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ETA anuncia en el Aberri Eguna que no piensa declarar una tregua
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LA IZQUIERDA ABERTZALE ELUDE PEDIR A LA BANDA QUE DEJE DE MATAR

ETA anuncia en el Aberri Eguna que no piensa declarar una tregua

Ni la izquierda abertzale pidió a ETA que deje de matar, ni la banda terrorista dio muestras de que esté dispuesto a hacerlo. El Aberri Eguna

Foto: ETA anuncia en el Aberri Eguna que no piensa declarar una tregua
ETA anuncia en el Aberri Eguna que no piensa declarar una tregua

Ni la izquierda abertzale pidió a ETA que deje de matar, ni la banda terrorista dio muestras de que esté dispuesto a hacerlo. El Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) defraudó las expectativas creadas días antes por la Declaración de Bruselas, en la que trece mediadores internacionales en procesos de paz (cuatro de ellos premio Nobel) reclamaron a ETA un ‘alto el fuego permanente’.

La apuesta por vías exclusivamente políticas y democráticas para resolver el conflicto vasco, con el que concluyó el debate interno de la izquierda abertzale, y la llamada realizada la semana pasada en la misma dirección por un grupo de destacados mediadores internacionales en la resolución de conflictos, habían generado la esperanza que este Aberri Eguna iba a ser especial.

Fuentes políticas vascas trasladaron a este diario la hipótesis, no exenta de precauciones, de que, esta vez sí, la izquierda abertzale iba a dar otro paso adelante en su paulatino distanciamiento de ETA e iba a realizar una petición expresa para que deje de matar. No lo hizo.

La manifestación celebrada entre Irún y Hendaya por la red social Independentistak, que reunió por primera vez a Batasuna y EA, concluyó con unas palabras dirigidas a los asistentes por el miembro del sindicato LAB Txutxi Ariznabarreta. Fue una llamada a seguir avanzando en la unidad de los independentistas vasco, el denominado ‘polo soberanista’, pero sin ninguna alusión a la banda terrorista.

ETA, por su parte, remitió un comunicado al diario Gara, cuyo contenido es un jarro de agua fría, otro más, para las expectativas de paz. La banda afirma que "la desactivación de la respuesta armada no soluciona el conflicto político", y reclama "garantías y compromisos de todas las partes". Dicho de otra manera, que no piensa dejar de matar como paso previo a un nuevo proceso de diálogo, y que condiciona el fin de la violencia a que el Gobierno adquiera compromisos previos.

La banda pasa también por encima de la Declaración de Bruselas. Se limita a decir que "asume la importancia de la implicación internacional", y anuncia que en "próximas reflexiones" recogerá las aportaciones de los autores del documento.

El resto de su comunicado está dedicado a dar su versión sobre el tiroteo mantenido con la policía francesa el pasado 16 de febrero en las afueras de París, en el que un agente resultó muerto. ETA asegura que se trató de un enfrentamiento fortuito del que responsabiliza a la policía gala. El asesinato del agente fue el primer asesinato de la banda en suelo francés, que ha tenido como consecuencia una mayor implicación de las autoridades del país vecino en la lucha contra el terrorismo.

El resto de partidos nacionalistas celebró el Día de la Patria Vasca con desigual entusiasmo. Para el PNV fue el primero en la oposición tras 30 años al frente del Ejecutivo vasco. Las campas que otros años acogieron a miles de militantes y simpatizantes para escuchar el doble discurso del lehendakari y del presidente del partido, se trasladaron este año a la Plaza Nueva de Bilbao con un único orador: Íñigo Urkullu. El líder peneuvista llamó a la unidad de los "nacionalistas democráticos", porque la atomización que sufren hoy estas formaciones facilita la alianza PSE-PP. Aralar, por su parte, se trasladó a Urrugne (Francia) para celebrar la jornada con Abertzaleen Batasuna (AB).

Ni la izquierda abertzale pidió a ETA que deje de matar, ni la banda terrorista dio muestras de que esté dispuesto a hacerlo. El Aberri Eguna (Día de la Patria Vasca) defraudó las expectativas creadas días antes por la Declaración de Bruselas, en la que trece mediadores internacionales en procesos de paz (cuatro de ellos premio Nobel) reclamaron a ETA un ‘alto el fuego permanente’.