Montilla prepara cambios en el Gobierno después del acuerdo final de la financiación

Con la negociación de la financiación autonómica en la recta final, el presidente de la Generalitat de Cataluña, José Montilla, prepara algunos ajustes en el Gobierno tripartito de esta comunidad. En realidad, los ajustes tendrían que haber coincidido con el paso del ecuador de la legislatura, que tuvo lugar en noviembre, pero la coyuntura política trastocó el calendario previsto y pactado previamente por el propio Montilla y sus socios Joan Puigcercós (Esquerra Republicana de Catalunya) y Joan Saura (Iniciativa per Catalunya).

 

“El Presidente no es hombre de cambios. Su estrategia es sacar el mejor rendimiento de lo que tiene a mano e ir adaptándolo a las necesidades, pero evita siempre echar mano de soluciones radicales y de grandes cambios”, dice un alto cargo del Gobierno catalán.

La agenda de Montilla preveía los ajustes necesarios para el mismo mes de noviembre. En esa fecha, ya habrían pasado los congresos de los tres partidos que componen el Ejecutivo y, con las posiciones y las estrategias claras, podría acometerse un proceso de cambios dentro del Gobierno que contentara a todos. “El retraso en la negociación de la financiación frustró los planes, ya que no se puede realizar un cambio de Gobierno en plena negociación. No sólo podría interferir en las conversaciones con el Gobierno central, sino que podría añadir tensiones dentro del propio Gobierno autonómico”, admite otra fuente del Gobierno.

Cambios a corto plazo

Así pues, en cuanto haya un acuerdo definitivo en financiación y con las aguas calmadas en este frente, Montilla accederá a realizar los ajustes pertinentes, que también reclaman sus socios. Estas medidas, según los indicios que hay hasta el momento, serán tomadas entre la segunda quincena de enero y Semana Santa, dependiendo de cuándo finalice el tema de la financiación. Algunas fuentes señalan también que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto podría interferir en el calendario de cambios, aunque este tema podría soslayarse para no tener que alargar demasiado el plazo ante el desgaste de imagen de algunos consejeros.

Los socios del tripartito se reunirán a mediados de mes para valorar la gestión de estos dos últimos años, introducir algunos elementos nuevos al pacto de gobierno y acordar los “ajustes” pertinentes. El secretario general de ERC, Joan Ridao, ya anunció este lunes que los republicanos ven necesaria una “cumbre” de los tres socios para actualizar su acuerdo. El Gobierno catalán examinará en la reunión algunos aspectos y diseñará la estrategia que deberá seguir en el futuro, con las variables de la financiación ya cubierta y de la previsible sentencia del Estatuto.

En cuanto a traspasos, los tres partidos que componen el Ejecutivo catalán quieren que se materialicen algunos de ellos, que ya habían sido prometidos por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la anterior legislatura y que posteriormente fueron reiterados por sus ministros. Entre ellos, están la nueva gestión del aeropuerto del Prat o la gestión de los servicios de Cercanías de Renfe. En otro eje, se sitúa la materialización de las inversiones que prevé el Estatuto y que deberán efectuarse tras el acuerdo de financiación.

Paralelamente, se estudiará la estrategia a seguir sobre el despliegue de diversas leyes, en especial de la Ley de Dependencia, que el Gobierno central puso en marcha sin haberla dotado de partida presupuestaria. Un último eje establecerá un calendario de las iniciativas legislativas del Gobierno catalán en estos dos años que restan de legislatura. Con ello, esperan llegar con “las alforjas llenas” al final del ciclo y ofrecer al electorado “un cómputo positivo de la legislatura”

Los tabúes del Gobierno

La última misión de la cumbre será poner cara a los “ajustes” del Gobierno, es decir, hablar de los nombres que salen o que entran. En este sentido, todos afirman que los cambios que quieran introducir en cada una de las áreas que controlan son responsabilidad de los socios correspondientes. El presidente Montilla no pondrá objeciones a las sugerencias de nombres ofrecidos por los otros dos partidos.

En algunos círculos políticos ya han comenzado a circular quinielas con los nombres de los “renovables”: uno de ICV, dos de ERC y tres o cuatro del PSC. Las tres formaciones son conscientes de que conviene ya realizar algunos ajustes y tienen prácticamente confeccionadas sus respectivas “listas negras”. Los cambios afectarían a los consejeros que más han desgastado su imagen en estos dos años debido a las polémicas respecto a su gestión, aunque hay dos grandes tabúes: no se pueden tocar ni el vicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira, ni el consejero de Interior, Joan Saura. En realidad, todos los demás no tienen asegurado su puesto, aunque existen los suficientes indicios para saber cuáles no serán removidos bajo ningún concepto.

“Lo cierto es que tras los congresos de los partidos quedaron claras las cuotas de poder dentro de cada uno de ellos. Esta situación consolida el papel de las direcciones de PSC, ERC e ICV, que han salido reforzadas de los respectivos cónclaves y, como consecuencia, refuerzan también el compromiso con el Gobierno. Por ello, los cambios serán mínimos. Es más: se puede hablar más que nada de cambios de cara y no de cambios de estrategia”, señala una fuente del Gobierno. El objetivo de la remodelación, pues, será, primordialmente, dar un impulso a la visualización de la gestión de gobierno.