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'Maleni' ya ha 'quemado' a cuatro jefes de Gabinete y seis de Comunicación desde que es ministra
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LA TITULAR DE FOMENTO BATE RECORDS DE ASESORES CESADOS

'Maleni' ya ha 'quemado' a cuatro jefes de Gabinete y seis de Comunicación desde que es ministra

Quienes la conocen de cerca aseguran que Magdalena Álvarez, además de tener un fortísimo carácter y un genio endiablado, es extremadamente exigente con sus colaboradores más cercanos y

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y seis de Comunicación desde que es ministra
'Maleni' ya ha 'quemado' a cuatro jefes de Gabinete y seis de Comunicación desde que es ministra

Quienes la conocen de cerca aseguran que Magdalena Álvarez, además de tener un fortísimo carácter y un genio endiablado, es extremadamente exigente con sus colaboradores más cercanos y poco tolerante con los errores ajenos. Trabajadora incansable, reclama de sus asesores el mismo ímpetu y dedicación, y las broncas a su equipo en el Ministerio de Fomento son ya casi legendarias. Muchos no aguantan ese ritmo frenético y se van. Otros son destituidos por la temperamental Maleni, que ha batido un sorprendente récord desde que es ministra: cuatro jefes de Gabinete y seis directores de Comunicación en poco más de cuatro años.

La primera víctima del huracán Álvarez fue la periodista Inmaculada Mardones, que sólo resistió un año como directora de Comunicación de Fomento. La ministra la fichó nada más desembarcar en el ministerio, tras la victoria electoral de José Luis Rodríguez Zapatero en 2004, pero 13 meses después Mardones presentó su dimisión por las insalvables diferencias de criterio entre ambas.

La paciencia de Mardones empezó a colmarse en el verano de 2004. Corría el mes de agosto y Álvarez concedió una entrevista al centro territorial de TVE en Galicia. La incauta entrevistadora se saltó en varios momentos el guión de las preguntas previamente pactadas con Mardones, y Maleni estalló en cólera: "Yo no estoy dispuesta a someterme a un interrogatorio cada vez que me pongo enfrente de un periodista, qué quieres que te diga. He dicho que no me preguntes cosas concretas. Un ministro no tiene por qué saber dónde están los baches".

La informadora gallega se había interesado por la supresión del puente de Rande, en Vigo, y más tarde por la modernización del puerto de La Coruña, pero Álvarez cortó en seco la entrevista, no sin antes abroncar a su directora de Comunicación: "No tengo tiempo, tengo mucho trabajo y esto es un nivel de detalle que necesita una apreciación que a mí no me interesa hacer". La entrevista fue emitida, pero, por supuesto, todos esos fragmentos fueron previamente eliminados por indicación de una frustrada Mardones, que se limitó a cumplir las órdenes de su jefa.

Mardones fue relevada en 2005 por el periodista Daniel Salado, que ocupó el cargo de director de Comunicación durante sólo dos meses, el tiempo necesario para que Álvarez encontrase un sustituto a su medida. Salado, en la actualidad jefe de Prensa de Fomento, es el único asesor que ha sobrevivido al carácter imposible de Álvarez durante estos cuatro años y medio, pero la ministra se negó entonces a ascenderlo de categoría. Quería como director de Comunicación a un candidato de mayor perfil institucional, y fichó a Aurelio Romero, que había sido jefe de Gabinete de la Defensora del Pueblo navarra, director gerente de la Federación Española de Daño Cerebral y consejero delegado de MBO Comunicación.

Broncas y desencuentros

Pero el paso de Romero por Fomento fue también fugaz. Si quiso dejar huella, no tuvo tiempo: a los cuatro meses, harto de broncas y desencuentros, dejó plantada a Álvarez y se marchó a Galicia como jefe de Gabinete del presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño. Romero fue relevado en septiembre de 2005 por Antonio Torrejón, y éste, menos de un año después, cedió los trastos a José María Noguerol, que tuvo que hacer frente a la crisis desatada por la suspensión de la compañía aérea Air Madrid, el caos de los trenes de cercanías en Cataluña y los socavones provocados por las obras del AVE a Barcelona. Demasiados sofocos en tan poco tiempo, pero no los únicos.

En septiembre del pasado año, Noguerol presenció en directo, abochornado e impotente, la entrevista que Ana Rosa Quintana le hizo a Álvarez en el plató de Tele 5.  "Me cuesta mucho aprenderme las cosas de memoria. Ayer estuve en Galicia y hablé de todas las capitales de provincia, menos de Lugo. Y algunos dijeron que había dejado a Lugo sin AVE, y no, ni mucho menos. Lo que pasa es que tengo la cabeza que tengo", le confesó a la periodista.

El sexto y, por ahora, último director de Comunicación de Álvarez ha sido Antonio Fernández Serrano, que ha tenido que lidiar con la reciente catástrofe aérea de Barajas y dar la cara por la ministra cuando empezaron a arreciar las críticas por las filtraciones de las imágenes del accidente y del informe preliminar de la comisión que investiga las causas de la tragedia.

Fuentes de Fomento consultadas por El Confidencial aseguran que Fernández Serrano no ha visto con buenos ojos la decisión de Álvarez de convocar un concurso público para diseñar una campaña de comunicación que mejore la deteriorada imagen del departamento. La campaña, teóricamente abierta a cualquier empresa interesada, tendrá un coste de casi 180.000 euros, y el PP ya ha anunciado su intención de realizar un "seguimiento minucioso" de la misma, que considera "pura propaganda para tratar de ocultar con fondos públicos una gestión nefasta", según señaló ayer a este periódico el portavoz popular en la Comisión de Fomento del Congreso, Andrés Ayala.

Pero no sólo los responsables de Comunicación de Álvarez han desertado en masa. También sus jefes de Gabinete. Ya lleva cuatro en apenas cuatro años y medio: Jorge Mariné, Juan López Rodríguez, Francisco Celso González y José Luis de Benito. Este último ya fue director de Gabinete del actual portavoz parlamentario del PSOE, José Antonio Alonso, durante su paso por los ministerios de Interior y Defensa.

Quienes la conocen de cerca aseguran que Magdalena Álvarez, además de tener un fortísimo carácter y un genio endiablado, es extremadamente exigente con sus colaboradores más cercanos y poco tolerante con los errores ajenos. Trabajadora incansable, reclama de sus asesores el mismo ímpetu y dedicación, y las broncas a su equipo en el Ministerio de Fomento son ya casi legendarias. Muchos no aguantan ese ritmo frenético y se van. Otros son destituidos por la temperamental Maleni, que ha batido un sorprendente récord desde que es ministra: cuatro jefes de Gabinete y seis directores de Comunicación en poco más de cuatro años.