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¿Debería la Iglesia católica renunciar al celibato?
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LA INSTITUCIÓN SE SIENTE VÍCTIMA DE UNA CAMPAÑA DE DIFAMACIÓN

¿Debería la Iglesia católica renunciar al celibato?

“El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”. La respuesta de Jesús a los fariseos, recogida en el capítulo 19 del evangelio de Mateo,

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¿Debería la Iglesia católica renunciar al celibato?

“El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”. La respuesta de Jesús a los fariseos, recogida en el capítulo 19 del evangelio de Mateo, ha llevado durante siglos a miles de personas a renunciar a su sexualidad en aras del celibato. La Iglesia y los últimos concilios vaticanos han encontrado en pasajes como este de las Escrituras base teológica con la que justificar la estricta observancia del celibato. Jesús responde, entonces, a quienes le interrogan por el divorcio y sentencia: “Hay eunucos que nacieron así de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”.

La Iglesia Católica afronta estos días una verdadera penitencia ante el continuo afloramiento de nuevos casos de corrupción sexual en su seno. En una dura misiva dirigida recientemente a los católicos irlandeses, el Papa Benedicto XVI dijo sentir “vergüenza” y “remordimientos” por los casos de pederastia y pedofilia denunciados en Irlanda. El Vaticano pide perdón, pero la sangría de denuncias similares, en Alemania, Estados Unidos, Australia y Holanda, han reabierto el viejo debate de si es necesario revisar la norma del celibato de una forma más aperturista para hacer de ello algo opcional. Voces de dentro, por ahora minoritarias, y de fuera de la Iglesia así lo piden, mientras que desde Roma se hace una cerrada defensa de la norma y niegan cualquier relación causa-efecto entre abstinencia sexual y abusos de menores.

Los datos les dan la razón. Desde 1995 se han denunciado en Alemania 210.000 casos de abusos y, de ellos, solo 94 estuvieron protagonizados por religiosos, lo que supone un 0,044% de los casos. El hecho de que los abusos en la Iglesia se hayan ocultado durante años o estén protagonizados por quienes deben ser ejemplo de valores morales ha puesto este asunto en la primera plana de la actualidad. Pero son también voces críticas dentro de la Iglesia Católica, como el cardenal Christoph Schöborn, arzobispo de Viena, quienes han apuntado al celibato como posible causa de parte de las atrocidades cometidas.

“No creo, sinceramente, que haya una relación directa entre el hecho de ser célibe y abusar de niños”, opina Félix López Sánchez, catedrático de Psicología de la Sexualidad de la Universidad de Valladolid. Según un estudio elaborado recientemente por el Defensor del Menor, el perfil del pedófilo se corresponde con el de un varón de entre 30 y 50 años, que no tiene sentimiento de culpa por los abusos que comete, y que es inseguro, inmaduro y con dificultades de comunicación y desajustes de personalidad. “No se puede decir que la pederastia se dé más en personas célibes que en casadas”, añade el catedrático. “Lo definitivo es ser varón. Se da más en hombres, sean casados o solteros, que en mujeres. Se da más en clérigos que en religiosas. Se da más en homosexuales varones que en lesbianas. Está asociado al hecho de ser varón, no al hecho de ser religioso o célibe”.

En este sentido se manifestaba también, recientemente, Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos. En unas declaraciones el periódico italiano La Stampa. Kasper señalaba que el celibato nada tiene que ver con toda la polémica: “Todos los expertos documentan que la gran mayoría de los casos tienen lugar dentro de la familia y no en ámbitos eclesiales”.

Pero la Iglesia se siente víctima de una campaña de difamación orquestada desde muy diferentes sectores y medios de comunicación. La periodista de la cadena Cope Cristina López Schlichting así lo cree y considera injurioso unir las denuncias de abusos con el debate sobre el celibato. “Es una vinculación asombrosa. Estoy acostumbrada a dar en antena todos los meses noticias sobre redadas de la policía con pederastas que han sido detenidos generalmente por consumir pornografía infantil y es evidente que se trata de una patología que lo mismo afecta a catedráticos, a periodistas, a bomberos que a curas”.

“Desgraciadamente, hay gente empeñada en difamar a la Iglesia y que encuentra en esta circunstancia una oportunidad excelente”, añade. “En cualquier caso, es alucinante traer ese tema aquí. Es como si me dicen que vamos a discutir el dogma de la Inmaculada Concepción y que debemos hacerlo ahora con relación al debate sobre la pederastia. Es coger el rábano por las hojas y no afrontar la realidad y es que se trata de una gravísima patología que la padecen algunas personas. Pretender que una persona por tener pulsiones sexuales se abalanza sobre los niños es, sencillamente, inaudito. Si uno tiene una dificultad con una represión sexual puede hacer dos cosas: o salirse del sacerdocio, que es algo completamente voluntario, o irse con una mujer. Pero lo que carece absolutamente de sentido es que se abalance sobre un niño”.

Establecido en el siglo VI

El celibato fue establecido como norma de disciplina en el Concilio de Elvira (hacia el año 503) y posteriormente ratificado en los concilios de Letrán (siglo XII) y de Trento (siglo XVI). No se trata de un voto, ni de un dogma, sino de una norma eclesiástica que, como tal, podría ser anulada o revisada si así lo decidiese la Iglesia. Algo que, de momento, no parece que se vaya a producir después de la cerrada defensa que del celibato hizo recientemente el Papa Benedicto XVI al referirse a él como un “valor sagrado” y como una “altísima vocación”.

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Pero el debate sobre el mismo existe en el interior de la Iglesia, en algunos casos planteado por prominentes teólogos como Hans Küng o el alemán Eugen Drewerman, ambos destituidos por el Vaticano. En España también hay destacadas voces que piden abiertamente un celibato opcional. Es el caso, por ejemplo, del teólogo Juan José Tamayo, vinculado a la Teología de la Liberación, y que se declara “abiertamente en contra” del celibato obligatorio. “No hay ni razones teológicas, ni razones bíblicas, ni razones históricas, ni razones personales, ni razones pastorales que justifiquen la vinculación intrínseca entre el celibato y el sacerdocio”, argumenta. “Es una medida disciplinar que se toma en un determinado momento de la Iglesia, pero que no pertenece a la estructura fundamental de la misma, ni ayuda a su organización ni facilita el servicio de los sacerdotes a la comunidad cristiana”.

Abiertamente crítico con la cuestión y lejos de la doctrina oficial de la Iglesia, Tamayo también señala que alguna relación tiene que haber entre el celibato y los múltiples casos de abusos denunciados. “El pederasta lo es, cualquiera sea su estado civil, ya sea casado en un matrimonio homosexual, en uno heterosexual, ya sea célibe por decisión o por imposición, pero no es menos cierto que algún tipo de relación si existe tratándose de sacerdotes y religiosos que son célibes, que renuncian a todo tipo de relación sexual, que tienen que controlar los instintos hasta unos niveles represivos extremos y que, además, están ubicados en un espacio de educación y atención a niños o sobre personas sobre las que ejercen autoridad y poder”, señala. “Lo que no podemos es negar que la represión de los instintos se canaliza con relativa frecuencia de manera patológica. Y una de las formas patológicas de esa represión es, precisamente, el abuso de las personas más vulnerables sobre las que se tiene autoridad, control y poder”.

Otro destacado sacerdote que apuesta decididamente por un celibato opcional es el conocido Padre Ángel, fundador de la Asociación Mensajeros de la Paz. “Yo estoy convencido de que esa cuestión podría y debería ser opcional”, explica. “Me he jugado un café a que en nuestra generación va a llegar un momento en el que eso llegará a ser opcional, que los sacerdotes se van a poder casar y, sobre todo, que las mujeres podrán también llegar a ser sacerdotes. Me he jugado un café y creo que lo voy a ganar”.

Pero el celibato, sin embargo, no es obligatorio para los católicos ortodoxos. A los sacerdotes del rito bizantino sí se les permite contraer matrimonio y el celibato es opcional, salvo que se quiere llegar a ser obispo. Igualmente, su práctica no se contempla en muchas otras religiones protestantes. Para algunos, como Tamayo, esto es una muestra más de que “el hecho de que un sacerdote conviva con una mujer no limita para nada su dedicación y su entrega a la Iglesia”. Algo en lo que tampoco coinciden los defensores de la ortodoxia. “Yo he recurrido a los sacerdotes en circunstancias muy diferentes de mi vida, en horas intempestivas, en vacaciones… y me da la sensación de que un hombre casado y con hijos no puede ocuparse de los feligreses como lo hace un sacerdote en cuerpo y alma”, señala López Schlichting.

Sea como fuere, el debate, aunque por ahora no en gran medida, está creciendo en el interior de la Iglesia, una de las instituciones más impermeables a los cambios. Lo que parece descartado es que practicar la castidad sea una fuente de problemas psicológicos o afecte a la salud de quienes la practican. “La actividad sexual no es obligatoria para nadie”, añade, al respecto, el catedrático Félix López. “La sexualidad pertenece en los seres humanos al reino de la libertad y se puede tener actividad sexual o no tenerla. Lo que pasa es que tanto los que la tienen como los que no lo que deben guardar es unos principios básicos y respetar a los menores y al resto de la población”.

“El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”. La respuesta de Jesús a los fariseos, recogida en el capítulo 19 del evangelio de Mateo, ha llevado durante siglos a miles de personas a renunciar a su sexualidad en aras del celibato. La Iglesia y los últimos concilios vaticanos han encontrado en pasajes como este de las Escrituras base teológica con la que justificar la estricta observancia del celibato. Jesús responde, entonces, a quienes le interrogan por el divorcio y sentencia: “Hay eunucos que nacieron así de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”.

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