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El templo cultural catalán echa el cierre por la ruina de las subvenciones
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EL PATROCINIO PRIVADO DEL LICEO TAMBIÉN CAYÓ DE 7 A 4,5 MILLONES

El templo cultural catalán echa el cierre por la ruina de las subvenciones

Los recortes no perdonan a nadie. Y Cataluña sigue siendo pionera. Primero fue la sanidad; luego, la educación, la seguridad... y ahora le toca a la

Foto: El templo cultural catalán echa el cierre por la ruina de las subvenciones
El templo cultural catalán echa el cierre por la ruina de las subvenciones

Los recortes no perdonan a nadie. Y Cataluña sigue siendo pionera. Primero fue la sanidad; luego, la educación, la seguridad... y ahora le toca a la cultura. El Liceu, el templo musical por excelencia de la capital catalana, deberá cerrar dos meses este año para enjugar pérdidas. Tiene un agujero de 3,7 millones de euros, provocados por la disminución de las subvenciones oficiales, el mecenazgo y los ingresos propios de la venta de entradas. Porque la vaca pública no da para tanto. Si el cierre del grifo público provocó la caída de Spanair, el Gran Teatro del Liceu se ha tambaleado por el mismo motivo, aunque seguirá teniendo ayudas.

La dirección se reunió ayer con el comité de empresa para comunicarle las medidas que piensa tomar y la presentación de un expediente de regulación de empleo el próximo 13 de febrero. Fuentes del teatro manifestaron a El Confidencial que su presupuesto anual es de 48 millones de euros y que las instituciones han recortado severamente sus aportaciones durante los últimos años. “Sólo el año pasado, el Ministerio de Cultura nos anunció recortes de un 30% en las ayudas”, reconocen estas fuentes.

La Generalitat también contuvo sus gastos, aunque el principal tijeretazo lo realizará este año: la reducción será del 15% y las ayudas llegan sólo a 8 millones, lejos de los 11 millones que había llegado a poner sobre la mesa. Ante este panorama, el director general, Joan Francesc Marco, decidió adoptar medidas para que el agujero no vaya en aumento. Es más: se puso como fecha tope el último día de enero para decidir qué hacer si las Administraciones mantenían sus recortes.

Dicho y hecho, tiró por el camino marcado: el del Ere y la suspensión de espectáculos. Porque a la caída de las ayudas públicas hay que sumar la del patrocinio privado, que en los últimos tres años se redujo de 7 a 4,5 millones.

Para contener los gastos, la propuesta de la empresa es cerrar durante dos meses. Ello significa la presentación de un expediente de regulación de empleo (Ere), pero también la suspensión de la representación de tres óperas (Una tragedia florentina/ El enano; El Giravolt de maig; y Pelléas et Mélisande), un ballet (Les ballets de Monte-Carlo), un concierto (El otro Pelléas), un recital (Nina Stemme) y un espectáculo del Petit Liceu (El Superbarbero de Sevilla). Son las que tienen “un menor porcentaje de ocupación”, según una nota oficial. Además, la dirección prevé suspender las actividades audiovisuales sujetas al cobro de derechos de imagen en su comercialización y reducirá los gastos de servicios prestados por proveedores externos y gastos generales mediante la renegociación de contratos.

Para la temporada que comienza en el mes de septiembre, se reducirán unos 20 espectáculos y no realizará alternancia de títulos en un mismo periodo para reducir costes de montaje y desmontaje de escenografías.

Entre la plantilla, la propuesta del Ere ha caído como un jarro de agua fría. “El tema se ha de negociar todavía, pero la medida afectará muy posiblemente a la gran mayoría de la plantilla, que es de 395 trabajadores”, dicen a este diario fuentes del Liceu. José Antonio Medina, representante de UGT en el comité, señaló a este diario que “lo que nos dijeron en la reunión de hoy [ayer para el lector] es que la decisión de la Generalitat de recortar un 15% más ha sido el detonante de la situación. Porque a este recorte ha de sumarse el 10% que recortó el Ministerio el año pasado, otro 10% este año y otro 10% que recortará el año que viene. Lo que han de concretar todavía es a cuántos trabajadores afectará”.

Una gestión deficitaria

Para los empleados, no obstante, no todo se debe a las subvenciones públicas, sino que también existe una deficiente gestión. Según la UGT, los directivos del Liceu “fueron incapaces de prever una caída de ingresos públicos, potenciar la captación de recursos privados y coordinar un plan de viabilidad”. Pero el sindicato también denuncia que “la cancelación de títulos no sólo es desprestigio para el Liceu, sino que, lo que es un ahorro de entrada es un perjuicio a la larga”. Porque, claro, ello significa la pérdida de prestigio internacional.

Para el comité de empresa, “un teatro de ópera es totalmente viable con 46 millones de euros de presupuesto [la dirección sostiene que son 48], siempre y cuando el uso sea el correcto y no dependa de decisiones coyunturales”. Los empleados piden a la dirección “que plantee una alternativa al posible Ere y proponga una nueva programación más económica y optimizando los cuerpos estables del teatro”. Medina especifica que “no sabemos todavía si la dirección está abierta a negociar medidas diferentes, porque eso lo veremos en los próximos días, aunque de momento ha dicho que escuchará”.

Los trabajadores consideran que la medida propuesta por la empresa rompe la paz social, ya que el año pasado habían firmado un pacto “que suponía flexibilidad y estabilidad para la presente temporada”. Y se quejan de que “el posible Ere, con la correspondiente cancelación de la actividad artística y la falta de estabilidad para el teatro que ello supone es un ejemplo más de la poca fiabilidad de la dirección, que incumple constantemente sus pactos con trabajadores y abonados”. Además, consideran que la supresión de espectáculos no ha de suponer el cese temporal de la plantilla, ya que en esas épocas “se pueden ofrecer alternativas artísticas como conciertos o producciones más económicas”.

Los problemas del teatro que dirige Joan Francesc Marco vienen de hace años. En el 2010, tuvo que despedir a 23 personas y el año pasado se planteó el cierre de un mes para rebajar costes. El tema se solventó, finalmente, retrasando el inicio de la nueva temporada a finales de septiembre en vez de a principios. Pero ahora la situación es ya alarmante.

Los recortes no perdonan a nadie. Y Cataluña sigue siendo pionera. Primero fue la sanidad; luego, la educación, la seguridad... y ahora le toca a la cultura. El Liceu, el templo musical por excelencia de la capital catalana, deberá cerrar dos meses este año para enjugar pérdidas. Tiene un agujero de 3,7 millones de euros, provocados por la disminución de las subvenciones oficiales, el mecenazgo y los ingresos propios de la venta de entradas. Porque la vaca pública no da para tanto. Si el cierre del grifo público provocó la caída de Spanair, el Gran Teatro del Liceu se ha tambaleado por el mismo motivo, aunque seguirá teniendo ayudas.