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Los partidos no se ponen de acuerdo para gobernar en Baleares a falta de cuatro días para constituir los Ayuntamientos
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Los partidos no se ponen de acuerdo para gobernar en Baleares a falta de cuatro días para constituir los Ayuntamientos

A cuatro días de la constitución de los ayuntamientos, en Baleares y en su capital no se han cerrado los pactos en torno al eje

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Los partidos no se ponen de acuerdo para gobernar en Baleares a falta de cuatro días para constituir los Ayuntamientos

A cuatro días de la constitución de los ayuntamientos, en Baleares y en su capital no se han cerrado los pactos en torno al eje de Unió Mallorquina, a pesar de que Zapatero dio por conquistadas tanto la comunidad como Palma de Mallorca, en su entrevista ante Iñaki Gabilondo. Si una alianza de centroizquierda, que reeditase el Pacto de Progreso, permitiría al PSOE estatal mejorar la percepción de las elecciones del 27-M, esa misma perspectiva liquidaría la carrera política de Jaime Matas, ex ministro de Aznar y presidente en funciones de la comunidad.

La aureola tejida en torno a Matas –por los mismos que ahora le culpan de la frustración electoral– nunca ha encajado bien con la realidad de su biografía. Ha gobernado Baleares en dos ocasiones, con sendas mayorías absolutas, y se las ha apañado para perderlas a la primera oportunidad en que se ha visto emplazado a consolidarlas. La perspectiva de pactar con Unión Mallorquina para remendar su fracaso no le provoca mucha ilusión. Conviene recordar que, a sus órdenes, el PP y sus medios afines se embarcaron en una campaña contra los nacionalistas sin precedentes en la región, y que colocaba a la cárcel como perspectiva en las acciones penales patrocinadas contra sus dirigentes.

Sin embargo, no es en la marcha atrás donde radica el principal escollo para Matas, que nunca ha tenido el mínimo rubor en volverse atrás en principios que unos días antes juraba intocables. La clave radica en la pérdida del control absoluto de las instituciones. Aunque conservara el Govern –y en estos momentos no hay excesivos datos que apunten en esa dirección–, se encontraría en una situación de libertad vigilada, obligado a someterse a diario a la opinión decisiva de María Antonia Munar, presidenta y casi propietaria de UM.

No cabe imaginar mayor suplicio para el presidente en funciones, que ha impulsado en Baleares una gestión al estilo Zaplana, donde la palabra dilapidación pierde su sentido. Pese a sus tribulaciones actuales, cabe consignar que ha logrado el 46% de los votos.

Instituciones insulares en contra

De una tacada, el PP capitaneado por Matas ha perdido el control del gobierno de Baleares, de los cuatro consells –equivalentes a cabildos, y con competencias muy reforzadas– de Mallorca, Menorca, Eivissa y Formentera, y del ayuntamiento de la capital. Sea cual sea el desenlace de los pactos en curso, cabrá hablar tan sólo del 'primer' ejecutivo de una legislatura a la que se le pueden presumir los accidentes más variopintos.

Aunque los populares parchearan la situación en el conjunto de la región, en la mayor de sus islas y en Palma, tendrían en contra las instituciones insulares menorquina, ibicenca y formenterense, todas ellas en manos de la izquierda. La última de las citadas es una invención de Matas, que la perdió después de haberla creado.

En la margen izquierda del río de los pactos, las negociaciones han encallado en el ayuntamiento de Palma, una vez acordado el reparto de responsabilidades en el consell de Mallorca y en el gobierno autonómico. Para que el silencioso socialista Francesc Antich vuelva a presidir Baleares, pasando una vez más por encima del cadáver político de Matas, será necesario que lime los egos de la candidata palmesana de su partido –Aina Calvo, la revelación del 27-M– y del aspirante de UM, Miquel Nadal, familiar en primera línea de Rosario Nadal, princesa de Preslav.

A cuatro días de la constitución de los ayuntamientos, en Baleares y en su capital no se han cerrado los pactos en torno al eje de Unió Mallorquina, a pesar de que Zapatero dio por conquistadas tanto la comunidad como Palma de Mallorca, en su entrevista ante Iñaki Gabilondo. Si una alianza de centroizquierda, que reeditase el Pacto de Progreso, permitiría al PSOE estatal mejorar la percepción de las elecciones del 27-M, esa misma perspectiva liquidaría la carrera política de Jaime Matas, ex ministro de Aznar y presidente en funciones de la comunidad.