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Los políticos responden a los indignados con ‘dedazos’ e imputados
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EL MOVIMIENTO 15-M LLAMA A NUEVAS CONCENTRACIONES

Los políticos responden a los indignados con ‘dedazos’ e imputados

Las protestas ante el Congreso de los Diputados y el Parlamento valenciano han recuperado el interés mediático por los indignados, que preparan nuevas movilizaciones tras la

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Los políticos responden a los indignados con ‘dedazos’ e imputados

Las protestas ante el Congreso de los Diputados y el Parlamento valenciano han recuperado el interés mediático por los indignados, que preparan nuevas movilizaciones tras la decisión de levantar el campamento de la Puerta del Sol el próximo domingo. Sin embargo, mientras se extiende el malestar social con la clase política, consolidada como el tercer problema de los españoles, los dirigentes políticos se empeñan en responder con viejas recetas: imputados tomando posesión de sus escaños, dedazo como método para elegir candidatos y una propuesta para reducir a dos días las sesiones plenarias del Congreso.

La intervención policial en Valencia para disolver a los activistas concentrados junto a la sede de las Cortes Valencianas se saldó ayer con 18 heridos y 5 detenidos. Pero, más allá de la polémica carga de la Policía, que incluso despertó las críticas del PP, el incidente propició un fuerte contraste entre las protestas en la calle contra los políticos corruptos, y un puñado de imputados tan relevantes como Francisco Camps o Ricardo Costa sentados en sus escaños.

Además, la indignación ha sido avivada en los últimos días por el contenido del sumario del caso Brugal, que ha desvelado presuntas contraprestaciones de empresarios a políticos en la Comunidad Valenciana. Como ya ocurrió con Gürtel, se han dado a conocer conversaciones poco decorosas entre cargos públicos y contratistas, así como largas listas de regalos que implican, entre otros, al empresario Enrique Ortiz, a la alcaldesa popular de Alicante, Sonia Castedo.  

En Madrid, la respuesta de la clase política tampoco ha ido en la dirección que esperan los indignados. Tal vez por ello, el barómetro del CIS publicado ayer volvía a situar a los políticos como el tercer problema más grave para los españoles, tras el paro y la crisis económica. El sondeo se llevó a cabo antes de que se desencadenaran las protestas, pero refleja que el 22,1% considera a sus representantes el mayor problema de España.

Y es que la reivindicación de una mayor democracia en el seno de los partidos políticos ha tenido como respuesta la designación de Alfredo Pérez Rubalcaba como candidato del PSOE en detrimento del sistema de primarias. Por su parte, Marino Rajoy ha decidido suspender la celebración de los diferentes congresos del PP para evitar “líos internos” de cara a las elecciones generales. Pero ahí no acaban los mensajes de la clase política contrarios a las reformas que reclaman los indignados y formaciones como IU o UPyD.

El desliz de Bono y nuevas manifestaciones

El presidente del Congreso, José Bono, propuso el miércoles reducir de tres a dos días la duración del Pleno de la Cámara. El rechazo de los grupos parlamentarios, incluido el PSOE, obligó a Bono a retirar su propuesta. El consenso de los partidos políticos puso de manifiesto su temor a la reacción de la opinión pública ante el mensaje de que se disponían a recortar trabajo parlamentario. Bono tampoco eligió bien la fecha para lanzar su iniciativa, ya que tanto el miércoles como ayer tuvieron lugar concentraciones de indignados a las afueras del Congreso.   

Entre tanto, el Movimiento 15-M ha convocado nuevas concentraciones durante las sesiones constitutivas de ayuntamientos y parlamentos autonómicos, como la que tendrá lugar mañana en el consistorio e Madrid, e la plaza de la Villa. Para el domingo 19 está prevista una manifestación a nivel estatal, similar a la que organizó Democracia Real en mayo, y que dio origen a la corriente de indignados.

Las protestas ante el Congreso de los Diputados y el Parlamento valenciano han recuperado el interés mediático por los indignados, que preparan nuevas movilizaciones tras la decisión de levantar el campamento de la Puerta del Sol el próximo domingo. Sin embargo, mientras se extiende el malestar social con la clase política, consolidada como el tercer problema de los españoles, los dirigentes políticos se empeñan en responder con viejas recetas: imputados tomando posesión de sus escaños, dedazo como método para elegir candidatos y una propuesta para reducir a dos días las sesiones plenarias del Congreso.

Francisco Camps