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Fernández asume el Gobierno de Asturias ofreciendo lealtad a Rajoy
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EN PLENO DEBATE SOBRE LA SITUACIÓN FINANCIERA DE LA AUTONOMÍA

Fernández asume el Gobierno de Asturias ofreciendo lealtad a Rajoy

El nuevo presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández reclamó y ofreció lealtad institucional al Gobierno de España para alcanza "una Asturias que ascienda por la escalera

Foto: Fernández asume el Gobierno de Asturias ofreciendo lealtad a Rajoy
Fernández asume el Gobierno de Asturias ofreciendo lealtad a Rajoy

El nuevo presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández reclamó y ofreció lealtad institucional al Gobierno de España para alcanza "una Asturias que ascienda por la escalera del progreso, que tiene por primer peldaño la lucha contra el desempleo",  en su toma de posesión como nuevo responsable del Ejecutivo. La ministra de Fomento, Ana Pastor, se comprometió por su parte a colaborar lealmente con el nuevo equipo de gobierno de la comunidad autónoma para afrontar el reto que tiene actualmente España "empeñada en un camino de reformas estructurales para salir de la crisis".

Que la situación va a ser harto complicada para el nuevo mandatario asturiano se puso ya de relieve en la bienvenida que le ofrecieron los trabajadores de la enseñanza pública, que se manifestaron delante de la sede del Parlamento regionalexigiendo el bloqueo a cualquier ajuste en materia educativa. El miércoles, día en que se aprobó la investidura de Javier Fernández, fueron los mineros los que se colocaron ante la verja de la Junta General del Principado para reivindicar un compromiso permanente del nuevo Gobierno con el carbón y las comarcas mineras asturianas.

El ofrecimiento y la petición de lealtad y colaboración que Javier Fernández esgrimió en su discurso no supone un acatamiento de las políticas de ajuste que propugna el Gobierno de Mariano Rajoy, sino la promesa de que, independientemente de que los planteamientos para salir de la crisis puedan ser contrapuestos, en los grandes asuntos de Estado que hagan referencia a Asturias  prime más el sentido común y el deseo de servir a los ciudadanos que cualquier otra consideración. Porque la diferencia de criterios sobre cómo abordar las salida al actual déficit económico es evidente y fue puesta también de manifiesto por el nuevo presidente: “yo no quiero llegar a algún sitio a costa de lo que sea, sino que quiero llegar a una Asturias mejor".

Curiosamente en la reclamación de una austeridad razonable tuvo como aliado a su predecesor en el cargo, Francisco Álvarez-Cascos, que en su intervención de despedida  subrayó que "la estabilidad presupuestaria es una medicina que, en dosis adecuadas, cura, pero en dosis fundamentalistas mata". Sin embargo, el flamante presidente no quiso repetir los argumentos de su discurso de investidura, aunque dibujó varias pinceladas de lo que cree necesario para afrontar una recesión económica a la que asemejó  con " la maldición bíblica de las langostas que arrasaron los campos hasta agostarlos en desiertos".

En este contexto, Fernández reivindicó "un contrapeso político frente a un sistema financiero confiado en su propia exactitud" al igual que la política como arma frente a las expresiones supuestamente científicas de los expertos "en detrimento de los gobernantes".

También se mostró orgulloso de su doble condición de asturiano y español, en una comunidad en la que esta circunstancia "no resta, sino que suma", pero también para expresar su legitimidad de avanzar en el camino federal con "mas multilateralidad, más colaboración y más lealtad". Fue en este ámbito, en el que el nuevo presidente planteó la importancia de llevar a cabo políticas distintas en las comunidades autónomas como elemento diferenciador en la competencia política.

La mezcla de discurso político con referencias familiares y agradecimientos a sus antecesores y a sus correligionarios y votantes fue el eje central de la intervención de este hombre que se autodefinió como "fotofóbico", pero partidario acérrimo de la transparencia de su gobierno ante los asturianos "que tienen el derecho y el deber de observar y escrutar y controlar a su Gobierno". Una intervención que fue convenientemente loada por el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, presente en toma de posesión de un 'rubalcabista' de primera fila y que le auguró grandes éxitos y una segura estabilidad.

La posición de IU

La decisión de Izquierda Unida de no incorporarse al Gobierno de Fernández, acatando el mandato de sus bases aunque sólo por 13 votos, no inquieta al nuevo mandatario, que considera que el compromiso de la coalición de respetar la estabilidad de su Gabinete es un hecho indudable y que permitirá, además, llegar a acuerdos puntuales en materia de decisiones políticas. Esta ausencia de IU de la cocina del poder hizo modificar ligeramente la composición del nuevo equipo de Javier Fernández, no solo por la necesidad de ocupar los puestos que inicialmente se habían destinado para la coalición, sino para ajustar las personas a las características de un gobierno monocolor, distintas de un ejecutivo de coalición. De ahí la sustitución de María Luisa Carcedo por el ex alcalde de Siero, Guillermo Martínez al frente de la Consejería de Presidencia, con más futuro, pero más inexperto en materia de gobierno. No obstante, Fernández dio a conocer a su equipo, un conjunto de cinco mujeres y tres hombres que integrarán un colectivo "sólido y de claro perfil político".

Tanto el propio presidente como sus socios de legislatura UPyD e IU, se mostraron convencidos de que, independientemente de las fórmulas de cooperación, la estabilidad del gobierno de Asturias está garantizada con los votos de ambos partidos. Una estabilidad que el jefe del Ejecutivo regional consideró esencial para llevar a cabo su labor.. Para eso anunció que seguirá el consejo de uno de sus predecesores, el también socialista Pedro de Silva, quien le recomendó "no dejarse atrapar por los vapores de la vieja Asturias".

El nuevo presidente del Principado de Asturias, Javier Fernández reclamó y ofreció lealtad institucional al Gobierno de España para alcanza "una Asturias que ascienda por la escalera del progreso, que tiene por primer peldaño la lucha contra el desempleo",  en su toma de posesión como nuevo responsable del Ejecutivo. La ministra de Fomento, Ana Pastor, se comprometió por su parte a colaborar lealmente con el nuevo equipo de gobierno de la comunidad autónoma para afrontar el reto que tiene actualmente España "empeñada en un camino de reformas estructurales para salir de la crisis".