal Constitucional (TC), pero su permanencia en prisión le ha retirado de la primera línea de la escena política y ha frustrado su candidatura a lehendakari en las elecciones del próximo 21-O.

Eguiguren cree que la política penitenciaria es fundamental para que ETA eche definitivamente la persiana y se disuelva, aunque no comparte la estrategia del Gobierno. “Con los presos se está haciendo fatal. Les quieren hacer pasar por el cedazo de la traición, y esta gente son criminales, pero no delatores; antes están dispuestos a pasar treinta años más en prisión. La vía Nanclares de reinserción (en alusión a los presos etarras que han abandonado la banda e iniciado un proceso de encuentros con sus víctimas) plantea el arrepentimiento como una obligación, y eso no es arrepentimiento. ETA está en las cárceles, no en Francia, y tiene sus expectativas. Valoro lo que está haciendo el PP, pero el Gobierno tenía que haber elaborado un calendario que concretara qué presos pueden salir de la cárcel, cuáles no, y en qué plazos, y ha hecho lo contrario. Quiero pensar –concluye- que no va a dejar pasar esta oportunidad”. 

Eguiguren está convencido de que la aplicación de la llamada “justicia transicional” puede facilitar el proceso de pacificación y normalización del País Vasco. Un concepto que alude a los procesos de transición de un escenario de violencia terrorista a otro de paz, conjugando las exigencias jurídicas de las víctimas y la oportunidad política.

Retirada tras las elecciones del 21-O

Ante la proximidad de las elecciones vascas el presidente del PSE dice que “intuía” la decisión del lehendakari Patxi López, cuya gestión alaba. “Ha conseguido la paz, ha recuperado la convivencia, y en cuatro años ha hecho más que otros en treinta. Ha sido coherente. Ahora no hay que obsesionarse por lograr un diputado más o menos. Lo importante es la herencia que deja este Gobierno”.

Su retirada de la política tras las elecciones del 21-O no tiene nada que ver con supuestas divergencias con el partido, pese a los numerosos desencuentros durante los últimos años. Es, asegura, una decisión vital. “Iré el último de la candidatura para dejar constancia de que estoy con el partido. Me retiro porque ya no quiero estar en la batalla política. Llevo 30 años con escolta, en las etapas más duras he estado en primera fila, y he vivido el primer atentado de ETA y enterrado a su última víctima (el socialista Isaías Carrasco, asesinado el 7 de marzo de 2008). Estoy destrozado, me siento vacío y no veo otro remedio que poner distancia”.

La decisión se la comunicó a Patxi López fechas atrás. “Le expliqué que quería desaparecer. A él también le gustaría, me dijo, pero no puede”. Preguntado por la posibilidad de que López dé el salto a la política nacional si, como es previsible, no es reelegido lehendakari, Eguiguren dice: “Supongo que acabará en Madrid”.