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El 'caso Urdangarín' obliga a los Reyes a renunciar a los fastos por sus bodas de oro
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EL PRÓXIMO 14 DE MAYO SE CUMPLEN 50 AÑOS DE SU ENLACE MATRIMONIAL

El 'caso Urdangarín' obliga a los Reyes a renunciar a los fastos por sus bodas de oro

La Casa del Rey le apartó de sus actos oficiales, pero eso no significa que se haya librado de él. Iñaki Urdangarín, pese a sus problemas con la justicia,

Foto: El 'caso Urdangarín' obliga a los Reyes a renunciar a los fastos por sus bodas de oro
El 'caso Urdangarín' obliga a los Reyes a renunciar a los fastos por sus bodas de oro

La Casa del Rey le apartó de sus actos oficiales, pero eso no significa que se haya librado de él. Iñaki Urdangarín, pese a sus problemas con la justicia, sigue siendo el marido de la infanta Cristina de Borbón, y esa incómoda circunstancia condiciona la agenda de La Zarzuela, que ha decidido renunciar a cualquier tipo de fastos para conmemorar las bodas de oro de los Reyes a causa, precisamente, de la imputación del duque de Palma.

El próximo 14 de mayo se cumplen 50 años del enlace matrimonial de Don Juan Carlos y Doña Sofía. El actual jefe del Estado había conocido a su ahora esposa en 1961 con ocasión de la boda de los duques de Kent en Londres, y en septiembre de ese mismo año Don Juan Carlos pidió al rey Pablo I de Grecia la mano de su hija Sofía en Lausana (Suiza). La boda de la pareja se celebró el 14 de mayo de 1962 en la iglesia de San Dionisio de Atenas según el rito católico, seguida de una ceremonia ortodoxa en la Iglesia metropolitana de la capital griega.

Cincuenta años después, la Casa del Rey, forzada por las circunstancias, pasará casi de puntillas por esa efeméride. La imputación del yerno del monarca por presunta corrupción ha aconsejado a La Zarzuela organizar unas bodas de oro de perfil bajo, en un momento en el que la institución monárquica se encuentra bajo la lupa de la opinión pública por los supuestos desmanes de uno de sus miembros y tras haber cosechado, por primera vez, un suspenso en valoración ciudadana, según puso de manifiesto el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado octubre.

Reuniones de trabajo

Fuentes cercanas a La Zarzuela han asegurado a El Confidencial que no habrá grandes fastos para conmemorar los 50 años de la boda real. Apremiados por la cercanía de la fecha, Don Juan Carlos y el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, han mantenido ya varias reuniones de trabajo con sus principales colaboradores para abordar el asunto. Y en esos encuentros, según las mismas fuentes, el monarca ha expresado su deseo de que el aniversario se celebre de la forma más discreta posible.

El único acto oficial con motivo de las bodas de oro será una cena en el palacio de El Pardo que los Reyes ofrecerán a las primeras autoridades del país, y a la que asistirán el heredero de la Corona, Felipe de Borbón, y su esposa, Letizia Ortiz, pero no Cristina y Elena de Borbón ni, por supuesto, Urdangarín. La Casa del Rey ya ha dado instrucciones a José Rodríguez-Spiteri, presidente del consejo de administración de Patrimonio Nacional, para disponer los preparativos de ese acto institucional. Patrimonio Nacional gestiona los palacios y bienes de titularidad estatal para uso de la familia real, entre ellos el de El Pardo, a las afueras de Madrid.

En el ámbito privado, la única opción que hay sobre la mesa es una misa en el Palacio Real, también en Madrid, a la que sí acudirían todos los miembros de la familia real y demás familiares de Don Juan Carlos, incluidas sus hermanas y sobrinos. Sin embargo, las fuentes consultadas sostienen que aún no hay una decisión cerrada al respecto, entre otras razones porque el Rey duda si Urdangarín debe viajar a España para estar presente en esa ceremonia.

Crisis económica y relaciones personales

No se cursarán invitaciones para la cena en El Pardo a los miembros de otras casas reales europeas ni se organizará ningún tipo de celebración de carácter popular para festejar la efeméride. La crisis económica también ha pesado mucho a la hora de apostar por la moderación, ya que cualquier exceso echaría por tierra la imagen de austeridad que la Casa del Rey trata de ofrecer tras el estallido del caso Urdangarín, con gestos como dar a conocer parcialmente, por primera vez en democracia, los sueldos del monarca y su familia.

Factores estrictamente personales tampoco parecen ajenos a la decisión de la Casa del Rey. Las fuentes consultadas aseguran que ni Don Juan Carlos ni Doña Sofía han mostrado una especial predisposición a ensalzar públicamente el aniversario de su boda, dadas las distantes relaciones que ambos mantienen, mucho más tensas a raíz del caso Urdangarín. El jefe del Estado y su esposa hacen vidas prácticamente separadas desde hace más de una década, y la imputación de su yerno no ha ayudado precisamente a aliviar esa situación, salpicando al resto de miembros de la familia real.

Aunque se trata de circunstancias y aniversarios bien distintos, no deja de llamar la atención el boato con el que la reina Isabel II celebrará, el próximo mes de junio, el 60º aniversario de su llegada al trono. La Reina de Inglaterra presidirá una parada naval en el Támesis en la que ella misma embarcará en una gabarra que surcará las aguas del río londinense; asistirá a una misa multitudinaria en la catedral de San Pablo; acudirá a un desfile de carrozas por el centro de la capital británica, acompañado de repique de campanas por toda la ciudad; y será agasajada con actos conmemorativos en los otros 15 países de la Commonwealth, cuya jefa de Estado es Isabel II.

La Casa del Rey le apartó de sus actos oficiales, pero eso no significa que se haya librado de él. Iñaki Urdangarín, pese a sus problemas con la justicia, sigue siendo el marido de la infanta Cristina de Borbón, y esa incómoda circunstancia condiciona la agenda de La Zarzuela, que ha decidido renunciar a cualquier tipo de fastos para conmemorar las bodas de oro de los Reyes a causa, precisamente, de la imputación del duque de Palma.

Iñaki Urdangarin