Cascos, como Rajoy, tampoco controla ‘su’ tv y la oposición evita que la cierre

El nuevo intento del presidente del Gobierno de Asturias, Francisco Álvarez-Cascos, de asfixiar económicamente a la Radio Televisión del Principado de Asturias (RTPA), la televisión pública autonómica, ha vuelto a fracasar. Los tres grupos de la oposición (PP, PSOE e IU) han rechazado las propuestas de Foro Asturias para impedir el pago de las subvenciones gubernamentales para el mantenimiento de un canal que Cascos no controla y que quiere abocar al cierre colocando a los asturianos ante la disyuntiva de eliminar este medio informativo o recortar en prestaciones de Sanidad, Educación o Servicios Sociales.

La dirección de la cadena tiene que hacer malabarismos para afrontar los compromisos de programación y ha llegado a un acuerdo con los proveedores para ir dilatando los pagos. En este contexto, se han producido una serie de sentencias judiciales que condenan a la RTPA por cesión ilegal de trabajadores, lo que ha sido aprovechado por el consejero de Economía para alertar sobre el incierto futuro del ente de comunicación, cuya viabilidad tendrá mucho que ver con el resultado electoral del 25 de marzo en Asturias.

Desde el minuto cero en que comenzó a gobernar, Cascos ya puso en el punto de mira a la RTPA, un ente que no puede controlar porque la ley autonómica, aprobada al respecto durante el anterior mandato, exige el voto de 30 de los 45 diputados del Parlamento regional para realizar cualquier modificación sustancial de su funcionamiento (entre ellas, nombrar o cesar a su director). La imposibilidad de tener influencia ilimitada en la RTPA es la razón, según esgrimen los tres partidos de la oposición, de la obsesión del presidente del Gobierno por ponerle palos en las ruedas.

No es ése el punto de vista de los dirigentes del partido de Cascos que aseguran que el modelo vigente es un saco sin fondo y que la puesta en funcionamiento de la RTPA ha supuesto la desaparición de un buen número de televisiones privadas locales. Esta versión se contradice con el hecho de que la autonómica asturiana sea una de las televisiones con menos presupuesto (poco más de 30 millones de euros al año) y con un índice de audiencia que se acerca al 8% del share y con tendencia creciente.

Por otra parte, el punto y final de algunas cadenas locales tienen más que ver con el fin del ciclo del ladrillo (sus propietarios estaban vinculados a la construcción) que con la competencia de la RTPA y, curiosamente, la aparición de las televisión pública asturiana ha dinamizado la industria audiovisual de la región, si bien los obstáculos colocados por Foro han provocado el cierre de algunas de estas empresas.

Lo primero que hizo Álvarez-Cascos a la llegada al palacio de la calle Suárez de la Riva (lugar donde está ubicada la sede del Gobierno del Principado) fue aplazar el pago de más de 11 millones de euros, última cantidad cuatrimestral correspondiente a la subvención anual del Ejecutivo para el ente de comunicación en 2011. Aducía el jefe del Ejecutivo que la situación económica hacía imposible afrontar una serie de pagos y que lo primero era establecer prioridades, en las que la Educación y la Sanidad estaban, "por supuesto", en primer término.

Como la mayoría parlamentaria se opuso a esta decisión y puso en marcha una ley, recurrida por Cascos con posterioridad, para obligar al pago de esa parte del presupuesto, Foro Asturias acusó al resto de grupos de no dejarle gobernar y de tratar de impedir cualquier forma de modificar el estatus político de la región. También Cascos señaló que su partido estaba siendo objeto de un boicot por parte del resto de fuerzas políticas e incluso que se le impedía acceder al Consejo de Administración. A algunos de los representantes de los trabajadores que acudieron a una entrevista por portavoces parlamentarios del partido, se les insinuó que si PP, PSOE e IU desbloqueaban el nombramiento de los consejeros de Foro en el Consejo, el Gobierno desbloquearía el pago.

Tal desbloqueo no existió nunca, por lo que a finales del pasado año, los seis representantes de Foro Asturias (de los 15 que integran el Consejo de Administración) pudieron tomar posesión. Sin embargo, los 11 millones de euros siguen sin ser transferidos a las cuentas de la RTPA, aunque, posteriormente fueron llegando otras cantidades correspondientes a las subvenciones de 2012, si bien tampooco en este capítulo las cuentas se han puesto al día. Incluso, el Comité de Empresa llegó a convocar una jornada de huelga el pasado mes de diciembre para exigir la viabilidad del proyecto de comunicación.

Sin el dinero del Gobierno, la RTPA no ha podido afrontar todos sus compromisos financieros y tuvo que dejar de pagar a las productoras que les proveían de contenidos. Algunas de ellas, las más pequeñas y débiles, tuvieron que cerrar y en otras los trabajadores siguen realizando su cometido, sin cobrar. De todas formas, la dirección de la radiotelevisión pública ha llegado a un acuerdo con diversos proveedores para aplazar el pago de la deuda y ha eliminado de la parrilla algunos programas controvertidos (como la emisión de la Fórmula 1 que simultaneaba con otro canal también en abierto, a pesar de que en Asturias la participación de Fernando Alonso, le daba un valor añadido) y ha reducido gastos de otros.

Si el futuro de la RTPA pende de lo que suceda en estas elecciones, el modelo que salga adelante tendrá mucho que ver con la situación presupuestaria, ya que, incluso, esta fórmula de cadena con personal y medios limitada, va a tener que encarar un recorte en el próximo ejercicio, independientemente de quien gane las elecciones.