Rubalcaba recupera un millón de votos socialistas y amenaza la mayoría de Rajoy

El último barómetro del CIS ha desatado la euforia en el PSOE o, al menos, esa es la sensación que tratan de transmitir sus dirigentes. Con su llamada a la remontada y su fe en el llamado efecto Rubalcaba, los socialistas han logrado eclipsar un dato que no deja de ser demoledor: el PP conserva una clara ventaja de 7,1 puntos. No obstante, la encuesta muestra diversos síntomas de recuperación en las filas del PSOE, que amenazan la mayoría absoluta con la que sueña Mariano Rajoy. Así, Rubalcaba ha repescado a 1,2 millones de votantes desencantados con José Luis Rodríguez Zapatero, y la diferencia en intención directa de voto se reduce a menos de cuatro puntos.

Una de las razones por las que Rubalcaba consiguió ser designado candidato fue la creencia en que su figura sería capaz de movilizar a las bases fieles al partido. Un electorado que había huido durante la última legislatura de las siglas del PSOE, y sin el cual resulta imposible evitar una mayoría absoluta del PP. Mientras el grado de fidelidad de los votantes populares se mantenía en torno a un disciplinado 90%, menos de la mitad de quienes apoyaron a Zapatero en 2008 estaban dispuestos a repetir su voto. Con Rubalcaba, el porcentaje de fidelidad ha subido hasta el 61,2%, 11 puntos más que en abril, lo que supone una inyección de 1,2 millones de papeletas.

Además, el debate sobre la fecha de las elecciones puede comenzar a polarizar el voto entre los dos grandes partidos, beneficiando a los socialistas. De acuerdo con el CIS, Izquierda Unida se ha estancado en torno al 5% de los votos. Sin embargo, con respecto al barómetro de abril, IU ha perdido un 13,6% del electorado que le respaldó en 2008,  mientras que la transfusión de votos al PSOE ha pasado, de forma llamativa, del 3,7% al 11,5%. Y es que, como ya sucedió en las últimas generales, es probable que Ferraz vuelva a apostar por definir el terreno de juego electoral como una batalla personal entre su candidato y Rajoy, con el objetivo de aglutinar a todo el espectro progresista.

Los datos del CIS refuerzan esa estrategia, ya que Rubalcaba gana a Rajoy en prácticamente todos los aspectos. Los ciudadanos valoran con un 4,62 al socialista, y con un 3,58 al popular. Rubalcaba también es considerado más eficaz, dialogante, que entiende mejor los problemas de España, con más capacidad de negociación, más honesto y con más visión de futuro. En definitiva, 39,9% sostiene que el socialista sería mejor presidente, por el 31,9% que apuesta por el líder del PP. La clave de este resultado es que el ex vicepresidente obtiene mejor valoración de quienes votan a partidos minoritarios o se abstienen, pero al medir únicamente lo que opinan votantes de PSOE y PP, Rajoy sale vencedor de la comparación en la mayoría de estos campos.

La razón es que un buen puñado de votantes que apoyaron al PSOE en 2008 piensan ahora que el PP puede ser una buena alternativa. De hecho, en torno a un millón de electores socialistas cree que Rajoy sería mejor presidente que Rubalcaba, y manifiesta que votará al PP en las próximas elecciones. Esta cifra es algo más del doble de los votantes que abandonaron al PSOE en 2008 para pasarse al PP, y compromete el futuro electoral de Rubalcaba.

El PP critica que el CIS “no da ni una”

Por ello, y pese a que Eduardo Madina, secretario general del Grupo Socialista, aseguró ayer que la nueva tendencia “conduce a la mayor sorpresa de la historia de la democracia para la derecha española en las próximas elecciones generales” y que nada alienta ahora la necesidad de adelantar las elecciones, los datos del CIS no son suficientes para que el PSOE pueda pensar en ganar los comicios. Asimismo, tampoco está claro si el efecto Rubalcaba se sostendrá en el tiempo, sobre todo si Zapatero no convoca elecciones a la vuelta del verano.

Cabe recordar que las encuestas también mostraron un aumento de los socialistas tras la crisis de Gobierno de octubre de 2010, cuando Rubalcaba ascendió a la vicepresidencia, pero cualquier rastro de recuperación fue arrasado en las pasadas elecciones autonómicas y locales. En el PP se aferraron precisamente al resultado del 22-M para recordar la pulsión de cambio existente en la economía española, y denunciaron que la cocina del CIS favorece al PSOE.

“No dan ni una”, señaló José Luis Ayllón, número dos del Grupo Popular, quien recordó que en los comicios autonómicos, los barómetros otorgaron hasta 6 puntos menos al PP en comunidades como Aragón. A pocos meses de las generales, el sondeo oficial se ha convertido en un elemento de guerra psicológica entre los dos grandes partidos, y aunque ayer los socialistas ganaron una batalla anímica, los datos siguen marcando una diferencia de 7,1 puntos a favor de los populares.