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Un policía dijo a sus jefes quién era el ladrón del Códice Calixtino tres días después del robo
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EL COMISARIO DE SANTIAGO DE COMPOSTELA IGNORÓ LA DENUNCIA

Un policía dijo a sus jefes quién era el ladrón del Códice Calixtino tres días después del robo

Un policía de la escala básica denunció a sus superiores al presunto autor del robo del Códice Calixtino tres días después de su desaparición, pero nadie

Foto: Un policía dijo a sus jefes quién era el ladrón del Códice Calixtino tres días después del robo
Un policía dijo a sus jefes quién era el ladrón del Códice Calixtino tres días después del robo

Un policía de la escala básica denunció a sus superiores al presunto autor del robo del Códice Calixtino tres días después de su desaparición, pero nadie le hizo caso y lo que podía haberse resuelto en días ha tardado un año. El agente remitió un escrito al comisario jefe de Santiago de Compostela en el que trasladaba sus sospechas sobre Manuel Fernández Castiñeiras, electricista de la catedral, detenido el pasado día 4, que se jactaba en público de haber sustraído otras antigüedades.

El escrito está fechado el 8 de julio de 2011 (el robo se descubrió el día 5), y aunque es muy conciso contiene toda la información que ahora, un año después, se ha demostrado cierta. El comisario Serafín Castro, jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), que ha llevado la investigación, reconoció en una rueda de prensa posterior a la recuperación de Códice que el detenido no fue el principal sospechoso del caso hasta el pasado mes de enero. Para entonces habían transcurrido seis meses de la denuncia de su compañero de la escala básica.

“Un tal Manuel Fernández Castiñeiras, con domicilio en Rosalía de Castro nº 27, portal 2, 1ºE de Milladoiro, estuvo de electricista en la Catedral hasta hace dos años, siendo despedido al ser sospechoso de varias sustracciones así como por pasar facturas irregulares, no siendo denunciado”, arranca el texto remitido al comisario jefe. “Es de reseñar el amplio conocimiento que manifiesta tener de la Catedral, así como de jactarse de tener diversas antigüedades pertenecientes a la Iglesia -escribió el policía-. Reseñar que no parece que existan ingresos en la unidad familiar, teniendo un alto nivel adquisitivo, con numerosas propiedades inmobiliarias”.

El agente informaba por último de los extraños movimientos del sospechoso, que acudía con mucha frecuencia a la Catedral sin motivo aparente. “Al parecer -concluía su informe- desde su despido no tiene 'mucha simpatía' hacia la Iglesia, manifestando en ocasiones que se vengaría. Lo que se comunica por si pudiera ser de utilidad y a los efectos oportunos”.

El Códice Calixtino fue recuperado la pasada semana escondido en un garaje, envuelto en papeles dentro de una bolsa de basura en una de las viviendas de Manuel Fernández, en la que se incautaron, además, 1,2 millones de euros y 300.000 dólares. Días después, la Policía encontró una maleta con 600.000 euros en el patio que el detenido y su mujer, Remedios Mayo, también arrestada, tienen en la localidad coruñesa de Milladoiro. Samuel Suárez, delegado del Gobierno en Galicia, asegura que el dinero "fue sustraído del ámbito de la catedral".

Un portavoz de la Policía restó ayer importancia a la denuncia del agente porque el ahora detenido fue desde el primer momento uno de los sospechosos del robo, junto a otros empleados de la Catedral. Según la versión oficial, las pesquisas se centraron definitivamente en él cuando en enero intentó comprar una vivienda en efectivo.

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, viajó el pasado domingo a Santiago de Compostela para entregar en mano el Códice al arzobispo compostelano Julián Barrio, en un acto al que no faltaron Alberto Nuñez Feijoo, presidente de la Xunta, y Carlos Varela, fiscal superior de Galicia.

Una "chapuza" de investigación

El Sindicato Unificado de Policía (SUP), mayoritario en el Cuerpo, hizo público ayer un comunicado en el que califica de “chapuza” la investigación y pide que se aclare qué hicieron los mandos de la comisaría de Santiago de Compostela con la denuncia del policía, “si se cursó o si no se hizo, y en cada uno de los supuestos exigir explicaciones a los distintos mandos sobre las razones de su proceder. Es un fallo garrafal, impropio de cualquier organismo o institución que debe saldarse con la depuración de responsabilidades”.

El sindicato arremete también contra el acto montado por el Gobierno para devolver el Códice al arzobispo. “La fotografía de ayer, con todas las autoridades eclesiástica, (que deberían explicar el sistema de control, cuánto le han robado, cómo ha sido posible, cuánto dinero mueven y si aplican normas contables legales o no), las autoridades políticas y los mandos policiales debería suponer el inicio de una investigación independiente a fin de conocer todo lo acontecido con este asunto, que es merecedor, desde su primer hasta su último acto (que aún está por escribir) de un guión de la película 'Torrente'”.

Un policía de la escala básica denunció a sus superiores al presunto autor del robo del Códice Calixtino tres días después de su desaparición, pero nadie le hizo caso y lo que podía haberse resuelto en días ha tardado un año. El agente remitió un escrito al comisario jefe de Santiago de Compostela en el que trasladaba sus sospechas sobre Manuel Fernández Castiñeiras, electricista de la catedral, detenido el pasado día 4, que se jactaba en público de haber sustraído otras antigüedades.