La solución del asesinato de Aquino sigue pendiente desde hace 26 años

Marco Zabaleta Manila, 21 ago (EFE).- Cuando se cumplen 26 años del asesinato de Benigno Aquino, la identidad de la persona que ordenó eliminar al líder de la oposición contra el dictador filipino Ferdinand Marcos, sigue siendo un misterio y quienes podrían contribuir a aclararlo guardan silencio, han muerto o desaparecieron.

Los llamamientos para que se conozca la verdad volvieron a escucharse hoy durante la conmemoración del asesinato, jornada proclamada de fiesta nacional y que ha transcurrido con visitas al mausoleo de Ninoy, su apodo popular, actos religiosos y concentraciones populares.

En el aeropuerto internacional de Manila, que lleva su nombre, en el mismo lugar donde hace algo más de un cuarto de siglo fue asesinado de un tiro en la cabeza cuando regresaba del exilio para afrontar la llamada "dictadura conyugal", la formada por Marcos e Imelda, unas cuantas docenas de miembros del Movimiento Ninoy Aquino y del Movimiento 21 de Agosto participaron en una misa.

El acto más numeroso, que congregó a varios miles de personas, se organizó en el emblemático cruce de la Avenida de Ayala y Paseo de Roxas, en el distrito financiero manileño, donde se levanta una estatua de Ninoy.

La ex presidenta Corazon Aquino, la viuda, fallecida el 1 de agosto pasado de un cáncer, fue la gran ausente de la jornada.

Aunque para la Justicia el caso está cerrado, cada filipino tiene su sospechoso a la hora de adjudicar la orden de asesinato del líder de la oposición en aquella época.

La mayoría señala a Ferdinand Marcos, Imelda, el general Fabian Ver, Danding Cojuanco, Herminio Gosuico o algún otro miembro del aquel régimen endeudado hasta las cejas y que empezaba a mostrar signos de deterioro cuando ocurrió el crimen.

La hipótesis de un complot marxista ha quedado descartada, a pesar de la seguridad con la que en su día el régimen apuntó al entonces jefe del Partido Comunista de Filipinas, Rodolfo Salas.

"El pensamiento convencional apunta a Ferdinand Marcos como el cerebro porque la participación militar y la precisión del asesinato no podrían haber tenido lugar sin el conocimiento y complicidad del leal general Fabian Ver, quien no habría actuado sin el consentimiento del dictador", dijo el presidente del Movimiento Ninoy Aquino, Rodel Rodis, esta semana.

"No obstante, la audacia y el descaro en asesinar a Ninoy Aquino justo en el aeropuerto, minutos después de su llegada, en presencia de periodistas de todo el mundo y a pesar de todas las previsibles consecuencias que tendría para el régimen, lleva la marca de la políticamente simple y psicológicamente inestable Imelda", añadió.

Después de tres años de exilio en Boston (EEUU), los años más felices de su matrimonio, según confesó Corazón Aquino en alguna ocasión, Ninoy regresó a Manila para encabezar la oposición contra la dictadura: era el 21 de agosto de 1983.

Un grupo de soldados entró en el avión y escoltó al ex senador fuera del aparato.

Cuando acababan de descender la escalerilla, un hombre en camisa y pantalón blancos surgió de la nada y sonó un tiro, y después varios más.

El primero derribó a Ninoy; y los otros, disparados por los soldados, mataron al comunista Rolando Galman.

Un examen forense exoneró a Galman al establecer que el proyectil penetró por la parte izquierda del cráneo en dirección descendente, lo que obliga a que el arma estuviese en un plano superior al de la cabeza de la víctima.

El juez Regino C. Hermosisima, del Tribunal Supremo, sentenció en 1990 a 16 militares, ninguno de ellos oficiales, a cadena perpetua por el asesinato de Aquino, incluido Rogelio Moreno como autor del disparo.

A principios de año, la actual presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, les conmutó la pena y fueron excarcelados.

El general Ver, entonces jefe de las Fuerzas Armadas, murió exiliado en Tailandia en 1998, pero aún vive Imelda, que celebró su octogésimo cumpleaños en julio.

Viven también, entre otros, Juan Ponce Enrile, de 85 años, ex ministro de Defensa de Marcos y actual presidente del Senado; el ex presidente Fidel Ramos, de 81 años y alto cargo del servicio de inteligencia militar durante el asesinato; así como el empresario Eduardo Cojuangco o Danding, de 74 años y parte del círculo de asesores personales de Marcos. EFE zm/mfr/cr (audio)(foto)