Sánchez Acera, la medicina de Rubalcaba contra la rebelión de Tomás Gómez

Las familias del socialismo madrileño críticas con Tomás Gómez han depositado en una joven empleada de banca sus esperanzas para librarse del cada vez menos invictus secretario general del PSM. Pero la candidatura de Pilar Sánchez Acera también es la única posibilidad de Alfredo Pérez Rubalcaba para sofocar la rebelión del último barón chaconista.

Para muchos se trataba de una desconocida, una sorpresa producto de la incomparecencia de otros pesos pesados como Jaime Lissavetzky, el exministro Valeriano Gómez o el líder de UGT en Madrid, José Ricardo Gómez. Con 37 años, licenciada en Empresariales, un trabajo normal y tres niñas pequeñas, Sánchez Acera llevaba meses alejada de la primera línea política. Sin embargo, los más practicantes de la vida orgánica del socialismo madrileño no la habían olvidado. De hecho, fue la número dos de Lissavetzky en la lista de delegados pro Rubalcaba que el PSM envió al Congreso Federal del PSOE.  

Su nombre acabó logrando el consenso de los críticos de Gómez a solo dos semanas del cónclave regional. Quince días para los que ha tenido que solicitar vacaciones a su empresa, y en los que ha tratado de construir un proyecto alternativo en el PSM, perfilar un estilo de liderazgo y recorrerse las agrupaciones abanderando un mensaje de cambio. Consciente del peligro de hacerla parecer una paracaidista o un títere de Rubalcaba, la cúpula de Ferraz ha mantenido las distancias, aunque también ha permanecido vigilante.

“Ha sido la candidata que han elegido las diversas corrientes de Madrid”, señalaron fuentes próximas a la dirección Federal, que, no obstante, expresaron una buena percepción de Sánchez Acera: “Entre los militantes madrileños sí es conocida. A pesar de su juventud demostró mucha capacidad en la Asamblea y antes hizo un buen papel en el Ayuntamiento de Alcobendas”. En efecto, a la rival de Gómez no le resulta extraña la vida del PSM. Milita en el partido desde 1994 y en Juventudes Socialistas desde dos años antes.

En Alcobendas ejerció como concejala entre 1999 y 2003, año en que ocupó el cargo de teniente de alcalde de Economía y Hacienda, Seguridad Ciudadana y Recursos Humanos. En 2007 cambió el consistorio por el parlamento madrileño, donde se forjó como portavoz de Familia y Asuntos Sociales. Sánchez Acera se empeñó en ser el azote del Gobierno de Esperanza Aguirre con materias como la Ley de Dependencia, el estado de los servicios sociales en la comunidad, la situación en las residencias de ancianos, los casos de legionela o el estado de la Cañada Real.

Sin embargo, su manifiesto apoyo a Trinidad Jiménez en las primarias de 2010 le condenó a abandonar las listas del PSM en los últimos comicios autonómicos. Ahora, pretende encargarse personalmente de poner fin al liderazgo de Gómez, una empresa para la que cuenta con rubalcabistas como Lissavetzky y Valeriano Gómez; rescoldos del guerrismo como José Cepeda, y enemigos del tomasismo como el diputado regional Óscar Iglesias, el alcalde de Fuenlabrada, Manuel Robles; o los exalcaldes Pedro Castro (Getafe) y Rafael Gómez-Montoya.

17 años de derrotas

Su desafío no ha impresionado mucho al equipo de Gómez, que ha transmitido un mensaje de desdén hacia Sánchez Acera, a quien han llegado a tachar de ser una adveraría de “bajo nivel” frente al actual líder del PSM. Los críticos arremeten contra Invictus por haber sufrido cinco derrotas electorales desde que comanda el partido, pero al mismo tiempo reconocen que ya ha superado con éxito tres congresos y unas primarias. Este control sobre la militancia madrileña hace previsible una nueva victoria de Gómez, aunque también es probable que la oposición interna se mantenga viva, ya sea con Sánchez Acera a la cabeza o con las familias de nuevo divididas.  

Y es que las batallas orgánicas tampoco son ajenas a la joven aspirante. Su hermano, Rafael Sánchez Acera, secretario general del partido en Alcobendas, ha sido acusado, entre otros por el expresidente madrileño Joaquín Leguina, de maniobrar para hacerse con la formación, desperdiciando al mismo tiempo el gobierno municipal. Lo cierto es que el líder alcobendense llevó en 2011 a una humillante derrota al PSOE, quedando en tercer lugar por detrás de PP y UPyD. El candidato del partido de Rosa Díez no era otro que el exsocialista José Caballero, alcalde de Alcobendas entre 1983 y 2007.

Pero la verdadera pugna de Sánchez Acera tiene lugar este sábado en el congreso del PSM, donde casi un millar de delegados deben elegir entre seguir siendo la federación rebelde del PSOE o alienarse con Rubalcaba en busca de un éxito electoral que lo socialistas madrileños llevan 17 años sin experimentar, tamayazo al margen.