Los mossos condenados a seis años de cárcel por torturas estuvieron en activo hasta ayer

La audiencia de Barcelona condenó a penas de prisión de hasta seis años y siete meses a cinco Mossos d’ Esquadra por delitos de torturas, lesiones graves, detención ilegal, violación de domicilio, contra la integridad moral y malos tratos. Es la peor condena a un cuerpo policial autonómico. Aún están pendientes de vista oral otras acusaciones contra Mossos por malos tratos. En algunos casos parece muy probable una sentencia condenatoria, debido a la existencia de grabaciones por cámaras de seguridad, cuya difusión provocó en su día un justificado escándalo. 

 

En el caso ahora juzgado, las víctimas fueron una pareja de rumanos, ajenos a todo acto delictivo. Ninguno de los dos fue nunca imputado. Él era hemofílico y ella estaba embarazada de tres meses. Erróneamente, los Mossos confundieron al hombre con un atracador.

La sentencia califica el proceder de la policía autonómica catalana de “cruel en exceso, brutal o salvaje”, así como impropio de un Estado de Derecho. Resulta probado que un agente introdujo una pistola en la boca del detenido, quien también fue amenazado de ser “arrojado por un barranco”.

El detenido empezó a ser golpeado en el coche que lo condujo a la comisaría de los Mossos, donde los malos tratos incrementaron. Fue amenazado de muerte: “Si la juez te suelta –le dijeron– te podemos a matar. No serás el primero”. Los malos tratos continuaron pese a que la víctima manifestaba ser hemofílico y, por lo tanto, podían causarle la muerte. Finalizaron cuando un Mosso advirtió que la escena era grabada por una cámara de seguridad. El torturado precisó una transfusión de urgencia.     

Las penas van desde la ya indicada a dos años y tres meses. Ahora implicarán la suspensión temporal de los agentes. Cabe recordar que los hechos tuvieron efecto en julio de 2006 y que una investigación interna no expuso en absoluto lo que ahora la sentencia judicial declara probado. La conserjería de Interior trató el caso como si fuese una banalidad. Por ello, los agentes habían continuado ejerciendo sus funciones hasta hoy. 

Denuncias desde Italia

El 2007 se informó de que las denuncias por racismo contra los Mossos se habían multiplicado por ocho en un año. El 19 de enero de aquel año el programa de gran audiencia de la TV pública italiana “Mi Manda RAI-TRE” efectuó una larga emisión, con conexión en directo con Barcelona, sobre presuntos malos tratos de los Mossos a jóvenes italianos detenidos en la Ciudad Condal.

Participaron en el programa tres jóvenes sardos acompañados del alcalde de su ciudad. Manifestaron haber sido “brutalmente golpeados” por los Mossos y encerrados durante dos días, sin comer ni beber. Uno de ellos dijo que le habían roto dos costillas y otro que había sufrido lesiones en mandíbula y dientes. El atestado policial no hizo alusión a las lesiones, pese a que paralelamente habían sido objeto de certificación médica. Participó en la emisión el intendente barcelonés de los Mossos, Joan Miquel Capell, quien no supo dar explicaciones convincentes.

El programa, emitido de nueve a once de la noche, incluyó una entrevista ya transmitida el mes de abril anterior en la que otro joven italiano, Massimo Muci, declaraba también haber sido recluido durante dos noches y tres días por mossos, y "tratado como un perro". Desde la ciudad de Gorizia llamó en directo la madre de un joven que, según declaró, había estado detenido durante dos días por los mossos, acusado de haber hurtado dos euros. Fue puesto en libertad sin cargos. El conductor del programa, Andrea Vianello, exhibió una nota del ministerio de Asuntos Exteriores italiano afirmando tener conocimiento de este tipo de hechos. Ningún periódico barcelonés informó de aquella emisión, pese a la gran audiencia que registró.