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El 'caso Urdangarín' envenena las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real
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LA REINA VISITÓ A SU YERNO EN WASHINGTON SIN LA APROBACIÓN DEL REY

El 'caso Urdangarín' envenena las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real

El caso Urdangarín no sólo está socavando la imagen, el prestigio y la credibilidad de la Corona. También está envenenando las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real,

Foto: El 'caso Urdangarín' envenena las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real
El 'caso Urdangarín' envenena las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real

El caso Urdangarín no sólo está socavando la imagen, el prestigio y la credibilidad de la Corona. También está envenenando las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real, en algunos casos ya deterioradas desde hace algunos años.

Uno de los últimos desencuentros se ha producido a raíz del viaje de la Reina a Washington el pasado 30 de noviembre, en pleno estallido del escándalo por los turbios negocios de Iñaki Urdangarín, para mostrar su apoyo a su yerno y a su hija, la infanta Cristina de Borbón. El Rey, según fuentes cercanas a la Casa Real consultadas por El Confidencialse opuso rotundamente a ese viaje porque rompía su estrategia de aislar al duque de Palma mientras no se resuelva su incierto futuro judicial. Pero Doña Sofía ignoró las objeciones de su marido y se desplazó finalmente a la capital estadounidense.

La Casa Real sólo anunció que la Reina se trasladaría a Nueva York los días 29 y 30 de noviembre para presidir la entrega anual de medallas del Queen Sofía Spanish Institute, visitar una exposición de Joaquín Sorolla y asistir a un coloquio sobre los últimos avances en la investigación del alzheimer. Para entonces la tormenta familiar ya se había desatado: Doña Sofía estaba firmemente decidida a aprovechar su viaje oficial a Nueva York para desplazarse a continuación en visita privada a la cercana Washington, donde residen su hija, su yerno y sus cuatro nietos desde 2009.

Don Juan Carlos, según las fuentes consultadas, desautorizó ese viaje desde el primer momento porque, si trascendía a la opinión pública, echaría por tierra el plan diseñado por La Zarzuela tras el estallido del caso Urdangaríndesvincular a la institución monárquica de las actividades privadas del duque de Palma.

Pero lo que más irritó al Rey fue el reportaje a todo color de la visita de la Reina a Washington abriendo la portada de ¡Hola! En ella puede verse a Doña Sofía, Urdangarín y la infanta Cristina, muy sonrientes, a la salida de un restaurante de la capital federal de EEUU. La Reina no sólo no se opuso a que un reportero gráfico captase la imagen de los tres miembros de la Familia Real, sino que previamente había autorizado al semanario la publicación de las fotos, algo que nunca había ocurrido en sus visitas anteriores a la casa familiar de su hija y su yerno, situada en el exclusivo barrio de Chevy Chase. Según las mismas fuentes, el monarca fue informado de la elaboración del reportaje a posteriori, aunque antes de su publicación en España, y su enfado fue mayúsculo.

El Rey, la Reina y Urdangarín

Los problemas con la Justicia del ex jugador internacional de balonmano, que con toda probabilidad será citado a declarar como imputado tras las vacaciones navideñas, han enfriado aún más las ya distantes relaciones en el ámbito privado entre el Jefe del Estado y su esposa.

Don Juan Carlos siempre había demostrado un afecto muy especial hacia Urdangarín, aseguran las citadas fuentes, pero en los últimos años, sobre todo a raíz de las primeras informaciones periodísticas sobre su supuesto enriquecimiento ilícito -algunas de ellas destapadas por El Confidencial-, ese aprecio ha dejado paso a un claro distanciamiento, mucho más evidente desde que el torrente de filtraciones del sumario que instruye el juez José Castro está arrastrando a una situación más que comprometida no ya al propio Urdangarín, sino incluso a la Corona. La Reina, en cambio, mantiene intacto el cariño hacia su yerno y no comparte la estrategia del monarca de marcar distancias con el duque de Palma.

Otra víctima colateral del caso Urdangarín, tal vez la más perjudicada por el escándalo, es el Príncipe de Asturias. Al menos a medio o largo plazo, en función del tiempo que transcurra hasta que Felipe de Borbón suceda a su padre en el trono.

Las fuentes consultadas aseguran que las relaciones del heredero de la Corona y su esposa, Letizia Ortiz, con su cuñado, antes muy cercanas, han sufrido un severo deterioro en el ámbito personal e institucional. Los Príncipes de Asturias son conscientes de que el daño que Urdangarín está causando a la institución monárquica puede ser irreversible, sobre todo entre las capas más jóvenes y desfavorecidas de la población. Y que esa corriente de opinión, crecientemente crítica con el papel de la monarquía, puede volverse en su contra cuando les llegue el momento de reinar.

El caso Urdangarín no sólo está socavando la imagen, el prestigio y la credibilidad de la Corona. También está envenenando las relaciones personales entre los miembros de la Familia Real, en algunos casos ya deterioradas desde hace algunos años.

Iñaki Urdangarin Casa Real