Operación Malaya: Pedro Román regresará a España para comparecer ante el Juez Torres

Pedro Román, teniente de alcalde de Marbella en los primeros tiempos de Jesús Gil, ya ha recibido la visita de la policía. También su hija Pilar Román, pero ninguno de los dos estaban en casa cuando eran buscados por los funcionarios públicos.

Aunque formalmente, que se sepa de manera oficial, el juez que instruye el caso Marbella, Miguel Ángel Torres, aún no ha dictado orden de detención sobre ambos, lo cierto es que, según fuentes solventes, esa vista policial ya se ha producido con los resultados descritos.

Esas mismas fuentes aseguran, sin embargo, que tras la visita a sus domicilios, la policía pudo hablar telefónicamente con Pedro Román y su hija, quienes en esos momentos se encontraban fuera de España. Su intención es regresar en unos días, para declarar ante el juez Torres, al igual que otros imputados en la operación malaya.

El salmantino desembarcó en Marbella en los años 80 con la creación de la promotora Romansa. Cuentan que de su primera experiencia como promotor le quedó en el gremio uno de los motes por el que fue conocido, “el rojillo”, al tener siempre las cuentas en un estado poco deseable.

Quienes le conocen aseguran que es un tipo polifacético y trabajador que no tuvo mucha fortuna en sus negocios iniciales hasta que conoció a Jesús Gil y Gil. Así, de secretario de un Ayuntamiento de la provincia de la que es oriundo, su afición por el cine le llevó a crear una productora del séptimo arte.

Afición que fue complementada, cuando las cosas comenzaron a mejorar, con sus gustos por las grandes fiestas -“siendo siempre de los que se arrimaba a las fotos”- y por la vida estética. Y, si de momentos memorables se tratara de rescatar, destacan su 60 aniversario “por todo lo alto” en el Ritz de Madrid y su paseo en calesa por la Castellana, sentado al lado de Gil, el año en el que el Atleti consiguió ser un doble campeón. Este hecho le valió otro sobrenombre por el que fue conocido en los círculos marbellíes: “Pedrito el calesas”.

Sin embargo, y abandonando las connotaciones frívolas del personaje, los que aún le estiman no se explican cómo un padre ha llegado a “arrastrar en negocios poco claros” a su estirpe. Sin ir más lejos, su hija Pilar es la administradora única de Paduana, una sociedad que se encuentra inmersa en el sumario Malayo al llevar a cabo la adquisición del Palacio del siglo XVIII del Conde de Tepa, ubicado en el número 37 de la calle Atocha de Madrid.

1991, el principio del cambio

Aseguran que cuando Gil llegó a la meca de la Costa del Sol, Román fue uno de los pocos “ilustrados” que se acercó al partido idiosincrásico de Marbella; germen para muchos de la mayor corrupción nacional conocida hasta el momento. A principios de la década de los 90, el salmantino probó los poderes como teniente alcalde del municipio.

Casi una década después, con Jesús Gil inhabilitado y con Julián Muñoz como alcalde accidental, Román se acerca al presunto cerebro de la trama de corrupción marbellí investigada con Malaya. Román brinda a Roca la posibilidad de entablar contacto con las “grandes empresas” y el otro la posibilidad de llevar a cabo negocios urbanísticos “brillantes” en diversas partes de la piel de toro. Así, se convierten en socios, haciendo negocios conjuntos. La sociedad Ángel de Tepa y Yambali 2000 S.L serían tan sólo dos ejemplos.