Cascos se aferra a los fondos de la minería para ‘picar’ votos al PP

En su intento de frenar la caída de las expectativas electorales en los sondeos así como para evitar que la prórroga presupuestaria y la parálisis de la Administración autonómica por la crisis y los recortes debiliten aún más su Gobierno, Francisco Álvarez-Cascos ha decidido 'morder' a sus dos principales adversarios donde más réditos electorales puede conseguir: las inversiones pendientes en las comarcas mineras asturianas.

Los llamados fondos mineros sufrieron retrasos e incumplimientos con los socialistas en La Moncloa, y Mariano Rajoy los ha suspendido, obedeciendo a las necesidades de los ajustes. Cascos ha llegado a plantear, incluso, la exigencia de la puesta en marcha de estos incentivos a nivel judicial si no obtiene una salida satisfactoria en el plazo de un mes, alegando que esas partidas presupuestarias ya están aprobadas y no son el resultado de una reivindicación no admitida, sino la sustracción de un derecho ya adquirido, "que nos hurtan a todos los asturianos".

Lograr este dinero podría salvar la cara al presidente autonómico y, de esta manera, tener la oportunidad de rendir cuentas ante el electorado con algunos de sus deberes hechos.

Pero ¿qué son los fondos mineros? Se trata de la compensación económica a las zonas donde la industria pública del carbón tuvo que proceder a fuertes reconversiones con la correspondiente pérdida de empleos y el cierre de numerosos pozos, en un proceso auspiciado por las exigencias comunitarias y el aval de la propia Unión Europea. Los compromisos en actuaciones se pactan entre los sindicatos con implantación en el sector (UGT y CCOO) y la Administración del Estado con presupuestos plurianuales.

Es frecuente que en estas inversiones se demoren plazos e incluso que algunas iniciativas se queden momentáneamente en el camino, pero nunca hasta ahora alguien se había atrevido a frenar lo ya acordado, que permite que las poblaciones afectadas puedan seguir incorporadas al desarrollo regional.

Los pagos pendientes de este último año son 267 millones de euros que deberían ir destinados a la creación de empresas y a la puesta en marcha de infraestructuras que tienen como objetivo cohesionar los territorios en los que la pérdida de empleo y producción han ocasionado el éxodo de muchos de sus habitantes hacia otras zonas con mayor proyección, así como la desecación de su tejido industrial.

De este incumplimiento de Mariano Rajoy comienza a hacer sangre el presidente asturiano con un discurso firme y apelando a la ‘dignidad’ de los asturianos que se ve “menoscabada” por el Gobierno central. Tiene, además, en este capítulo, el respaldo de los propios sindicatos, ya que consideran que los fondos mineros son una conquista lograda tras muchas peleas en el proceso de reajuste de la minería y de los ayuntamientos de las zonas, en los que ni PP ni Foro Asturias ocupan Alcaldía alguna, a excepción de Oviedo y Gijón, donde la existencia de antiguas minas ha significado su inclusión en este acuerdo compensatorio.

Es, precisamente, al antiguo partido de Álvarez-Cascos al que va dirigida la mayor munición crítica. La candidata del PP a la presidencia autonómica, Mercedes Fernández, trata de evitar la responsabilidad que le imputa el jefe del Ejecutivo regional y recuerda que los fondos mineros nacieron en época de José María Aznar, apelando, además, a la sensibilidad del entonces dirigente nacional para reestructurar las comarcas mineras de forma ordenada. Fernández promete gestiones con Mariano Rajoy para que desde la Administración central se pueda reconducir el proceso y aceptar algunas inversiones, pero hasta la fecha, ningún alto cargo del Gobierno español ha puesto sobre la mesa soluciones alternativas, excepto reiteradas propuestas genéricas del compromiso del Ejecutivo con Asturias.