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El artículo de Ernest Maragall desata las iras de sus socios del Tripartito
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NUEVA POLÉMICA ENTRE SOCIOS EN EL GOBIERNO CATALÁN

El artículo de Ernest Maragall desata las iras de sus socios del Tripartito

El consejero de Educación de Cataluña, Ernest Maragall, ha tensado la cuerda del debate político con un artículo de opinión publicado ayer en el diario La

Foto: El artículo de Ernest Maragall desata las iras de sus socios del Tripartito
El artículo de Ernest Maragall desata las iras de sus socios del Tripartito

El consejero de Educación de Cataluña, Ernest Maragall, ha tensado la cuerda del debate político con un artículo de opinión publicado ayer en el diario La Vanguardia, donde quería matizar las palabras pronunciadas esta misma semana, en las que hablaba de un cansancio de los ciudadanos hacia el Tripartito. Lo que pretendía ser una carga de profundidad hacia sus socios de Gobierno -llegaba a decir que la gente “no apoyará elementos ni artefactos inestables” en referencia a las tensiones internas de los socios de Gobierno- fue también el detonante de un debate interno del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) al que se sumó, apoyando las tesis de Maragall, el consejero de Economía, Antoni Castells, exponente, asimismo, del sector catalanista del PSC.

El primero en salir en tromba contra Maragall fue el presidente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Joan Puigcercós, que ayer domingo escribía en su blog un artículo con el que pretendía dar un sonoro sopapo a su antiguo compañero de Gobierno (Puigcercós fue también consejero de Gobernación durante más de un año en esta legislatura. “Hay quien, desde el Gobierno, ha apuntado los últimos días a “la fatiga” de la sociedad catalana. (...) Pero me gustaria -y creo que estoy en condiciones de hacerlo- recomendar a los consejeros Maragall y Castells que los debates de partido no se trasladen al Gobierno. Porque eso sí es un estorbo y una actitud estéril. Es como aquello de recuperar el grupo parlamentario del PSC en el Congreso, cuestión que sacan de vez en cuando a la palestra pero que, en cambio, no trasladan a los órganos internos. Lo dice quien consideró necesario dejar la dirección del partido y evitar, así, distorsionar la acción de Gobierno”, explica Puigcercós.

En el PSC no están de acuerdo en absoluto con esta afirmación. “Puigcercós es ya, desde hace meses, el candidato oficial de Esquerra a las autonómicas y lo que hace es distorsionar precisamente la acción del Gobierno incluso encabezando manifestaciones en la calle”, claman desde las filas socialistas.

El secretario general de ICV y también candidato a las autonómicas, Joan Herrera, discrepó ayer de las declaraciones del consejero de Educación, subrayando que el Tripartito ha tenido sentido” y apostando por una nueva reedición del pacto en el futuro.

Pero en su artículo, Maragall afirma que “el tripartito versión 1.2 ya no tiene vigencia política más allá de su mandato actual”. A pesar de ello, reivindica la labor realizada por el Ejecutivo de José Montilla durante esta legislatura. Hace hincapié también en “la necesidad de que el PSC asuma explícitamente el rol de gran partido del catalanismo progresista y del socialismo más moderno y renovador” y matizaba que su partido “debe presentarse, no como la otra posibilidad o el complemento útil de una sociovergencia vergonzante, sino como la mejor y más potente oferta para conducir con éxito la triple batalla a la cual me he referido antes”. Se refería a las tres cuestiones que necesitan soluciones de urgencia: la crisis económica y cómo salir de ella, el autogobierno y la exigencia de firmeza y responsabilidad que exige el momento actual con la sentencia del Estatuto en la cocina del Constitucional, y la renovación del modelo democrático.

El consejero de Educación iba más allá y también reclamaba que los socialistas catalanes deben tener un grupo parlamentario propio en el Congreso, al margen del PSOE. “Es imprescindible contar con grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados -escribe- manteniendo la explícita voluntad de compartir con lealtad mutua proyecto, metas y gobernación con los compañeros socialistas de toda España”.

Las propuestas no son nuevas. El grupo parlamentario propio ya había sido exigido por el sector catalanista antes de las últimas elecciones generales. Y la postura oficial del PSC sigue siendo la misma: “¿En qué iba a cambiar en estos momentos? ¿Acaso íbamos a votar contra el Gobierno de Rodríguez Zapatero alineándonos con la oposición? ¿Ganamos algo con ello? ¿O hemos de abrir un nuevo frente al Gobierno socialista que en estos momentos, bastante tiene con intentar encontrar soluciones a la crisis? No es el momento de plantear un grupo parlamentario propio ni está entre nuestras prioridades. Puede que en un futuro no muy lejano llegue, pero de momento no tenemos intención de cambiar nada”, dice a El Confidencial una fuente socialista.

Sobre los demás ejes del discurso de Maragall, las fuentes se muestran cautas, aunque admiten que está en línea con las tesis oficiales del partido. “Maragall expuso una realidad objetiva. Con mayores o menores matizaciones personales. Pero lo que vino a decir es que a lo que aspira el PSC es a poder gobernar solo. Para eso pediremos el voto en las próximas elecciones. No podemos pensar en pedir el voto para formar un nuevo Tripartito. Pero lo mismo ocurre con ERC o ICV. O con los demás partidos. Es una aspiración legítima y lógica”, añaden las mismas fuentes. Y, en esta lógica, el enemigo a batir es CiU. En este sentido, la senda emprendida por Ernest Maragall será el hilo conductor del mensaje de los socialistas de aquí a las elecciones: o el conservadurismo convergente o manos libres a la moderación del PSC para poder llevar a cabo su programa sin presiones de socios de Gobierno “inestables”.

La oposición ve nerviosismo en el PSC

En Convergència i Unió, en cambio, las cosas se ven de distinta manera. “El PSC ve que se le acaba el tiempo y que difícilmente podrá volver a gobernar. Por eso, están nerviosos. No sólo quieren forzar un debate a dos, minimizando a los demás partidos, sino que mientras tanto va actuando con la certeza de que la próxima legislatura pasará a la oposición. Por eso ha habido un enorme interés en revitalizar el tema del área metropolitana de Barcelona, dándole, por ley, un peso específico como entidad administrativa porque ahí tiene su granero de votos. Lo que quiere es tener, el día de mañana, cuando gobierne Convergència i Unió, un contrapoder a la Generalitat”, dice una fuente de la dirección de CiU.

Curiosamente, sin embargo, el propio líder convergente en el Ayuntamiento de Barcelona, Xavier Trias, reclamó esta semana que el área sea presidida por el alcalde de la capital catalana -como municipio de más peso-, aunque algunos ven en ello una secuela de los resultados de algunas encuestas, que le dan a Trias una importante subida, con posibilidades de poder ser el próximo alcalde.

El líder de CiU, Artur Mas, por su parte, se refirió este fin de semana a las palabras de Ernest Maragall durante una calçotada en Valls (Tarragona). Respecto al discurso pronunciado el pasado miércoles, afirmó que “la gente de CiU no está fatigada, ni cansad, ni cree que el país haya de retroceder siempre (...) Cataluña, hoy, está triste, hay gente fatigada. Pero renacerá con un cambio en positivo y esta ilusión la lleva la gente de CiU. Con modestia, porque no somos los reyes del mambo ni podremos hacer milagros, pero pondremos toda la ilusión y todas las ganas y saldremos adelante”.

La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, por su parte, fue más allá y reclamó ayer un avance de las elecciones autonómicas, que están previstas para este otoño. En su opinión, las palabras de Maragall certifican la “defunción del Tripartito y de la legislatura”. Y apuntó directamente a Montilla, de quien dijo que “no puede controlar ni a sus propios consejeros. Si no toma decisiones ahora, se confirma que sólo busca mantenerse en el poder como sea y los catalanes reclaman un cambio que él no puede ni sabe ofrecer”. Y todo porque, añadió, hay en estos momentos un gobierno dividido, bloqueado y “que no sabe hacia dónde va”.

El consejero de Educación de Cataluña, Ernest Maragall, ha tensado la cuerda del debate político con un artículo de opinión publicado ayer en el diario La Vanguardia, donde quería matizar las palabras pronunciadas esta misma semana, en las que hablaba de un cansancio de los ciudadanos hacia el Tripartito. Lo que pretendía ser una carga de profundidad hacia sus socios de Gobierno -llegaba a decir que la gente “no apoyará elementos ni artefactos inestables” en referencia a las tensiones internas de los socios de Gobierno- fue también el detonante de un debate interno del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) al que se sumó, apoyando las tesis de Maragall, el consejero de Economía, Antoni Castells, exponente, asimismo, del sector catalanista del PSC.

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