Los Reyes se muestran encantados con la heredera: “Leonor es gordita, redonda y algo llorona”

La Princesa de Asturias dio a luz en la madrugada del lunes a la Infanta Leonor, segunda en la línea de sucesión al trono tras el Príncipe Felipe.

A media mañana, mientras llegaban al Palacio de la Zarzuela numerosos telegramas de felicitación, regalos y centros de flores, Sus Majestades los Reyes acudieron a la Clínica Ruber Internacional de Madrid para conocer a su séptimo nieto. “He perdido la apuesta”, dijo la Reina Sofía, reconociendo que pesaba que la heredera del heredero iba a ser un niño. Don Juan Carlos y la Reina estuvieron aproximadamente hora y media con su hijo y su nuera, y ya en la calle, ante los medios de comunicación, dieron sus primeras impresiones ante la llegada del nuevo miembro de la Familia Real.

A pesar de que el Rey dijo que no era capaz de sacar parecido a la pequeña, "algo muy difícil en un recién nacido", Doña Sofía aseguró que es "una mezcla de todos", "de pelo castaño", “redonda, gordita” y "un poco llorona".

Los reyes también dijeron que el nombre de Leonor, un secreto bien guardado, les parecía "precioso". "Les habrá gustado", comentó Don Juan Carlos cuando fue preguntado sobre los motivos de la elección de este nombre, que ya llevaron reinas de Navarra, Aragón y Portugal.

Por la tarde, dieciséis horas después del parto por cesárea, la Princesa de Asturias y su hija se encontraban “perfectamente”, según un portavoz de la Casa del Rey.

Igualmente, al abandonar la clínica camino a su residencia en La Zarzuela, el Príncipe Felipe, comentó a los periodistas allí reunidos que "la Princesa y la niña se encuentran bien". El Príncipe de Asturias abandonó a las 22.10 horas de ayer la clínica Ruber Internacional de Madrid tras haber permanecido el centro más de 24 horas en las que acompañó a Doña Letizia en el proceso del parto de su primogénita.

La Reina, que pasó parte de la jornada en la clínica, destacó que su hijo había estado presente en el parto, sin ponerse nervioso, un momento que Don Felipe, reconoció por la noche, había sido el más feliz de su vida.

A la 1:46 de la madrugada del lunes, en una noche tan lluviosa como el día en que se casaron sus padres y tres semanas antes de lo previsto, llegaba al mundo la pequeña Leonor, una niña “grande y fuerte” según Don Felipe, que desde su nacimiento es Infanta de España y Alteza Real.

El abuelo materno de la Infanta Leonor, Jesús Ortiz, su esposa, Ana Togores, y la bisabuela de la recién nacida, Menchu Álvarez del Valle, llegaron a la clínica poco después de los Reyes. La madre de doña Letizia, Paloma Rocasolano, había llegado a la Rúber Internacional de madrugada, casi media hora después de producirse el parto.

Continuidad dinástica

El presidente del Gobierno, las altas instituciones del Estado, los líderes políticos, presidentes autonómicos y personajes del mundo de la cultura y el deporte coincidieron el lunes en felicitar a los Príncipes de Asturias por el nacimiento que garantiza la continuidad dinástica.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que acudió a la clínica acompañado por su esposa, Sonsoles Espinosa, destacó momentos antes, en una declaración en el Palacio de La Moncloa, la trascendencia institucional del feliz acontecimiento y elogió "la digna y valiosa función" de la Corona.