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Rubalcaba inyecta moral al PSOE y reta a Rajoy con un programa populista
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EL CANDIDATO GIRA A LA IZQUIERDA Y SE ALEJA DEL GOBIERNO

Rubalcaba inyecta moral al PSOE y reta a Rajoy con un programa populista

Alfredo Pérez Rubalcaba prometió ayer como candidato todo lo que no ha hecho desde el Gobierno y retó a Mariano Rajoy con un programa populista que

Foto: Rubalcaba inyecta moral al PSOE y reta a Rajoy con un programa populista
Rubalcaba inyecta moral al PSOE y reta a Rajoy con un programa populista

Alfredo Pérez Rubalcaba prometió ayer como candidato todo lo que no ha hecho desde el Gobierno y retó a Mariano Rajoy con un programa populista que pide a bancos y grandes propietarios que contribuyan a pagar la factura de la crisis. El PP sigue muy lejos del PSOE en los sondeos, pero el candidato socialista logró en su presentación oficial una hazaña considerable: inyectar moral a un partido comatoso que sufrió el 22-M una de sus derrotas más contundentes. 

La urgencia electoral y el instinto de supervivencia han hecho que los socialistas olviden, en apenas unas semanas, la batalla interna que frustró las primarias y que, en palabras de Carme Chacón, puso en  “riesgo la unidad del partido, nuestra imagen colectiva, la imagen del presidente del Gobierno y la propia estabilidad del Gobierno”. Rubalcaba ha emergido como el candidato capaz de plantar cara al PP y reanimar a un PSOE en sus horas más bajas: ayer fue ovacionado a lo largo de todo su discurso, y recibido con gritos de “presidente, presidente”.

Al menos en sus primeras horas, el efecto Rubalcaba ha devuelto la sonrisa a militantes y dirigentes socialistas. “Como dice nuestro candidato, nada está escrito, ni siquiera el próximo resultado electoral. Su discurso está lleno de contenido, de ilusión, y responde a la demanda de las bases para volver a las soluciones socialdemócratas, después de un periodo muy duro de la crisis”, resumía un dirigente de Ferraz.

Y es que pocos políticos pueden ser tan versátiles. Solo 24 horas después de haber anunciado su dimisión como vicepresidente, portavoz y ministro del Interior, y con su relevo pendiente del BOE, Rubalcaba desgranó una batería de iniciativas políticas como si se encontrara en la oposición, y José Luis Rodríguez Zapatero no pretendiera gobernar hasta marzo de 2012. Aunque evitó renegar públicamente del presidente y de su gestión, a la que ha puesto voz desde octubre, el proyecto del candidato gira a la izquierda para divergir de la acción gubernamental.

Todavía no se sabe durante cuántos meses chocarán los discursos de Rubalcaba y Zapatero, ni si los electores serán capaces de creer en las promesas del PSOE mientras ese mismo partido Gobierna en otra dirección. Pero, al menos, el candidato parece haber conectado con las demandas del electorado progresista. Rubalcaba señaló directamente a los bancos y a las cajas para advertirles que, si regresa a la Moncloa, les pedirá que destinen parte de sus beneficios a crear empleo juvenil.  

Más impuestos para grandes propietarios

Esta medida se suma a la expansión del movimiento anti desahucios y  a las palabras del ministro de Trabajo y colaborador de la candidatura, Valeriano Gómez, quien esta semana tachó de “obscenos” los sueldos de los directivos financieros. Además, Rubalcaba se mostró favorable a que el Estado inyecte dinero público a las entidades en apuro, pero entrando a cambio en la gestión y recuperando luego hasta el "último euro". La respuesta de la Asociación Española de Banca (AEB) no tardó en llegar, recomendando al PSOE que la mejor forma de crear empleo es lograr un "crecimiento de la economía fuerte y sostenido", para lo que se requieren "programas económicos que generen confianza y reduzcan la prima de riesgo".

La recuperación del impuesto de patrimonio fue otra de las rectificaciones ovacionada por los más de dos mil socialistas que arroparon al nuevo líder socialistas en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid. El impuesto regresaría de la mano de Rubalcaba, pero solo para los grandes patrimonios. Asimismo, se comprometió a pelear en Europa para crear agencias de rating alternativas, acabar con los paraísos fiscales o gravar con un impuesto solidario las transacciones financieras

Reforma electoral y guiño a los indignados

La renovada actitud socialdemócrata del PSOE ha pegado también el oído a las acampadas de los indignados. Pese a la hostilidad que el Movimiento 15-M demuestra hacia Rubalcaba en internet, responsabilizándole de las cargas policiales y detenciones de activistas, el candidato está dispuesto a reformar la ley electoral y tomar medidas preventivas contra la corrupción urbanística. “Hay que escuchar lo que nos están diciendo en la calle y fuera de la calle”, justificó el todavía vicepresidente. Para ello, abogo por el modelo alemán, “de circunscripciones pequeñas, que favorecen la relación entre el representante y el representado, y un resto nacional que favorece la proporcionalidad”. 

El cambio que ha experimentado el discurso de Rubalcaba es tal que, hace solo siete meses, votó en el Congreso a una medida similar de UPyD. Pero entre los guiños a la izquierda, a la igualdad de oportunidades, a la educación y a la sanidad pública, coló su defensa de una economía “competitiva”. Un adjetivo que, a su juicio, resume un mercado de trabajo más flexible, impugnando así la reforma que ha elaborado Zapatero, combatir el déficit, cumplir el pacto del Euro, pagar las deudas y liberalizar ciertos mercados de bienes y servicios. Son las dos caras del número dos de Zapatero transmutado en número uno, que ayer buscó dar forma a la paradoja que antes llamaba “continuidad y cambio”, y que ahora define como “ambición y realismo”.

Alfredo Pérez Rubalcaba prometió ayer como candidato todo lo que no ha hecho desde el Gobierno y retó a Mariano Rajoy con un programa populista que pide a bancos y grandes propietarios que contribuyan a pagar la factura de la crisis. El PP sigue muy lejos del PSOE en los sondeos, pero el candidato socialista logró en su presentación oficial una hazaña considerable: inyectar moral a un partido comatoso que sufrió el 22-M una de sus derrotas más contundentes. 

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