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La Unesco quiere tumbar la Torre Cajasol
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POLÉMICA EN SEVILLA POR EL RASCACIELOS DE CÉSAR PELLI

La Unesco quiere tumbar la Torre Cajasol

¿Es posible un diálogo visual entre la vanguardia arquitectónica y los monumentos clásicos de una ciudad? Esto es, ¿resulta compatible un rascacielos de 178 metros con

Foto: La Unesco quiere tumbar la Torre Cajasol
La Unesco quiere tumbar la Torre Cajasol

¿Es posible un diálogo visual entre la vanguardia arquitectónica y los monumentos clásicos de una ciudad? Esto es, ¿resulta compatible un rascacielos de 178 metros con tres edificios patrimonio de la Humanidad? Para la Unesco, desde luego que no. Para Cajasol, claro que sí. La torre de César Pelli que la entidad financiera sevillana construye en la Isla de la Cartuja de Sevilla, a 1,67 kilómetros de este trío monumental, sigue envuelta en la polémica. La Unesco quiere paralizar su construcción.

 

Es el Comité Español del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) quien recomienda al Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco incluir los bienes inscritos en la declaración unitaria de Sevilla (Catedral, Alcázar y Archivo de Indias) en la “Lista de Patrimonio Mundial en Peligro”. A su juicio, habrá un impacto “irreversible” de la torre en la percepción “de y desde la Catedral-Giralda y el Alcázar”.

 

Icomos ampara su protesta al contar con un precedente: el pasado mes de junio los 21 países de la Unesco expulsaron de la lista del Patrimonio Mundial al valle del Elba, en Dresde (Alemania) por la construcción del puente. Y es que el rascacielos variará el skyline de la ciudad: es el doble de alto que la Giralda. Hasta ahora nadie había osado construir un edificio que desbancara a la celebérrima torre catedralicia.

 

La Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla son los que tienen qué decidir el futuro de la torre. El Ministerio de Cultura no tiene competencias urbanísticas, pero la Unesco está presionando a la comisión creada por el Gobierno español para evaluar el posible impacto del proyecto de la Torre Pelli, que costará a Cajasol 353 millones de euros, como ya publicó El Confidencial el pasado 14 de marzo.

 

Aunque no será hasta junio de 2010 si se tumba la torre, Cultura tiene previsto evaluar ya en otoño hasta qué punto puede impactar el rascacielos en la capital andaluza. El Ministerio ha creado un comité de expertos, en el que participa, a propuesta del Ayuntamiento de Sevilla, el arquitecto Jaime Montaner, ex consejero de Economía y de Obras Públicas de la Junta de Andalucía, y que desde que dejó el poder no ha dejado de estar en la pomada socialista, siempre al lado del poder político.

 

Montaner deja entrever que si no se construye la torre o se reduce su altura, algo más probable, dentro de 11 meses no será tarde. “Para esa fecha sólo estarán terminados los cimientos del rascacielos”, justificó el ex consejero curándose en salud ante un cambio en el proyecto.

La senadora del PP Soledad Becerril, ex alcaldesa de Sevilla, se ha decidido a entrar en el debate y expresa su rechazo al proyecto. “Es un disparate”, resaltó Becerril. La ex alcaldesa cree que las cajas de ahorro no deben dedicarse a la promoción inmobiliaria y de grandes edificios. “Lo más incomprensible de todo esto es que en este momento tan difícil las entidades financieras se dediquen a construir torres para competir con las mejores torres del mundo”, criticó Becerril.

 

Los hay también que apoyan sin ambages el rascacielos sevillano. Es el caso de la CEA (Confederación de Empresarios de Andalucía). Su presidente, Santiago Herrero, no entiende que se argumenten “incluso criterios estéticos o de impacto visual” para que exista oposición a un proyecto “que supone una importante inversión económica”.

 

Un estudio de la consultora Deloitte plantea que la torre generará 4.000 empleos directos, de los que el 71% (252,1 millones de euros) corresponde a la construcción y seguros del edificio. El impacto directo e indirecto será de 212,46 millones de euros y tendrá un retorno fiscal de 27,1 millones de euros. El informe señala que el impacto inducido sobre el PIB sevillano y andaluz “será de 68,6 millones de euros y un número de empleos superior a los 1.200”.

 

Herrero precisa que este proyecto "no se está construyendo ni en el centro histórico de la ciudad ni es un espacio protegido”. También considera necesario "un orden de prioridades y un equilibrio" para valorar los proyectos e inversiones.

Mientras, las obras siguen su curso y en Cajasol se muestran convencidos de que la torre se acabará construyendo. Varias son sus razones. La primera: el rascacielos de César Pelli será un símbolo de la “nueva Sevilla” que se desarrolla en La Cartuja desde la Expo 92 y luego en el parque tecnológico Cartuja 93, “una Sevilla sin complejos que incorpora un elemento contemporáneo”. Y la segunda: consideran que el grupo de expertos eliminará la estrategia de los detractores del proyecto, explicado en la web CajasolTV.

¿Es posible un diálogo visual entre la vanguardia arquitectónica y los monumentos clásicos de una ciudad? Esto es, ¿resulta compatible un rascacielos de 178 metros con tres edificios patrimonio de la Humanidad? Para la Unesco, desde luego que no. Para Cajasol, claro que sí. La torre de César Pelli que la entidad financiera sevillana construye en la Isla de la Cartuja de Sevilla, a 1,67 kilómetros de este trío monumental, sigue envuelta en la polémica. La Unesco quiere paralizar su construcción.