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La pasta más "popular" de la Villa y Corte se sirve en Bice
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La pasta más "popular" de la Villa y Corte se sirve en Bice

Si las paredes de Bice hablaran seguramente podrían contar tantos secretos como los que escondía el famoso cuaderno azul de cierto ex presidente. Aznar, como muchos

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La pasta más "popular" de la Villa y Corte se sirve en Bice

Si las paredes de Bice hablaran seguramente podrían contar tantos secretos como los que escondía el famoso cuaderno azul de cierto ex presidente. Aznar, como muchos otros políticos del PP, ha comido más de una vez en el amplio reservado para 26 comensales que tiene la filial madrileña de este restaurante, una trattoria con todas las de la ley que cuenta con locales en Milán (el primero, en la Via Borgospesso de la capital de la Lombardía, abrió en 1926), Miami, Nueva York, Chicago o Las Vegas. Bice viene a ser, de algún modo, una de las grandes franquicias mundiales en alta cocina.

La ubicación del restaurante en Madrid, a tres portales de la sede nacional del Partido Popular, lo ha convertido en epicentro para los miembros del primer partido de la oposición, que conocen a la perfección los secretos de su carta. Adivinen a cuál de ellos le vuelve loco el risotto con funghi porcini que magistralmente cocina el chef Giorgio Baldari. Por si fuera poco, el local en que se ubica cuenta con una dilatada tradición hostelera: antes de acoger a Bice fue la sede de los restaurantes Luculo y Alassi.

Los registros mediterráneos de la gastronomía de Bice forman delicadas combinaciones de sabores que invitan a una exquisita degustación. Su secreto consiste precisamente en no ocultar ningún secreto. Es la ventaja que tiene el tener una elaborada carta en la que se hace una interpretación rigurosa de la cocina italiana.

Entre los entrantes, las ensaladas y los antipasti destacan sobre el resto: Bresaola con ensalada tricolor, recula, endivia y achicoria, de queso de cabra, pistacho con mache y hoja de roble, o mozzarella ahumada con jamón de Parma. El carpaccio de cebón con champiñón y trufa negra resulta también una delicia.

Entre la pasta fresca, lo más recomendable son los muy marineros spaghetti con almejas, salsa de vino blanco y perejil y los papardelle al teléfono. Los raviolis rellenos de ternera lechal y espinacas con salsa de setas resultan una alternativa recomendable para los más carnívoros. En los segundos platos pirman las grandes carnes rojas: chuleta de ternera muy fina a la Milanesa o jarrete de cordero estofado con puré de patatas y zanahoria; pero también hay espacio para el pescado: dorada al horno con alcachofas y patatas, o atún rojo a la parrilla con verduras al aceto tradicional.

Para animar los almuerzos y cenas estivales, Bice cuenta estos días (hasta el próximo 31 de julio) con unas jornadas dedicadas al tomate en las que es posible degustar platos realizados a partir de este fruto: tomate pera relleno de cous cous, langostinos y espárragos con emulsión de tomate, risotto de hierbas y tomate verde con mozzarella ahumada o crujiente de tomate y fresones con mascarpone y crema de aceto.

Si las paredes de Bice hablaran seguramente podrían contar tantos secretos como los que escondía el famoso cuaderno azul de cierto ex presidente. Aznar, como muchos otros políticos del PP, ha comido más de una vez en el amplio reservado para 26 comensales que tiene la filial madrileña de este restaurante, una trattoria con todas las de la ley que cuenta con locales en Milán (el primero, en la Via Borgospesso de la capital de la Lombardía, abrió en 1926), Miami, Nueva York, Chicago o Las Vegas. Bice viene a ser, de algún modo, una de las grandes franquicias mundiales en alta cocina.