Blanco peleará por la Xunta de Galicia una vez se cierre el 'caso Campeón'

José Blanco ha decidido pelear por presidir la Xunta de Galicia, y solo espera a quedar libre del caso Campeón para comunicar a la dirección del PSOE que concurrirá a las primarias en esa comunidad. El exministro de Fomento todavía mantiene en vilo a sus colegas de partido, pero ya ha transmitido sus intenciones a destacadas figuras del ámbito económico y financiero de Galicia. Según las fuentes consultadas por este diario, Blanco se ha reunido recientemente con personalidades de la elite gallega, a quienes ha adelantado su intención de sustituir a Alberto Núñez Feijóo al frente del Gobierno regional.

No obstante, Blanco todavía arrastra su imputación en la operación Campeón por los supuestos tratos de favor que habría realizado para el empresario Jorge Dorribo a cambio de comisiones. El exministro de Fomento, exportavoz del Gobierno y exvicesecretario general del PSOE, declaró en enero ante el Tribunal Supremo por este caso, donde insistió en su inocencia y tachó de falsas las acusaciones. Fuentes socialistas señalaron que la investigación marcha bien para los intereses de Blanco, por lo que próximamente podría levantarse la imputación.

De hecho, quien fuera la mano derecha de José Luis Rodríguez Zapatero solo espera a que se dé carpetazo al proceso para poder anunciar su regreso a la primera línea. Por ello, y pese a que conversa habitualmente con Alfredo Pérez Rubalcaba, todavía no le ha confesado su deseo de ser el candidato socialista a la Xunta de Galicia. En cambio, ante otros dirigentes socialistas sí ha llegado a admitir que está reflexionando sobre esta posibilidad, algo que en público ha negado tajantemente en varias ocasiones, mientras que ha optado por sincerarse con personalidades del ámbito económico y financiero, ajenas a la política.

Blanco necesita que el Supremo se pronuncie cuanto antes a su favor, liberándole de toda sombra de corrupción, aunque su imagen quedó muy dañada por las acusaciones vertidas contra él. Las revelaciones periodísticas sobre la operación Campeón amargaron su última etapa en el Gobierno y contaminaron la ya difícil campaña electoral del PSOE en 2011. Pese a todo, Rubalcaba y la dirección socialista cerraron filas en torno a Blanco, quien encabezó la candidatura al Congreso por Lugo, siendo elegido diputado y vicepresidente segundo de la Comisión de Industria.

El exministro se ve con fuerzas para imponerse al secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, a quien desde Madrid se quiso descabalgar recientemente aupando a la también exministra Elena Espinosa para ese cargo. Vázquez resistió, pero ahora deberá afrontar unas complicadas primarias con el partido dividido en la región. El Comité Federal del PSOE, convocado para el 8 de septiembre, dará vía libre a la competición interna, y a partir de entonces Blanco dispondrá de quince días para anunciar oficialmente su decisión.

Respaldo de ‘barones’ gallegos

Dada la división en el partido, diversos barones gallegos esperan la llegada del exministro como agua de mayo. Así, el presidente del PSOE en Galicia y alcalde de Lugo, Xosé Clemente López Orozco; y el exregidor de Santiago, Xosé Sánchez Burgallo, han expresado públicamente su respaldo a Blanco como candidato para recuperar el poder autonómico. El primero aseguró que posee “unas cualidades excepcionales”, mientras que el segundo destacó que se trata de “un activo muy importante para el PSOE”. Incluso el exministro de Justicia Francisco Caamaño, secretario de los socialistas coruñeses, afirmó que sería “un buen candidato”, pese a que este dirigente se sitúa en la órbita de Vázquez y Carme Chacón.

Los socialistas no poseen encuestas actualizadas sobre sus perspectivas electorales en Galicia, sin embargo, ha calado la idea de que se puede arrebatar el Gobierno a Feijóo. La preocupación existe también en el PP, donde se admite que la crisis y los tempranos recortes que aplicó el presidente gallego le han pasado factura a su imagen. Solo un diputado define la mayoría absoluta en la comunidad, por lo que en el PSOE se cree que el vuelco es posible, sobre todo tras los resultados en Andalucía y Asturias, donde el desempeño electoral fue mejor de lo esperado. Por ello, Blanco sabe que puede ser su última oportunidad de hacer algo importante en política.