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La Generalitat pide ayuda a las Fuerzas Armadas para actualizar los mapas de Cataluña
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La Generalitat pide ayuda a las Fuerzas Armadas para actualizar los mapas de Cataluña

Algo ha comenzado a cambiar en Cataluña. Del rechazo epidérmico a las Fuerzas Armadas que llevó en su día a Jordi Pujol a manifestar su desagrado

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La Generalitat pide ayuda a las Fuerzas Armadas para actualizar los mapas de Cataluña

Algo ha comenzado a cambiar en Cataluña. Del rechazo epidérmico a las Fuerzas Armadas que llevó en su día a Jordi Pujol a manifestar su desagrado por la celebración en Barcelona del desfile del Día de las Fuerzas Armadas y obligó al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, a reducir a la parada militar del año 2000 a su mínima expresión, se ha pasado a la petición formal de colaboración del Ejército para el conocimiento, actualización y modernización de la cartografía del territorio catalán.

La petición ha partido del Instituto de Cartografía de Cataluña (ICC), que depende de la Consejería de Obras Públicas y Política Territorial, de la que es titular Joaquín Nadal, uno de los hombres fuertes del PSC-PSOE y de la Generalitat. “Y, naturalmente, nosotros estamos encantados en cooperar y aportar conocimientos, medios e investigadores”, ha explicado a El Confidencial un alto mando militar. La única objeción que ha puesto el Ejército consiste en preservar el acceso al material clasificado como secreto por rezones estratégicas.

La cooperación entre la Generalitat y el Ejército quedó plasmada el pasado 19 de enero en un convenio entre el director del Instituto de Cartografía de Cataluña, Jaume Miranda i Cañals, y el jefe del Estado Mayor del Ejército, Carlos Villar Torrau, por el que ambas organizaciones trabajarán juntas durante al menos dos años en proyectos cartográficos y de ordenación y actualización de la información sobre el territorio catalán.

Barrera psicológica

El primero de los cuatro puntos del acuerdo se puede calificar de psicológico: “Conocerse mutualmente”. Los tres restantes comprenden “el intercambio de profesores en cursos y seminarios, la investigación común y el acceso a los fondos de información y documentación no clasificada de ambas instituciones”. Las fuentes consultadas reconocen que el último punto interesa especialmente al ICC, habida cuenta de la riqueza y precisión de los trabajos cartográficos del Ejército.

Algo ha comenzado a cambiar en Cataluña. Del rechazo epidérmico a las Fuerzas Armadas que llevó en su día a Jordi Pujol a manifestar su desagrado por la celebración en Barcelona del desfile del Día de las Fuerzas Armadas y obligó al entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, a reducir a la parada militar del año 2000 a su mínima expresión, se ha pasado a la petición formal de colaboración del Ejército para el conocimiento, actualización y modernización de la cartografía del territorio catalán.