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El PNV elige como nuevo presidente a Iñigo Urkullu, el hombre que acabó con Xabier Arzalluz
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El PNV elige como nuevo presidente a Iñigo Urkullu, el hombre que acabó con Xabier Arzalluz

Aunque no será formalmente hasta el fin de semana del 1 de diciembre cuando la Asamblea del PNV proclame al nuevo presidente de la ejecutiva, Íñigo

Foto: El PNV elige como nuevo presidente a Iñigo Urkullu, el hombre que acabó con Xabier Arzalluz
El PNV elige como nuevo presidente a Iñigo Urkullu, el hombre que acabó con Xabier Arzalluz

Aunque no será formalmente hasta el fin de semana del 1 de diciembre cuando la Asamblea del PNV proclame al nuevo presidente de la ejecutiva, Íñigo Urkullu es ya de forma oficiosa el sustituto de Josu Jon Imaz al al ser el único candidato sometido a la consideración de las bases en la segunda vuelta del proceso electoral. Asume así la máxima responsabilidad de la formación peneuvista el militante posiblemente con mayor poder en la sombra, jefe de filas de la potente organización vizcaína -a la que pertenece el 80% de los 32.000 afiliados del partido- y principal culpable del destronamiento, hace cuatro años, de Xabier Arzalluz al frente del Euzkadi buru batzar (máximo órgano dirigente del PNV).

Cuentan las malas lenguas que el veterano dirigente, que había comandado el PNV con mano de hierro en el último cuarto de siglo, no intuyó los movimientos que se estaban forjando en una de las plantas nobles de la sede bilbaína de Sabin Etxea para desalojarle de la presidencia; o, más bien, para impedir que fuera su delfín, el guipuzcoano Joseba Egibar, quien le sucediera. Fue Urkullu quien maniobró junto a los 'cuadros' que dirigen la poderosa Diputación foral de Vizcaya -en Euskadi, las diputaciones territoriales manejan un elevado presupuesto y reequilibran el peso del Gobierno vasco- para convencer a Imaz de que optara al liderazgo como el aspirante hasta entonces 'tapado' y contrarrestar así las posibilidades del tándem Arzalluz-Egibar.

Arzalluz, que nunca simpatizó con Urkullu, trató de devolverle la jugada promoviendo posteriormente a uno de sus colaboradores más estrechos -el ex alcalde de Getxo, Iñaki Zarraoa- para que tratara de arrebatarle la presidencia del partido en Vizcaya. No sólo no lo consiguió, sino que la venganza de la 'oficialidad' vizcaína fue inclemente: la militancia afín a sus tesis negó un puesto a Arzalluz en la Asamblea Nacional, el máximo órgano de las bases; lo que significa que el aludido puede asistir a los cónclaves en su calidad de ex presidente, pero sin derecho a voto. Un mazazo para quien había sido el todopoderoso guardián del PNV.

El modo en que Urkullu apartó a la 'vieja guardia' vinculada a Arzalluz, después de haberse hecho con el control del aparato vizcaíno con apenas 34 años, refleja el carácter de un dirigente educado en las formas, pero inapelable en su actuación dentro del partido. Imaz y él son amigos desde que coincidieron, al igual que Egibar, en las juventudes peneuvistas. Pero la lealtad hacia 'su' candidato no ha impedido a Urkullu dejarle solo ante las presiones del sector soberanista, lo que terminó por forzar la salida de Imaz.

Discurso soberanista

Nacido en Alonsótegu (Vizcaya) en 1961, casado, con tres hijos, y diplomado en Magisterio, el nuevo líder del PNV cuenta con una larga carrera en el Parlamento vasco. Desde que se perfiló como el sustituto de Imaz, ha mantenido un discurso avalador de las tesis soberanistas del lehendakari Ibarretxe y ha marcado distancias con la oposición. Sólo ha reaccionado con contundencia frente a Egibar cuanto éste sugirió la posibilidad de formar una gran coalición pan-nacionalista de cara a las próximas citas electorales.

Es una incógnita qué hará Urkullu con su calculada ambigüedad cuando sea investido, ya oficialmente, como máximo responsable del principal partido de Euskadi. Por de pronto está diseñando una ejecutiva que aúna el pacto con los guipuzcoanos de Egibar con la promoción de colaboradores suyos en el aparato vizcaíno. La persona seguramente más afín a Imaz en la dirección -su secretaria general, Josune Arizondo- será desplazada de la misma, aunque podría encabezar las listas al Senado.

Aunque no será formalmente hasta el fin de semana del 1 de diciembre cuando la Asamblea del PNV proclame al nuevo presidente de la ejecutiva, Íñigo Urkullu es ya de forma oficiosa el sustituto de Josu Jon Imaz al al ser el único candidato sometido a la consideración de las bases en la segunda vuelta del proceso electoral. Asume así la máxima responsabilidad de la formación peneuvista el militante posiblemente con mayor poder en la sombra, jefe de filas de la potente organización vizcaína -a la que pertenece el 80% de los 32.000 afiliados del partido- y principal culpable del destronamiento, hace cuatro años, de Xabier Arzalluz al frente del Euzkadi buru batzar (máximo órgano dirigente del PNV).

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