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Cospedal gana otra batalla a Arenas pero la guerra por el poder continúa
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IMPONE EL EXPEDIENTE SOBRE YEBRA

Cospedal gana otra batalla a Arenas pero la guerra por el poder continúa

La trayectoria de María Dolores de Cospedal al frente de la Secretaría General del PP ha estado marcada por un sinfín de turbulencias. Y cuando parecía

Foto: Cospedal gana otra batalla a Arenas pero la guerra por el poder continúa
Cospedal gana otra batalla a Arenas pero la guerra por el poder continúa

La trayectoria de María Dolores de Cospedal al frente de la Secretaría General del PP ha estado marcada por un sinfín de turbulencias. Y cuando parecía que su figura era indiscutible dentro del partido, Javier Arenas y los barones levantinos han vuelto a poner a prueba su autoridad, la asignatura de la que nunca acaba de examinarse. Esta vez, Mariano Rajoy ha optado por su perfil más gallego, evitando respaldarla en público. Pero, internamente, el líder popular no tiene dudas. Cospedal es su apuesta para intentar dar un vuelco histórico en Castilla-La Mancha y para desplegar, en el ámbito nacional, la nueva imagen del PP.

Ayer, la secretaria general negó cualquier choque con Arenas: “No ha habido ninguna contradicción”. Sin embargo, la colisión fue evidente cuando el vicesecretario de Política Territorial anunció que el PP respetaría “la decisión del acalde de Yebra, aunque no haya coincidido con el planteamiento general del partido en Castilla-La Mancha”. Un planteamiento impuesto por Cospedal y que establece que esta comunidad no debe albergar el polémico almacén de residuos nucleares. Las palabras de Arenas desencadenaron un alarde de autoridad por parte de la número dos del PP, que el domingo sentenció desde la portada de El Mundo que “ni Javier Arenas ni nadie impedirá que se abra un expediente al alcalde de Yerba”.

Dicho y hecho. Cospedal explicó ayer que el expediente informativo al edil Juan Pedro Sánchez sigue su curso, ya que no comunicó al partido su intención de presentarse al concurso por el almacén, no logró consenso vecinal y político, y no informó a los municipios de la zona. Pero la batalla continúa en la calle Génova. Arenas llamó el viernes personalmente a la secretaria general para disculparse por sus declaraciones, pero ésta le exigió un comunicado por escrito a la prensa. La nota se redactó a última hora de la tarde, pero en unos términos que no satisficieron a Cospedal. El domingo, llegaron sus contundentes declaraciones. El entorno de Arenas se movilizó para preparar una respuesta pública, pero finalmente la operación se abortó.

La número dos de Rajoy ha logrado superar un nuevo pulso del presidente popular en Andalucía, pero su entorno está convencido de que la pugna no acaba aquí. Fuentes próximas a Cospedal sostuvieron que Arenas no acepta el rol secundario que ejerce en el ámbito nacional desde el Congreso del PP de 2008. Entonces, Rajoy fue reelegido gracias al respaldo de barones como el andaluz y Francisco Camps, pero eligió un nuevo equipo para controlar el partido (Cospedal) y el Grupo Parlamentario (Soraya Sáenz de Santamaría).

El reto de sobrevivir a 2011

Los nombres que también aspiraban a dirigir el aparato (Arenas, Ana Mato, Pío García Escudero, Esteban González Pons) lograron cargos diversos y, según el entorno de Cospedal, pensaron que la ex consejera de Transportes de Esperanza Aguirre no sería un obstáculo para mantener sus cuotas de poder. Sin embargo, la nueva secretaria general comenzó a colocar a sus peones fuera de Madrid. De su mano llegaron nuevos líderes, como Alicia Sánchez Camacho en Cataluña o Alberto Basagoiti en el País Vasco; y más tarde, la doctrina de la líder manchega se impuso, aunque  a duras penas, en el caso Gürtel y la rebelión en Madrid.

Cospedal forzó la salida de Gerardo Galeote de las listas Europeas, quien compartía un origen democristiano con Arenas, favoreció el cese temporal de Luis Bárcenas y reclamó medidas contra Ricardo Costa en Valencia. En el caso de Manuel Cobo contra Aguirre, propuso castigar al primero y reprobar a la segunda, pero desdeñó los cantos de sirena para implantar una gestora en la capital, como llegó a defender Arenas. Además, las victorias en Galicia y las Europeas parecieron afianzar definitivamente su gestión ante los críticos.  Pero sólo lo parecía.

La batalla por el agua que enfrenta al PP de Castilla-La Mancha con el de la Comunidad Valenciana y Murcia, y el conflicto por el almacén nuclear han vuelto a poner en duda su aptitud para el cargo. Cospedal parece haber superado este examen, pero ya se aproxima otro: las elecciones autonómicas de 2011. Pierda o gane, su continuidad en la secretaría general será objeto de debate, ya sea porque debe ocupar la presidencia autonómica, o porque ha sido vencida. Incluso es probable que Alberto Ruiz-Gallardón vuelva a ofrecerse para el cargo. Pero, como ella suele decir ante este dilema: “Que todo lo malo será tener que decidir entre dos puestos”.

La trayectoria de María Dolores de Cospedal al frente de la Secretaría General del PP ha estado marcada por un sinfín de turbulencias. Y cuando parecía que su figura era indiscutible dentro del partido, Javier Arenas y los barones levantinos han vuelto a poner a prueba su autoridad, la asignatura de la que nunca acaba de examinarse. Esta vez, Mariano Rajoy ha optado por su perfil más gallego, evitando respaldarla en público. Pero, internamente, el líder popular no tiene dudas. Cospedal es su apuesta para intentar dar un vuelco histórico en Castilla-La Mancha y para desplegar, en el ámbito nacional, la nueva imagen del PP.

María Dolores de Cospedal Javier Arenas